SANTO DOMINGO (EFE).- La Dirección General de Aduanas (DGA), condenó hoy el tráfico de medicamentos falsificado, una práctica que pone en peligro la salud de los consumidores y que mueve un mercado que ha superado los 75,000 millones de dólares a nivel mundial, desde el 2010 hasta la fecha.
El sub-director técnico de la institución, Gabino José Polanco, indicó que en la preparación de falsos medicamentos y su tráfico internacional participan poderosas mafias que “son peores que las bandas de terroristas que asesinan de forma abierta y pueden ser perseguidas por las autoridades con el mismo rigor con que actúan”.
Gabino Polanco habló durante la apertura de un taller operacional sobre tráfico de medicamentos ilícitos auspiciada por el Instituto de Investigación de Lucha contra los Medicamentos Falsos (IRACM), y en el que participaron representantes de México, Honduras y Costa Rica, así como de funcionarios y empleados aduaneros del país.
Cristophe Zimmermann, experto internacional en la lucha contra el comercio ilícito, tiene a su cargo la conducción del proceso de entrenamiento, junto a la dominicana Marcel Martínez Sarita, Coordinadora Legal Administrativa de Logística de la FIT (Lucha Contra el Comercio Ilícito).
Zimmermann explicó que “la falsificación y comercialización de medicamentos es un crimen contra la humanidad y la peor de las guerras que se ha librado en el mundo moderno”.
Solo en África se calcula que mueren 200,000 personas cada año a a causa del consumo de medicamentos de baja calidad y que se comercializan sin importar el daño que provocan a quienes los consumen.
Durante el taller se abordarán temas como la falsificación de medicamentos, medicamentos alterados, las legislaciones nacionales e internacionales para perseguir y castigar ese práctica ilegal, los análisis de riesgo, entre otros aspectos que tienen que con el tráfico y la comercialización ilícita de la empresa farmacéutica.
El IRACM tiene dentro de sus objetivos ayudar a los gobiernos a organizarse mejor para enfrentar el tráfico de medicamentos, definir sus prioridades y utilizar los medios que les permitan éxitos en su lucha.
También contribuye a dar instrucciones a los agentes que combaten este tráfico y difundir las buenas prácticas y los conocimientos técnicos especializados, ofrece su experiencia e intercambia ideas con las autoridades sanitarias, ministerios y organismos públicos que intervienen en la comercialización de los productos medicinales.