EFE
El presidente de Estados Unidos, el segundo en viajar a Davos desde Bill Clinton en 2000, mantuvo este jueves reuniones bilaterales con dos estrechos socios: el Reino Unido e Israel.
DAVOS. El presidente de EEUU, Donald Trump agitó ayer aún más las ya revueltas aguas en torno al conflicto palestino-israelí, al amenazar con retirar más ayudas a los palestinos si no se sienten a negociar la paz y advertir a la vez a Israel de que el reconocimiento de Jerusalén como capital tendrá un coste.
Nada más pisar el Centro de Congresos donde se celebra el Foro Económico Mundial y donde el presidente estadounidense pronunciará este viernes un discurso tan esperado como temido por la élite política y económica mundial, Trump demostró que no ha venido a Davos a comparar notas con otros líderes sobre la mejor estrategia a seguir para resolver conflictos, especialmente el palestino-israelí.
El presidente de Estados Unidos, el segundo en viajar a Davos desde Bill Clinton en 2000, mantuvo este jueves reuniones bilaterales con dos estrechos socios: el Reino Unido e Israel.
En su encuentro con la primera ministra británica, Theresa May, realzó las “excelentes relaciones” entre ambos y calificó de “falsos rumores” las supuestas tensiones entre Washington y Londres a raíz de la reciente cancelación del viaje del presidente a Londres tras quejarse del coste y la ubicación de la nueva embajada.
Hasta ahí nada extraordinario. Pero fue la reunión con el primerministro israelí, Benjamín Netanyahu, donde Trump decidió incendiar una vez más los ánimos en torno al conflicto palestino-israelí: amenazó con suspender más ayudas a los palestinos y reprochó a los dirigentes de la Autoridad Nacional Palestina haber “faltado al respeto” al “gran” vicepresidente estadounidense, Mike Pence.
El presidente palestino, Mahmud Abás, se negó a recibir a Pence durante el viaje que éste realizó recientemente a la región, en protesta por la decisión estadounidense de reconocer Jerusalén como capital de Israel el pasado 6 de diciembre, momento desde el que considera que EE.UU. se ha “descalificado” como mediador para la paz.
EE.UU. ya ha congelado 65 millones de dólares que aporta al presupuesto regular de la agencia de la ONU para Refugiados Palestinos y suspendido otros 45 millones en ayuda alimentaria.
A los palestinos, dijo Trump, EE.UU. les da cientos de millones de dólares en ayudas, un dinero, añadió “que está encima de la mesa, pero no lo recibirán si no se sientan a negociar la paz”, sentenció.
La reacción de los palestinos no se hizo esperar: la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y la presidencia palestina rechazaron la política de “chantaje” y “presión” de Trump.
Éste sostuvo que, frente a los palestinos, Israel quiere “hacer la paz”, y la otra parte “tiene que hacer la paz también” si quiere seguir recibiendo la ayuda estadounidense.
El presidente de EE.UU. sugirió que ahora que la cuestión de Jerusalén está “fuera de la mesa” de negociación, los palestinos ya no tienen excusas, porque este asunto era el más duro sobre el que tenían que dialogar.
“Quien diga que Jerusalén está fuera de la mesa de negociaciones dice que la paz está fuera de la mesa”, protestó el secretario general de la OLP, Saeb Erekat, quien acusó a EE.UU. de estar “fuera del consenso internacional”.
En su reunión con el primer ministro israelí, Trump se guardó otro as en la manga cuando dijo que el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel tendrá un coste para Netanyahu.
“Ganas en un aspecto y tendrás que ceder en algunos más adelante en la negociación” si ésta se reanuda alguna vez, señaló.
Fue en ese momento en el que la sonrisa de Netanyahu se congeló, según los medios estadounidenses que tuvieron acceso al encuentro.
Éste agradeció a Trump el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel y la decisión de acelerar a finales de 2019 el traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén.
Trump, en un lenguaje vago y sin entrar en detalles, aseveró además que “algo va a pasar” y que Israel “va a hacer algo que es muy bueno” para el proceso de paz.
El primer ministro israelí tampoco aclaró las palabras del presidente estadounidense.
Trump aseguró además que su Administración tiene “una propuesta para la paz” y que ésta “es excelente para los palestinos y muy buena para Israel”.
Únicamente adelantó que se trata de una iniciativa que “cubre muchas de las cosas que se han abordado y acordado a lo largo de los años”, pero ya sin el contencioso sobre Jerusalén.
Céline Aemisegger