SANTO DOMINGO. “Yo le dije a él si tú tuviste valor para hacer eso, tú tenías que tener valor para matarte tú mismo, quitarte tu propia vida porque si tú te matas esto no estuviera pasando”, le dijo Johanne Mendoza Cuello a su sobrino Víctor Alexander Portorreal Mendoza, quien confesó haber asesinado a su mujer y tres hijos de ella.
Mendoza Cuello, quien teme por su vida, al igual que todos los parientes del asesino de Reyna Isabel Encarnación Morales, Ángela Bodden Encarnación, de 6 años, y Daniela Bodden Encarnación, de 10 años, describió lo triste y vergonzoso que es para ellos el hecho de que su familiar haya cometido “un hecho tan atroz”.
“Nosotros como familia estamos muy dolidos por las dos familias, porque te voy a decir esto: somos conscientes de que lo que hizo fue una cosa atroz, eso se puede decir el crimen del año, porque nadie se esperaba una monstruosidad como esa y mucho menos de él que era una gente que no hablaba”, contó su tía.
Explicó que no se han comunicado ni contactado con ninguno de los parientes de las víctimas por temor a que tomen represalias contra ellos.
“Uno no sabe y uno tiene que cuidarse, tratar de protegerse, retirarse hasta ver que va a pasar pero realmente aunque la familia está enfocada en su dolor, ellos tienen también que ser conscientes de que nosotros no apoyamos lo que él hizo, de que nosotros no tenemos ninguna culpabilidad en eso, porque la misma pena que tienen ellos la tenemos nosotros, porque Alexander nos tiró por el suelo el apellido, nos condenó”, expresó Johanne Mendoza.
“No sabemos qué lo llevó a él a cometer el hecho, pero nosotros no lo apoyamos, es tan tal que ni siquiera nos hemos acercado por ahí”, puntualizó.
Reiteró que su sobrino era una persona completamente alejada de ellos y que, para verlo, en algunas ocasiones tenía que ir hasta su ligar de trabajo.
La tía del victimario señaló, además, que Portorreal Mendoza tiene un hijo.
De acuerdo con los testimonios recogidos por la Fiscalía del Distrito Nacional, Víctor Alexander Portorreal tenía intenciones suicidas, por lo que pidió un funeral escoltado por motociclistas.
“Loco, yo quiero que a mi funeral vayan muchas motos, y mi féretro lo acompañen todos los bykers que decidan ir, mi motor está preso por ahí por la Feria Ganadera, si pueden sacarlo lo sacan”, le dijo Portorreal a Miguel Ureña Marranzini, dueño del taller donde trabajaba.
Él también se despidió de su amiga Krystel Alexandra Tejeda, con quien había ido a la playa dos días después de matar a Reyna Encarnación y los tres niños.
“Me escribió: yo maté a Reyna y a los tres niños, y me voy a matar yo también, entonces me dio la contraseña de su Facebook”, aseguró Tejeda.