El expresidente Lenel Fernández ha recurrido a una denuncia de que ha habido fraude en las primarias en las que participó dentro del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Su principal solicitud se refiere a lo que técnicamente se conoce como algoritmo que permite que se alteren los resultados de las primarias de los dos partidos mayoritarios de la República Dominicana.
El reclamo de Leonel se circunscribe a que se audite el software que se utilizó en el sistema de conteo y transmisión de los votos.
Ese pedido no es descabellado, porque al final de cuentas beneficia a un sistema que se usa por primera vez en estas primarias, pero que se contempla utilizar también en las elecciones del 2020.
Lo que sí no es razonable, porque los argumentos esgrimidos se caen por su propio peso, es que se alegue fraude en una parte de los resultados, pese a que se trata de un solo sistema.
Es decir, la elección en las primarias de los adeptos de Leonel y de los del PRM no tiene problemas, siempre de acuerdo a su reclamación, porque nadie va a hacer fraude para que pierdan algunos de sus candidatos, lo cual se ha podido ver con la participación de aspirantes a senadores de la corriente de Danilo Medina, contraria al ex-mandatario
Además, los equipos de los que nos hemos enamorados todos por los traumatizantes que han sido históricamente los procesos electorales, deben ser auditados como manda la normativa al respecto.
Parece que los equipos y el sistema de conteo y transmisión de los votos utilizados ahora son más que idóneos, tanto es así que incluso los observadores internacionales dijeron que lo recomendarán en sus respectivos países.
Pero todas y cada una de las argumentaciones esgrimidas no tienen la fuerza para entrar en el campo de lo razonable, pero nadie le puede quitar a Leonel el derecho de alegar lo que quiera.
Sin embargo, lo peligroso del argumento de Leonel es que aparentemente persigue lesionar la credibilidad de la Junta Central Electoral con el propósito de tener ganancia de causa.
Eso sí es descabellado, porque incluso podría poner en peligro las elecciones del 2020 y crear una crisis en el sistema democrático dominicano, el cual descansa principalmente en el derecho al voto.
La de Leonel es una apuesta sumamente peligrosa y que tiene mucho de temeridad que pone en tela de juicio, no solo sus triunfos electorales en el pasado, sino también su propia convicción democrática.
Todo parece indicar que Leonel ha perdido la perspectiva en virtud de que sólo concibe una sola posibilidad que no era otra que salir triunfante, pese a que sabe muy bien que a una contienda electoral se va a perder o a ganar.