Editorial
Un Verdadero Bochorno
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6 años agoon
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LA REDACCIÓNLos atrasos y déficits de la sociedad dominicana son un verdadero bochorno frente a los avances, sobre todo en asuntos institucionales, de otros países latinoamericanos, que es el ámbito en que debemos medirnos.
La vergüenza que tenemos que pasar los dominicanos por la desfachatez de nuestros gobernantes y también por la falta de conciencia de nuestros gobernados.
Es que hay detalles de nuestras debilidades que dan vergüenzas hablarlas y que las pueda escuchar un extranjero, porque pensaría muy mal de nosotros.
Un detalle sobresaliente de lo que decimos fue la reciente denuncia de que miles de médicos cometieron fraudes para alzarse con una sub-especialidad.
Pero todo el mundo sabe que en la República Dominicana los profesionales de la Medicina tienen formulas para pasar los exámenes de especialidades con la simple compra del cuestionario que se utiliza para evaluarlos.
Es definitivamente una vergüenza porque esa situación nos pone en peligro a todos, dado que un médico sin una buena formación y que no sabe que hacer con pacientes afectados de una determinada enfermedad, probablemente esa persona sea un candidato a la muerte.
Ese desenlace no es motivo de preocupación en un país donde no hay un régimen de consecuencias, porque la justicia es otra vergüenza, tal vez la peor.
Sin embargo, el sector salud es un verdadero bochorno nacional, máxime cuando hay que soportar una información como la aparecida hoy en que una madre graba un video para que la gente sepa como acuestan hasta cuatro y cinco niños en una misma cama en el hospital Arturo Grullón de Santiago.
Es una situación que no da por ningún lado un razonamiento lógico por parte de los propiciadores de semejante desvergüenza y falta de delicadeza, lo cual deja clara la falta de conocimientos elementales para que entender que eso puede ser una forma de propagar enfermedades contagiosas entre los infantes.
Sabemos que en el país las autoridades competentes siempre buscarán una quinta pata al gato para justificar lo injustificable.
Pero hay cosas peores de ahí que ocurren en los hospitales públicos de la República Dominicana, como ejemplo la denuncia hecha hace algún tiempo de que el agua usada en la morgue para higienizar los cadáveres iba directamente a la cocina de ese centro asistencial y que la misma era utilizada para lavar los platos e incluso para cocer los alimentos.
Otra situación vergonzante es el hecho de que en ese hospital hay pacientes que pasan días con sueros puestos sentados en una silla, sin que nadie se sonroje de semejante falta de consideración y sensibilidad frente a los enfermos.
Todo esto es parte de la rutina, pero el cuadro es aún mucho peor de ahí, porque en la República Dominicana el mal manejo de los hospitales públicos no es sólo un problema de falta de recursos, sino de que los mismos son malgastados y manejados a través de la cultura del dispendio que prevalece en el país.
Lo otro es que no está en discusión que la sociedad en todas sus instancias luce como cansada y tal vez hasta enferma como consecuencia de que lo mal hecho ya es parte de nuestra cultura.
Lo penoso de todo esto es que cuando aparece alguien que se expresa en contra de ese flagelo lo ven como un loco, como un anormal.
La situación es tan grave que no dude nadie que en cualquier momento encuentre a muchas personas caminando con lo cabeza hacia abajo y que aparezca una gran mayoría que defienda esa anormalidad y que pregone que así es que se camino y que el que diga lo contrario no es más que un loco y desajustado.
Porque en qué cabeza puede caber, mucho menos en la de un medico, que niños afectados de diferentes enfermedades puedan ser acostados en una misma cama, cuando lo mas probable es que haya una propagación de cualquier virus o bacteria hacia aquellos infantes que tal vez padecen una simple alergia o cualquier otra dolencia no contagiosa
La información parece, sin lugar a dudas, provenir de la sociedad de la ignoracia.
La realidad, lamentablemente, no es menos de ahí
Sin pretender quitarle importancia al derecho, valor y principio de igualdad, porque se supone que todos somos iguales ante la ley, pero la transferencia de los liderazgos políticos en el país es motivo de una gran preocupación.
En los actuales momentos la democracia nacional está en crisis y cualquiera sin un ápice de buenas intenciones puede convertirse en un líder nacional, porque esas son de las cosas que ocurren cuando un país llega al fondo en lo que respecta a los valores.
La República Dominicana atraviesa por ese trance, ya que hay una famosa expresión que dice que una gota de agua cae tanto en el mismo lugar hasta que hace un hoyo.
Exactamente eso ha ocurrido en el país, dado que ha sido tanta la corrupción y las acciones antijurídicas y anti morales, así como anti éticas que ya la gente parece haberse cansado.
Es de tal magnitud el problema que los funcionarios públicos que provienen de la partidocracia no se conforman con sustraer (50) cincuenta ó (100,000,000.00) cien millones de pesos, sino miles, cuyos mejores ejemplos son encontrados en los casos que están a punto de caer en prescripción extintiva porque ya van a cumplir 4 años de haberse iniciado.
Pero no es solo ese el problema, sino que la partidocracia ahora quiere perpetuar ese mal con dejar como herencia la administración del patrimonio público a sus esposas, hijos y nietos, principales beneficiarios de la sustracción del dinero del Estado.
Los herederos de la partidocracia ya están muy activos en la vida nacional y sólo esperan que sus padres y madres envejezcan para entonces ellos tomar las riendas del Estado para que continúe la fiesta de la que no participa el pueblo dominicano.
El fin de esa interminable parranda solo se llegará si la ciudadanía toma el toro por los cuernos e incluso impide que en el campo de la política partidista las cosas se manejen como si se tratara de una herencia proveniente de la determinación de herederos establecida para cuando el de cujus ha dejado bienes que sus legítimos herederos son sus hijos y nietos.
La partidocracia busca prolongar sus ilegales acciones hasta los más lejanos de sus herederos, mientras el pueblo dominicano no tiene derecho a la salud, la educación y una vivienda digna.
El momento parece haber llegado para decir basta ya y plantear una nueva regla del juego con la entrada de una forma diferente la figura de las candidaturas independientes, la cual parece representar una amenaza para que sobreviva el Estado Social Democrático y de Derecho, dado que algunos de los representantes de la partidocracia ya pretenden atentar hasta en contra de la Constitución de la República, ley suprema de la nación.
Editorial
Sentencia del Tribunal Constitucional crea clima importante en democracia dominicana.
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1 mes agoon
marzo 2, 2025Lo primero que debe establecerse es que la sentencia del Tribunal Constitucional sobre las candidaturas independientes representa un paso vital para convertir la democracia nacional en más participativa.
Esta decisión del TC, quiérase o no, permite que el ciudadano se empodere y si lo hace correctamente podría detener la debacle que han impuesto en la sociedad dominicana los partidos políticos, cuya principal misión es promover anti-valores.
Ante los argumentos de la partidocracia, habría necesariamente que preguntarse y si ellos están tan bien como dicen, por qué tanto miedo con las candidaturas independientes, sobre todo si se entiende que si esta figura jurídica no es aprovechada por ahí podría ser que no venga nada nuevo y que en segundo lugar pueda servir para traer algo peor de lo que tenemos.
Entonces, si es verdad que se trabaja en favor de la sociedad, se impone que no se exhiba tanto miedo, porque si consideran que hacen lo correcto, pues no deben preocuparse.
Es un verdadero contrasentido muchas de las cosas que se dicen, porque si fuera algo que verdaderamente reviste tanto peligro, lo que procede es desmontar su importancia con argumentos con lógicos y despojados de todo mal razonamiento.
En una sociedad cimentada en antivalores no es fácil lograr cambios importantes, pero si la herramienta existe podría venir la reformación integral del Estado dominicano.
Las candidaturas independientes son una tabla de salvación nacional de una sociedad en la que ya no cabe más corrupción, contaminada de los pies hasta la cabeza y lo contrario.
Ahora falta que el ciudadano, vale decir la mayoría de ellos, se despoje de ese fanatismo que tradicionalmente lo ha cegado en favor del partidarismo, a fin de asumir con la toda la responsabilidad posible esta nueva figura que podría cambiar totalmente el escenario político nacional.
Hace falta que todos nos armemos de coraje y vayamos al Congreso Nacional a defender en las vistas públicas que habrán de anunciarse sobre las candidaturas independientes, ya que no hacerlo sería apostar al fracaso de la sociedad dominicana.
Que se entienda que la pelea está echada y que nadie detendrá las aspiraciones de los amplios sectores de la vida nacional de tener un país mejor, ya no soportan más corrupción y la negación de derechos, principios y valores constitucionales.
Lo que debe prevalecer en el ánimo nacional es darle vigencia al Estado Social Democrático y de Derecho, a los fines de que prevalezcan los deseos sanos y de verdaderos cambios del pueblo dominicano por una sociedad mejor.
El periódico La República ha vivido de cerca la desgracia que ocurre con la falta de credibilidad del Ministerio Público, principalmente en Santiago, aunque el fenómeno es general, es decir, a nivel de todo el territorio nacional.
El problema de este órgano del Estado, persecutor del crimen y el delito, es más complejo y profundo de lo que cualquiera pueda pensar.
Este periódico lo ha vivido en carne propia, lo cual ha provocado que haya presentado ante el Tribunal Superior Administrativo varios recursos de amparos de cumplimiento tras ser víctimas de no menos de diez ataques de delincuentes que se mueven en diferentes escenarios y cuya respuesta del órgano ha sido su falta por acción o omisión.
Y este diario reitera que está consciente de que por la violación de derechos fundamentales del Ministerio Publico el país está frente a un asunto de una dimensión que podría lesionar y comprometer seriamente la responsabilidad civil y penal del Estado, principalmente frente al derecho internacional.
Se puede proclamar a todo pulmón que, si bien la judicatura no está libre de culpas, lo cierto es que lo del Ministerio Público representa una crisis de magnitudes muy peligrosas para el Estado y la sociedad.
En virtud de este escenario la escogencia de un nuevo procurador general de la República es una oportunidad para desviar el camino tomado por un órgano tan importante como el Ministerio Público, pero en el que nadie cree.
El Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) y el propio presidente de la República tienen ahora la oportunidad de iniciar un proceso de saneamiento de este órgano del Estado con la escogencia de una figura como Melton Ray Guevara que viene de una gran labor en el proceso de constitucionalización que vive el país.
En opinión de este periódico es la mejor opción de todas, no sólo por su formación en derecho constitucional, principal dolencia del Ministerio Público, sino porque, sin lugar a dudas, es una persona metódica y disciplinada en el desempeño de funciones públicas.
Es una oportunidad que no debe desperdiciarse para enderezar un órgano como el Ministerio Público que tiene como función perseguir el crimen y el delito y su principal debilidad consiste en que su personal camina al margen del respeto de los derechos fundamentales.
Si se escoge a una persona como Ray Guevara como procurador general de la Republica es muy probable que su gestión trascienda históricamente y que los resultados sean el fortalecimiento de la persecución penal y una notable mejoría en lo que respecta al respeto de los derechos fundamentales que debe garantizar el Estado.