Opinión
Una clase política irresponsable e injusta.
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Por Isaías Ramos
Es preocupante ver cómo los distintos actores de esta partidocracia se unen para continuar aumentando el endeudamiento público. Y por si esto fuera poco, es muy angustiante ver cómo actúan concertadamente con el fin de desmembrar nuestro territorio para sustraer nuestros recursos y riquezas. De manera sutil, van traspasando a las elites política y económica nuestro patrimonio a través de contratos lesivos al país y leyes como la de fideicomiso público que son instrumento para institucionalizar el robo y él saqueó, mientras le dan al pueblo pan y circo.
Mientras tanto, ellos van posponiendo las medidas más importantes y urgentes que requerimos como son la seguridad alimentaria, la salud y educación.
Solo a través de una política económica inclusiva que le permita a los pobres ser agentes de su crecimiento a través de su propia producción combatiremos la miseria cultivada por los últimos gobiernos. Esto requiere de políticos que estén dispuestos a darle vuelta a la tortilla y erradiquen de una vez por todas esta política económica y social excluyente, que den pasos concretos, primero para llevar salud y educación a toda la población, promover la conciencia moral y cultural de la nación que queremos construir junto a un significativo salario mínimo en una sociedad que se precie de ser justa y equitativa.
Perpetuar la pobreza es una violación a los derechos básicos además de una fuente de ineptitud económica. Los programas sociales son importantes cuando se realizan de manera responsable y profesional, pero lo más importante es la igualdad de oportunidades en producción, empleos, salud, educación, capacitación y acceso a viviendas dignas.
En el Frente Cívico y Social entendemos que sectores como la salud y la educación deben recibir toda la atención del estado para así ofrecer servicios de calidad que garanticen al pobre condiciones dignas y un entorno más favorable y sobre todo capacitándoles para salir por sí mismos de la marginalidad. La educación en formación cívica es la base fundamental para crear un ciudadano productivo en lo político, económico y social. Esto le permite convertirse en agente de la productividad y adaptabilidad ante los retos que tenemos por delante como nación. El desarrollo humano y el crecimiento económico van de la mano cuando las inversiones en la salud y educación garantizan un ciudadano educado y saludable. Los gastos públicos se justifican cuando se buscan estos objetivos. Sin esta base, no podemos garantizar la igualdad de oportunidades para que esta se convierta en progreso y desarrollo para todos los dominicanos y podamos construir ese gran país que todos soñamos.