Una Condena Ejemplarizadora

El Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional acaba de condenar a 30 años de reclusión mayor a los tres responsables de lanzarle ¨¨ácido del diablo¨¨ a una jovencita de apenas 16 años de edad.

Los tres verdugos, que no han mostrado ningún remordimiento por la agresión cometida, fueron juzgados a partir de un pedido del Ministerio Público de calificar el caso como de tortura y de barbarie, lo cual fue acogido por el tribunal.

La sociedad dominicana ha estado azotada por una violencia sin piedad en contra de la mujer y muchos de estos actos recibían hasta el aplauso de muchos.

Son docenas las mujeres que en el país han resultado con sus rostros desfigurados por ser atacadas con ¨¨ácido del diablo¨¨, sólo porque tal vez han decidido terminar una relación amorosa tormentosa y traumatizante.

El recorrido iniciado este jueves por el sistema de justicia puede que deje grandes frutos en el futuro inmediato, porque la mayoría de los hechos tienen su motivación en que la sociedad dominicana ha estado impactada por la figura de la impunidad.

El ¨¨ácido del diablo¨¨ es un recurso que han tenido muchos intolerantes y crueles seres humanos que piensan que la mujer es de su propiedad y con la garantía de que disfrutarían de una total impunidad por el tratamiento que recibían estos casos de la Policía Nacional, el Ministerio Público y los jueces.

Con la condena de 30 años de cárcel de estos tres salvajes parece que en el país se bailará otra música con el abuso sin piedad de muchos hombres que creen que pueden disponer de la vida de quien fue su compañera y muchas veces madres de sus hijos.

Ver como ha quedado el rostro de Yocairy lleva a cualquiera a la conclusión que no hay condenas por duras que sean que puedan compensar el daño causado.

Sin embargo, sirve de estimulo y de mucha tranquilidad que estos bandidos hayan sido condenados a una pena de reclusión mayor, a fin de evitar de que hechos de este tipo sigan ocurriendo en la República Dominicana.

El recorrido para eliminar la violencia en contra de la mujer es largo y doloroso, pero esta sentencia augura un futuro promisorio para que la justicia y el régimen de consecuencias sea el principal dique de contención a un mal que daña a las presentes y futuras generaciones.

En este largo camino también deben primar otras políticas públicas que persigan construir un nuevo hombre y una nueva mujer en el país a través del sistema educativo nacional y los medios de comunicación social para crear una cultura de no violencia y de respeto absoluto a los derechos de un ser dotado por la naturaleza con una condición única, que no es otra que la maternal.

La protección de la mujer es defender y proteger la integridad de la familia dominicana, ya que ella es el pilar más importante del núcleo familiar y por consiguiente de toda la sociedad.