Un informe emitido por las Naciones Unidas indicó que una de cada ocho personas padece «hambre crónica» en el mundo a pesar de la reducción del índice de subalimentación a escala global y de los avances económicos experimentados en los últimos años en países en vías de desarrollo.
Una de cada 8 personas en el mundo sufre de «hambre crónica».
La gran mayoría de las personas que padecen hambre viven en países en vías de desarrollo lo que representa un 15 por ciento.
Casi 870 millones de seres humanos pasan hambre en el mundo.
El informe ‘Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo’ (SOFI), emitido por las Naciones Unidas, correspondiente al periodo 2011-2013, reveló que una de cada ocho personas padece «hambre crónica» en el mundo.
A pesar de la reducción del índice de subalimentación a escala global y de los avances económicos experimentados en los últimos años en países en vías de desarrollo de Asia oriental y América Latina, los expertos de la ONU alertaron que la situación sigue siendo especialmente grave en África subsahariana, donde casi 25 por ciento de la población sufre de hambre.
La investigación indicó que más de 842 millones de personas «no tienen suficientes alimentos para llevar a cabo una vida sana y activa», una cifra que, en todo caso, revela un descenso relativamente significativo respecto a los 868 millones del periodo 2010-2012.
El documento precisó que el crecimiento económico constante de los países en vías de desarrollo «ha permitido mejorar las rentas y el acceso a los alimentos» y destacó que la reciente recuperación del crecimiento de la productividad agrícola, apoyada por la intensificación de las inversiones y el nuevo interés de los inversores privados en la agricultura «ha permitido incrementar la disponibilidad de alimentos».
Sin embargo, alertaron que pese a todos los avances a escala mundial en la reducción del hambre hay «brechas importantes».
Por ejemplo en África subsahariana solo ha experimentado avances modestos en los últimos años y «sigue siendo la región con mayor prevalencia de la subalimentación». Se estima que «uno de cada cuatro africanos, 24,8 por ciento, sufre hambre».
En Asia occidental tampoco se han registrado progresos en los últimos tiempos, mientras que en el sur de Asia y el norte de África sí ha habido «una cierta mejora», señaló el informe.
Las reducciones más importantes en el número de personas hambrientas y en la prevalencia de la subalimentación se han registrado en Asia oriental, Asia suroriental y América Latina.
Desde 1990-92, el número total de personas subalimentadas en los países en vías de desarrollo se ha reducido en 17 por ciento, desde los 995,5 millones de entonces a los 826,6 millones de la actualidad.
Señalaron que aunque el crecimiento económico es «esencial» para avanzar en la reducción del hambre, por sí mismo no garantiza la creación de empleos y la mejora de los niveles de vida «a menos que las políticas se dirijan específicamente a los pobres, en especial al medio rural». En este sentido, la reducción de la pobreza y del hambre en los países pobres depende de que haya «un crecimiento no solo sostenido, sino también ampliamente compartido», analizaron.
Las conclusiones y recomendaciones del SOFI 2013 van a ser examinadas por los Gobiernos y los representantes de la sociedad civil y del sector privado durante la reunión del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial que se realizará entre el 7 y 11 de octubre en la sede central de la FAO, en Roma.