En la República Dominicana son muchas las violaciones sexuales que se cometen entre miembros de una misma familia.
Peor aun cuando el asunto se analiza fuera del núcleo familiar, porque es prácticamente una cultura en el país que hombres de edad relativamente avanzada conquisten niñas que viven en medio de una gran pobreza.
Por esta razón es común ver a adolescentes o niñas de hasta ocho años de edad embarazadas de ancianos que han abusado de ellas.
Pero ni siquiera ese es el quid del asunto, sino cuando hay de por medio un incesto, es decir, cuando una mujer tiene un embarazo de un hermano, de su padre o de cualquier otro familiar como resultado de una violación.
De igual modo, cuando una mujer es violada mediante un asalto o robo a mano armada o como resultado de cualquier acto de violencia.
Asimismo, las tres causales incluyen otro factor que es de un gran valor humano y es cuando se producen mal formaciones durante el embarazo que ponen en peligro la vida de la madre.
Son tres causales más que entendibles, de manera que no se habla de la recurrencia al aborto en cualquier circunstancia, aun cuando debía ser así, pero la oposición de las iglesias, incluida la más poderosa en el país como lo es la católica, ha impedido que legalmente se consigne esta reivindicación en favor de la mujer.
Es una lucha muy desigual porque los poderes fácticos tienen tanta posibilidad de manipular a los órganos del sistema institucional que su derrota en una batalla como la de las tres causales resulta algo más que difícil, por no decir imposible.
Pero la razón y la justicia pesan más que cualquier poder, no importa que sea político, social y económico.
De manera, que hay que estar profundamente convencido de que no hay forma de que los políticos tradicionales en su alianza con los sectores más conservadores puedan variar la voluntad de la sociedad y de las mujeres que ya están lo suficientemente empoderadas.
El desenlace de esta batalla, que es parte de la guerra por una sociedad más justa y en favor, sino de la igualdad, por lo menos de la equidad, debe y tiene que ser la aprobación de un Código Penal que incluya las tres causales.