Agencia Efe
KATMANDÚ.- La expedición real liderada por un príncipe de Baréin recibió este viernes el primer permiso oficial para escalar el Everest, desde el cierre el año pasado del pico del mundo, de 8.848,86 metros, debido al parón por la pandemia.
El equipo de 16 miembros liderado por el príncipe Mohamed Hamad Mohamed al-Khalifa recibió el permiso de escalada tras cumplir con el requisito de siete días de cuarentena, afirmó a Efe Mira Acharya, directora del Departamento de Turismo, la agencia gubernamental encargada de emitir los permisos de escalada.
La expedición tuvo que cumplir con el requisito a pesar de que las autoridades nepalíes retiraron ayer la cuarentena obligatoria en el país.
Está previsto que el equipo se dirija la semana que viene al campamento base del Everest desde Katmandú.
El equipo liderado por al-Khalifa llegó el pasado 15 de marzo a Nepal y su aterrizaje estuvo rodeado de polémica, al traer consigo un cargamento de 2.000 vacunas contra el coronavirus para donarlas, pero supuestamente sin el permiso de las autoridades nepalíes.
Además, si en un primer momento se afirmó que las vacunas eran de AstraZeneca, las autoridades sanitarias nepalíes confiscaron el cargamento y se toparon con que el cargamento contenía 2.000 dosis de CoronaVac, desarrollada por el laboratorio chino Sinovac y no aprobadas en Nepal.
El príncipe se negó hoy a hacer comentarios sobre la polémica, y se limitó a expresar su emoción por estar a punto de cumplir el sueño de escalar la montaña más alta del mundo.
«Estamos listos para escalar el Everest (…) Escalar el Everest e izar la bandera de Baréin en el punto más alto de la tierra es un honor para el país», afirmó a Efe el príncipe.
El montañero reconoció, sin embargo, que será «extremadamente difícil» hacer cima, ya que en ese intento también se han producido muertes en el pasado -sólo en 2019 fallecieron diez montañeros-, por lo que no se lo toman a la ligera.
Les acompañarán 42 sherpas en la escalada.
«Son realmente fuertes, no nos imaginamos escalando sin ellos», concluyó el príncipe.
Este es el segundo viaje del príncipe al-Khalifa a Nepal en los últimos meses, después de que en octubre su expedición alcanzó la cumbre del monte Manaslu, la octava montaña más alta del mundo.
Aquella escalada, que se produjo dos días antes de la apertura oficial del país a los montañeros de todo el mundo, vino acompañada de una importante inyección económica tras el duro impacto de la pandemia, con un pago de cerca de 1,5 millones de dólares por un mes de expedición.