Una violación del orden jerárquico en la normativa jurídica nacional.

Cómo se explica que el presidente Danilo Medina viole flagrantemente el orden jerárquico en la normativa jurídica nacional, ya que es de conocimiento general que un decreto no puede estar por encima de una ley.

La Ley 64’00 establece de manera muy clara los límites del antiguo  Parque Nacional del Este, el cual ahora resulta gravemente afectado con una decisión del Ministerio de Medio Ambiente, cuyo ministro Ángel Estévez, ha otorgado un permiso que pone en peligro una zona protegida.

Pero necesariamente hay que preguntarse cómo el presidente pretende que una comisión designada mediante un decreto, que incluye al responsable de la irregularidad, pueda decidir lo que ya está determinado por la ley.

Este es un verdadero contrasentido del presidente, porque el Estado con esa decisión del jefe del Poder Ejecutivo, viola su propia legalidad para favorecer intereses contrarios a la salud medioambiental de la República Dominicana.

Lo que procede frente a semejante disparate es que el consultor del Poder Ejecutivo, Flario Darío Espinal, le advierta al presidente Medina que incurre en una violación muy grave al orden jerárquico en la normativa jurídica nacional.

Es importante recordar que el primer lugar en el orden jurídico lo ocupa la ley de leyes, que es la constitución de la República, seguido por los acuerdos y tratados internacionales,  después por  las leyes orgánicas y a continuación  las leyes ordinarias, para entonces llegar a los decretos del presidente.

Cómo se entiende que el presidente haya pretendido poner por encima de la Ley 64.00, sobre medioambiente y recursos naturales, un decreto suyo, el cual constituye una monstruosidad jurídica.

El presidente Medina está a tiempo de corregir ese entuerto, porque parece que la decisión ilegal obedece  a  los intereses envueltos en el conflicto sobre la construcción de un hotel turístico en una zona protegida.

Estas son  de las cosas que provocan que nadie crea en el pretendido proceso de institucionalidad democrática que tanto se pregona en la República Dominicana.

El que menos autoridad moral tiene para hablar del tema de la institucionalidad es el propio presidente de la República que le quiere meter gatos por liebres al pueblo dominicano.