Fuentes de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) detallaron a Efe que el país sudamericano se encuentra en esa lista, recogida en su informe de perspectivas de cultivos y seguridad alimentaria, desde el pasado marzo.
La hiperinflación ha restado gravemente poder adquisitivo a los hogares, lo que ha limitado el acceso a los alimentos, al tiempo que se espera un descenso de la producción de cereales para 2019 en comparación con los niveles bajos del año pasado.
Esto último se debe, según las fuentes, a una “significativa contracción del área plantada tras aumentos en los costes de producción y la introducción de un límite de precios bajos, que ha desalentado a los agricultores”.
Ante la depreciación del bolívar, la capacidad reducida de importar ha llevado a un escaso suministro de alimentos en los mercados domésticos y una mayor presión sobre sus precios, afectando severamente la seguridad alimentaria de grandes segmentos de la población, dice la FAO.
Más de 4 millones de personas han abandonado Venezuela y tienen “significativas” necesidades humanas en los países vecinos donde se han establecido.
De los 41 países que requieren de ayuda alimentaria exterior, que siguen siendo los mismos durante los últimos seis meses, Venezuela y Haití son los únicos ubicados en el continente americano, mientras que la mayoría (31) son africanos.
Los conflictos representan la principal causa de inseguridad alimentaria en muchos de esos lugares, a lo que se unen a menudo condiciones meteorológicas adversas, según el último informe, que se publica cada tres meses.
Por otra parte, este año se esperan abundantes cosechas de cereales en Sudamérica, hasta un récord de 278,5 millones de toneladas.
La producción aumentará especialmente por el maíz de Argentina y Brasil, mientras que en Centroamérica las perspectivas son favorables en México aunque la distribución irregular de las lluvias estacionales ha dañado la producción en otros países de la zona.