Santo Domingo.-Martín Bastita Ogando retornará al Juzgado de Atención Permanente del Distrito Nacional, y esta vez no será por la acusación primaria de agresión física a su expareja, Geraldine Ivette Sánchez Baldera, sino por haberla asesinado, un hecho que consumó aprovechando un fallo de este tribunal que decidió dejarlo libre.
Bastita Ogando, acusado del asesinato de Sánchez Baldera, está detenido en el Palacio de la Policía, y se espera que este domingo sea traslado a la cárcel preventiva del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, donde el Juzgado de Atención Permanente le conocerá una solicitud de prisión preventiva.
Ese mismo tribunal había puesto al imputado en libertad, acusado de agredir a su expareja Geraldine Sánchez, basado en la imposición de pago de una garantía económica de 100,000 pesos, bajo la modalidad de contrato e impedimento de salida del país sin previa autorización.
Igualmente, el tribunal le impuso a Bastita Ogando la obligación de someterse a la vigilancia y cuidado del Centro Conductual para Hombres, situado en la intersección de la calle Yolanda Guzmán y avenida 27 de Febrero, en el Distrito Nacional, para asistir a las charlas que ofrece esa institución.
También el tribunal dispuso que el imputado se presentara el primer lunes de cada mes por ante el fiscal investigador, una medida que queda impuesta por un periodo de seis meses, que es el plazo para la investigación, disponiendo su libertad.
El tribunal dictó, además, una orden de protección a favor de Sánchez Baldera, por lo que le advirtió al imputado que debía abstenerse de acercarse a la víctima de la agresión por cualquier vía, así como a los lugares que esta frecuentaba.
Sin embargo, el imputado incumplió la medida del tribunal y el pasado viernes se presentó al trabajo de Sánchez Baldera, ubicado en la urbanización Gala, en la avenida Núñez de Cáceres, con el pretexto de hablar con ella, pero a su salida del establecimiento le disparó a la cabeza, ocasionándole la muerte.
Tras cometer el hecho, Bastita Ogando huyó del lugar, entregándose horas después a las autoridades. Sánchez Baldera dejó un niño de dos años en la orfandad, que había procreado con su victimario.
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