Gobierno denuncia que grupos extremistas están fuertemente armados (Foto: Archivo)
La inseguridad, la violencia social, la criminalidad y los actos terroristas se han tornado incontrolables en Libia debido a la carencia de una Fuerza militar armada; mientras los actuales «servicios de seguridad» reciben duras críticas, son acusados de permisividad e, incluso, de estar implicados en la mayoría de estos hechos.
Las autoridades libias, sobrepasadas por el incremento de la violencia que provocan los conflictos tribales, las amenazas de los partidarios del antiguo régimen y las milicias armadas incontrolables, ahora deben también hacer frente al ascenso del movimiento salafista.
Ha surgido un movimiento de destrucción de mausoleos musulmanes al oeste del país, reivindicados por grupos de islamistas extremistas que aún poseen poder en parte del territorio libio.
La agencia AFP señala que el gran problema en Libia es que aún 10 meses después de la muerte del exlíder Muamar al Gaddafi y del anuncio de la «liberación» del país, el país aún no cuenta con ejército, ni un cuerpo de seguridad bien estructurado.
En ese sentido, la seguridad del país está en manos grupos de exrebeldes que combatieron contra el Gobierno de Gaddafi, pues son los que, de forma infructuosa, tratan de mantener el orden público.
El ministro del Interior, Fawzi Abdelali, recientemente hizo un llamado al diálogo, afirmando que no quiere arriesgarse a nuevos enfrentamientos con los numerosos grupos extremistas, ya que constituyen una gran fuerza armada.
«Son fuertes porque el Estado es débil», lamentó el Ministrodel nuevo Gobierno.
Ataques extremistas
Grupos extremistas demolieron el pasado sábado varios mausoleos en Trípoli, profanando cada una de estas tumbas, generalmente centro de peregrinación para algunos musulmanes, especialmente los sufistas.
También fue saqueada una biblioteca y destruído un mausoleo en Zliten y Misrata (oeste), provocando la indignación de la sociedad civil, de numerosos políticos libios y organizaciones internacionales.
Entre los grupos armados existe una fuerte oposición a estos mausoleos erigidos en memoria de santos musulmanes, porque estos últimos, a su juicio, “son objeto de una veneración popular contraria a la unicidad de Dios, precepto fundador del islam”.
El Congreso General Nacional (CGN), la mayor autoridad política del país desde las elecciones del 7 de julio, prometió firmeza contra estos grupos y criticó al Gobierno por su falta de acción.
Por su parte, el ministro de Defensa, Usama Juili, explicó ante el CGN que «el ejército es una gran institución que no se construye en un día o en un mes, pues tarda varios años».