EFE
MANAGUA. Las protestas contra las reformas a la seguridad social aprobadas por el Gobierno de Nicaragua continuaron ayer por tercer día consecutivo, y ya se han cobrado la vida de al menos cinco personas y dejado 88 heridos, varias de ellas de gravedad.
Las protestas, que comenzaron el miércoles pasado, continuaban en varias ciudades del país comenzado la noche de este viernes, una jornada en la que se registraron tiroteos en las manifestaciones detonadas por las reformas a la seguridad social que aumentan la cuota patronal y laboral, y establecen la cotización perpetua.
Un estudiante menor de edad falleció luego recibir un balazo durante un brote de violencia en el centro de Managua, confirmó a Efe la Cruz Roja Nicaragüense.
El adolescente pasaba por el lugar y no estaba relacionado con la escena, según sus familiares.
En la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), al este de Managua, fue reportada la segunda víctima de este día, un estudiante que según testigos recibió un disparo en el corazón.
Estudiantes universitarios denunciaron que las fuerzas de choque del Gobierno, a las que denominan “turbas”, dispararon contra los manifestantes, lo que Efe pudo confirmar.
Reportes de disparos con plomo por parte de las “turbas” en contra de los manifestantes han llegado desde la Upoli, la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), la Catedral de Managua y la ciudad de Masaya.
La Cruz Roja Nicaragüense atendió este viernes a 27 personas heridas, de las cuales 17 necesitaron traslado a centros hospitalarios debido a su estado de la gravedad.
El obispo nicaragüense Silvio Báez denunció ayer que cientos de estudiantes que buscaron refugio en la Catedral de Managua fueron asediados por la Policía Nacional, lo que fue negado por esa institución pese a las evidencias.
Imágenes divulgas por los manifestantes, tanto estudiantes como pobladores, muestran a los agentes intentando ingresar a la Catedral de Managua, en el centro de la ciudad, sin éxito.
Las imágenes también muestran a los agentes policiales disparando bombas lacrimógenas y otros proyectiles difíciles de identificar hacia el interior del templo católico.
De la misma manera hay vídeos en donde se observa a los agentes deteniendo a los carros en las carreteras para decomisar agua y alimentos que creen son para apoyar a los estudiantes, mientras que protegen a encapuchados agresivos que dicen estar del lado del Gobierno.
Las manifestaciones pacíficas contra el Gobierno, que incluyeron hacer bulla con cazuelas al atardecer, se desarrollaban en toda Nicaragua, pero los brotes más violentos se registraban en las ciudades de León, Managua y Masaya.
El sector privado de Nicaragua llamó este viernes a una gran marcha por la paz y el diálogo para el próximo lunes, y pidió a las autoridades respetar su derecho a manifestarse en las calles.
Los representantes de las patronales nicaragüenses también solicitaron al Gobierno que no saque del aire a los canales de televisión que informan sobre los brotes de violencia, y que los estudiantes universitarios arrestados por manifestarse “puedan salir libres de manera inmediata”.
No ha habido hasta ahora datos oficiales de detenidos. El Gobierno y la Policía se han limitado a informar que entre jueves y este viernes 28 agentes han resultado heridos por “grupos de vándalos que realizaban tranques (bloqueos) en la vía pública y daños a la propiedad privada y pública”.
La líder campesina Francisca Ramírez, un personaje de alto valor moral en Nicaragua, anunció que se sumaría a las protestas con miles de campesinos.
Por su parte, la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, dijo este viernes que “movimientos artificiales” son los responsables de la escalada de violencia.
“Estos movimientos artificiales, propios de un pensamiento desconectado, desconsiderado y destructivo no van a desmovilizar la voluntad y el compromiso cristiano, socialista y solidario de este Gobierno”, dijo la también primera dama de Nicaragua cuyo presidente, Daniel Ortega, no ha comparecido públicamente.