Ya viene la crisis fiscal

Por Víctor Víctor

¿Y ahora qué? El paquetazo a horas de su aprobación, con las nacientes fuerzas progresistas sin diferenciarse de la militancia capitalista sumada sin un plan de contingencias a la burlada Comisión Económica y Social, CES. Por su lado el gobierno y los ‘leoneluses’ tirando su primer ‘match’ político de importancia cuyas contradicciones alteran el curso de la discusión sobre el tema fiscal.

Todo ha sido una novela aleccionadora. Pero más me interesa llamar la atención a quienes creyeron importante participar en los espacios que brindó esta sociedad capitalista y no deseada, con el fin de ejercer la práctica política desde las instancias del autotitulado “poder”.

Y puede ser interesante ir a ‘espiar’ a los del sistema para aprender de cerca cómo se mueven. Mas resultó ridículo sumarse a la discusión del paquetazo sin una propuesta diferenciadora de las fuerzas sostenedoras de la imposible democracia capitalista, representada por un variopinto de sujetos que sólo buscaban afinar sus instrumentos para que las imposiciones fiscales no les pegaran, sin importarles los jodidos de siempre.

Nunca entendí para qué dialogar sobre un proceso que no concernía a las fuerzas progresistas, un tema indiscutiblemente econocéntrico, en sus orígenes y en la búsqueda de resultados. No comprendí cómo agrupaciones de la lucha social se sentaban a dialogar con un gobierno que confía al FMI (cobradores imperiales) la salud de su inversión. No comprendí cómo sentarse a hablar con un gobierno que nunca dio señales de ni siquiera mencionar con nombres y apellidos a los causantes de tanto mal. No sea pendejo, ombe.

No es conocer las formas cómo los gobiernos hacen las cosas las que nos harán crear las maneras de accionar efectivamente, no es aprendiendo el pragmatismo oficial que podremos construir nuevas formas de hacer política. Lo que es peor, estos gobiernos inventan espacios de diálogo con la lógica de reforestar su terreno, el capitalismo. La presencia de sangre joven y revolucionaria sólo serviría para disfrazar ante la sociedad la afición de los gobiernos por el trasnochado modernismo (que no es igual que modernidad).

Ante el inminente paso del ciclón social llamado ‘el paquetazo’, diseñemos acciones de defensa para salvarnos de la crisis fiscal que ya viene o para reducir sus daños.