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Opinión

¿La hora de Dios?

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Por Melvin Mañón

Los devastadores incendios forestales en España, Portugal, Indonesia y California arrasan con árboles, palomas, viviendas, vidas y esperanzas pero nadie – al menos que yo sepa- los ve como anuncios de tragedias y cataclismos mayores que nos acechan, como si el Dios todopoderoso u otros dioses nos estuvieran preparando, llevándonos de la mano a un campo universal de entrenamiento para que vayamos conociendo el infierno en la tierra.

En Puerto Rico, la Florida, Texas, Louisiana, Nicaragua, Bangla Desh, Pakistán y quien sabe cuantos lugares mas las inundaciones desatadas por huracanes, tormentas casi bíblicas por su extensión, su capacidad destructiva, su ferocidad imperturbable arrasan cosechas, puentes, trasladan antiguas viviendas o edificaciones convertidas en escombros por entre valles, desfiladeros y despeñaderos donde seres humanos ven naufragar su arrogancia tanto como su estupidez y, de nuevo, nadie los ve como el anuncio de tragedias mayores por venir, nadie relaciona los vientos destructores con el agua desbordada ni con los fuegos forestales y nadie parece darse cuenta de que, una vez mas, el Todopoderoso de cada uno de nosotros, está enviando pruebas no tanto para atestiguar su existencia sino para, definiendo sus credenciales advertir a los creyentes que el tiempo de los arrepentimientos se agota.

En las grandes ciudades del mundo donde campea el vicio, la degradación, la violencia y la injusticia, donde la publicidad embrutece y envilece, donde el sexo barato gobierna, donde nada es nada y todo es todo, un individuo asesina a 50 homosexuales en Orlando, otro mata a 58 que se divertían  en una de las tantas fiestas paganas de la época en esa Meca del vicio que es  Las Vegas la única ciudad del mundo todo es mentira, todo es falso, todo es una imitación. Pero en Somalia, una tierra olvidada de negros de pasado lustroso unas 300 personas mueren en la explosión de un ataque suicida como ya antes en Iraq, Siria, Líbano, Francia, Alemania, Turquía, Afganistán, India y cualquier otro país esos ataques se suceden con creciente frecuencia y cada vez mayor intensidad y tanto los autores como las causas que los inspiran llevan a los gobiernos y las elites de un extremo al otro, del desconcierto al absurdo. Tampoco esta vez la gente relaciona esos hechos, ya cotidianos, con los finales de una época, de un mundo, de una civilización, de una sociedad, de un estilo de vida y de un ordenamiento económico-social que no tiene solución ni salida.

Las epidemias de nuevas enfermedades, los virus cada vez exóticos, las bacterias cada vez mas resistentes, los médicos cada vez mas mercantilizados y los fabricantes de equipos y medicamentos contando y midiendo el valor de sus acciones en Bolsa y en todas partes cunde la desesperación porque como decía el Indio Duarte en una de sus declamaciones de cincuenta años tras: “ la ciencia no es pa los pobres máma, la ciencia no anda a caballo¨. Y sobre la iniquidad de millones de muertes evitables por enfermedades curables ni siquiera los ricos, los asegurados o los conectados están a salvo de tumores, cáncer, desórdenes como el Alzheimer, el autismo, la diabetes, la bipolaridad y otras plagas que nada tienen que ver con el ëbola ni con el virus de la fiebre aviar, empero atacan y matan a mucha mas personas que aquellos. Pero la gente, ese rebaño inmenso que pasta frente a las pantallas del televisor o se inclina reverente y sumiso ante un celular “llamado inteligente” o se atiborra de estupideces surtidas por una tableta y nadie piensa –claro todo está concebido para evitar que se piense- pero de todos modos, a nadie se le ocurre que también estas son señales desde los cielos, desde esas alturas inalcanzables donde se siguen nuestros movimientos en la vana esperanza de que, advertidos, reaccionarán y rectificarán.

Y los hijos que ahora asesinan a sus padres, a sus hermanos y a sus propios hijos, por una tramo de herencia, por cualquier cosa o para echar un polvo cualquiera, meter una raya de perico o simplemente acudir a comprar cosas que no necesitan pero que les hicieron creer que les eran imprescindibles a su felicidad. Este mundo de gente crápula, de niños malcriados y putos, de vagos y desvergonzados, de violentos que reclaman lo ajeno como propio porque en el fondo saben que de alguna manera fueron expropiados, este mundo de mierda, de mentira, de vitrina, de falsedades, donde las autoridades todas perdieron la vergüenza y ya que carecen por completo de ella, se entregan, desenfrenadas y desinhibidas a apropiarse de lo ajeno, a corromper las investiduras que una vez, nominalmente representaban el decoro y lo contenían. Este es el mundo del apocalipsis, el de las escrituras, el que los creyentes proclamaron por siglos como el advenimiento, este es un mundo descreído, hedonista, violento y cretino. Y hay que reconocer que el logro de la publicidad y del sistema no ha sido pequeño porque haber envilecido el rebaño entero es a todas luces un logro extraordinario.

Los predicadores, evangelistas, párrocos y demás viven de la prédica de una virtud que no practican; también ellos sucumben a la carne y los vicios y pecados de esta y otras épocas y su negocio no soporta alentar el rebaño a comportarse como manada porque se lucran de aquel, no de esta.  En una época donde todo es mentira, en una sociedad que carece de solución a sus problemas, en un mundo donde los protagonistas traicionan sus promesas sin remordimientos; en el reinado del desconcierto solamente la sangre es verdadera y eso, única y exclusivamente, cuando se la derrama.

Nosotros, los estúpidos, seguimos educando a nuestros hijos en la virtudes, costumbres y valores que nos fueron enseñadas para que, dentro de ciertos límites, fueran violadas, no nos percatamos de que, en lugar de educarlos para la sumisión deberíamos entrenarlos para la guerra total. Pero nosotros, somos irremediablemente románticos, demócratas y modernos de mierda y jamás seríamos capaces de educar a nuestros hijos en la sangre. Que lástima porque mucha será derramada y los menos capaces de defenderse derramarán todavía mas.

La razón no es capaz de sacar el rebaño de la modorra, solamente la religión, un Dios o muchos Dioses son capaces de enardecer, apasionar, cegar y guiar las matanzas que se avecinan y tras tanta oscuridad, si es que algún asteroide no nos hace polvo antes, renacerá otro ciclo de vida, volverá la razón a prevalecer y así el ciclo de la vida será renovado una vez mas.

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Opinión

El voto en blanco, un instrumento útil en una desacreditada democracia.

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Por José Cabral

En un país donde la politiquería lo ha dañado todo, absolutamente todo, hay que apelar a una herramienta que puede servir de mucho y se trata del voto en blanco como una forma de llamar a la atención silenciosa a unos partidos que nada les sirve de escarmiento.

 En las pasadas elecciones municipales hubo un ensayo que, aunque no se trató exactamente del voto en blanco, sino del nulo, cuya última no parece ser la mejor opción, porque no son contabilizados y en consecuencia no surten ningún efecto, todavía requiere de una acción más contundente.

En cambio, el voto en blanco luce como una herramienta que como ya se ha planteado en diferentes lugares del mundo, representa una forma de protesta ante la conducta depravada y corrupto de los actores de la vida política nacional e internacional y sirve como una expresión democrática.

Sin lugar a dudas, que el voto en blanco puede ser la clave para darle una nueva vida y mayor credibilidad al sistema electoral dominicano y como vía de consecuencia a la democracia.

El alto nivel de abstención electoral es un espejo de la falta de estímulo del votante porque sufre desde hace décadas el mismo proceder de todas las organizaciones que conforman la odiosa partidocracia.

El voto en blanco podría constituirse en un instrumento útil para evitar  que el desacreditado sistema político dominicano caiga en la ilegitimidad, aunque no necesariamente en la ilegalidad, pero que este paso, sin duda, haría reflexionar a los que no les importa los intereses de la mayoría, sino los propios, de grupos y de otros particulares.

Sería como una especie de desaprobación constructiva como ya lo planteo alguien en una reflexión sobre este mismo tema.

En algunos países del hemisferio el voto en blanco es un mecanismo de cambio, ya que si esta opción logra la mayoría podrían repetirse las elecciones, pese a que para que esto ocurra en la República Dominicana habría que modificar las leyes del régimen electoral.

Pero de cualquier modo no deja de ser útil el voto en blanco para enviarles un contundente mensaje a todos los «vividores» de la política vernácula, sobre todo porque el país no está muy lejos de tener un total colapso institucional.

Se imaginan los dominicanos preocupados con el sendero que lleva el país enviar un mensaje en las urnas de que ninguno de los candidatos merece su voto y la repercusión que esto podría tener en el ámbito nacional e internacional.

Como ya se ha dicho el voto en blanco no es una expresión de apatía, sino de inconformidad, es una forma de dejar claro que no se quiere ninguna de las opciones presentadas.

A votar en blanco el próximo 19 de mayo y la mayoría de la gente verá como las cosas comienzan a cambiar, incluso el burocratismo que caracteriza a las instituciones públicas, las cuales en el marco de la concepción de los partidos políticos que controlan el Estado, son un patrimonio particular de cuyas acciones no tienen que rendirle cuenta a nadie.

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Opinión

Cuando el poder del discernimiento no es suficiente

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Por Isaías Ramos

El discernimiento es esa capacidad esencialmente humana que nos permite analizar, evaluar y comprender profundamente las encrucijadas que la vida nos presenta. Reflexionamos críticamente, balanceando aspectos racionales y emocionales, buscando esa chispa de claridad en cada decisión.

Pero, ¿qué sucede cuando el discernimiento parece fallar ante decisiones cruciales cuyas opciones parecen, todas, llevar a consecuencias negativas?

En esos momentos de incertidumbre, cuando el corazón pesa y el camino hacia adelante se nubla, es fundamental mantenernos fieles a nuestros principios. No podemos permitirnos el lujo de engañar a nuestra conciencia o justificar pequeñas traiciones por conveniencia o desesperación.

Actualmente, nuestra nación se encuentra inmersa en la recta final de una campaña electoral insulsa. Nos enfrentamos a una alarmante escasez de candidatos que realmente encarnen los valores y principios que nuestros padres de la patria instauraron. ¿Dónde están esos líderes capaces de trazar un camino claro hacia el futuro que deseamos? Las elecciones se acercan, y la oferta política parece más desalentadora que nunca.

Esta crisis de liderazgo es un claro desafío al poder del discernimiento individual. Nos vemos obligados a elegir en un panorama desolador donde predominan las promesas vacías y las estrategias populistas, más enfocadas en el engaño y la manipulación que en ofrecer soluciones reales. Las mismas caras, desgastadas por escándalos y fracasos, siguen ocupando el escenario político, insistiendo en que merecen otra oportunidad.

El discernimiento, sin embargo, debe ir más allá de la simple elección entre las opciones presentadas. Debe implicar una búsqueda activa de alternativas, un impulso hacia la creación de nuevas posibilidades que reflejen nuestros ideales más elevados. En estos momentos de crisis, es donde más se prueba la resiliencia de nuestra democracia y la integridad de nuestro compromiso con los valores fundacionales.

¿Cómo podemos confiar en aquellos que han sido parte del sistema corrupto que tanto ha dañado a nuestro país? La falta de visión política, la ausencia de transparencia y la escasez de propuestas innovadoras solo refuerzan la percepción de que la mayoría de los candidatos carecen del compromiso genuino necesario para liderar verdaderos cambios.

Es imperativo recordar que somos herederos de una nación forjada con principios y valores trascendentales. Frente a esta encrucijada crítica, debemos recordar nuestra responsabilidad como ciudadanos informados y conscientes. Cada voto que emitimos refleja nuestra dignidad y respeto por nosotros mismos. Vender o traicionar nuestros principios más íntimos equivale a despojarnos de nuestra propia humanidad.

Sucumbir a la tentación del egoísmo y la falta de integridad nos aleja de nuestra verdadera esencia y nos sumerge en un camino oscuro, impulsados por intereses mezquinos en lugar de valores profundos y duraderos. En este contexto, el discernimiento por sí solo no basta.

En el Frente Cívico y Social, entendemos que solo unidos podemos superar este desafío crucial y abrir paso a una nueva era política fundada en valores auténticos y proyectos transformadores. El tiempo es esencial y nuestra nación merece lo mejor.

No permitamos que la falta de visión y principios nos condene al estancamiento perpetuo. Juntos, podemos redescubrir el significado de la política como servicio verdadero al pueblo, redefiniendo así el futuro de nuestra nación.

El cambio está en nuestras manos. Es hora de reclamar nuestro futuro, de construirlo sobre los cimientos de nuestra integridad. ¡Despierta, RD!

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Opinión

La entrega de los nacionales de un Estado a la Corte Penal Internacional

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Por Rommel Santos Díaz

La Corte Penal Internacional requerirá en ciertas ocasiones  que un Estado Parte entregue a sus propios nacionales, cuando la persona sea sospechosa de haber cometido un crimen de la competencia de la CPI. No obstante, esto podría representar dificultades para aquellos Estados en los cuales su constitución expresamente prohíba  la extradición de sus nacionales, y podría requerir de soluciones creativas.

Los Estados deberían tomar en cuenta el ¨carácter específico de la Corte¨ al decir sobre la mejor manera de asegurar  que la nacionalidad de la persona requerida no afecte su entrega a la Corte Penal Internacional.

Los Estados Parte del Estatuto no podrán alegar bajo ninguna circunstancia que la nacionalidad del acusado, o una disposición constitucional que prohíbe la extradición de nacionales impida su entrega.

Para muchos Estados, la posibilidad de entregar sus nacionales a la CPI no necesita la implementación de una ley particular  más que aquella que prevea la entrega de cualquier persona  a la CPI.No obstante algunos Estados poseen una constitución que expresamente prohíbe la extradición de los nacionales. Estos Estados deben de escoger entre estas  dos opciones:

  1. a)Algunos Estados podrían distinguir en su legislación entre la extradición de una persona  a otro Estado y la entrega de una persona a la CPI, lo cual permitiría la entrega de nacionales a la CPI a pesar de la restricción a la ´´extradición¨ de nacionales a tribunales extranjeros, sin obstaculizar la habilidad del Estado  de cooperar plenamente con la CPI.

La ventaja de esta medida consiste  en el procedimiento simple a seguir para la entrega de una persona acusada a la CPI. También reconoce el carácter específico de la competencia de la CPI , la cual no puede considerarse como una jurisdicción extranjera , y prevé una manera más eficiente de proceder con la cooperación.

  1. b)La reforma podría ser mínima, dirigida solo a la introducción de una excepción al principio, asegurando  que la constitución no sea violada por la entrega de un nacional a la CPI. La ventaja de una enmienda constitucional con una referencia específica a la CPI yace en el hecho de que elimina cualquier posibilidad de que surja un conflicto normativo a  escala nacional.

Lo planteado anteriormente garantiza que los tribunales nacionales dicten sentencias de conformidad con sus obligaciones legales respecto al Estatuto de Roma, pese al posible dilema de entregar a un ciudadano a otro sistema judicial.

Rommelsantosdiaz@gmail.com

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