Nutrición
Listeria: Crece la amenaza de la bacteria que sobrevive en tu nevera
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5 años agoon
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LA REDACCIÓNREDACCIÓN INTERNACIONAL.- Se adapta muy bien a diferentes ambientes, coloniza todo tipo de comidas y se las ingenia para multiplicarse incluso en el interior de la nevera. Por eso, la Listeria es una de las principales causantes de infecciones alimentarias en todo el mundo.
En la mayoría de los casos, esa contaminación no provoca problemas de salud graves y se queda en una leve gastroenteritis. Pero en otros, sobre todo si los afectados son ancianos, mujeres embarazadas o personas con afecciones previas, las consecuencias de la infección pueden ser trágicas.
Hace unas semanas, las autoridades sanitarias británicas informaron de la muerte de tres personas que habían consumido sandwiches contaminados con la bacteria -cuyo nombre completo es Listeria monocytogenes. Otras tres permanecieron días hospitalizadas por culpa del patógeno, cuya presencia ha mostrado una tendencia creciente desde 2008, según datos de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés).
Recientemente, una investigación conjunta del Hospital Ramón y Cajal de Madrid y el Instituto de Salud Carlos III ha confirmado que, en nuestro país, los ingresos hospitalarios por listeriosis también han aumentado significativamente en los últimos años.
En concreto, entre 1997 y 2015 se han registrado 5.696 hospitalizaciones relacionadas con listeriosis, con una variación de los casos que van desde los 75 contabilizados en el año de inicio de la investigación a los 448 notificados en 2015.
Estas cifras, recuerdan los investigadores, son sólo la punta del iceberg, ya que únicamente un pequeño porcentaje de los casos, los más graves, hacen necesario el ingreso en un centro hospitalario. El 50% de los afectados eran personas mayores de 65 años, mientras que un 7% correspondía a mujeres embarazadas y otro 4% a recién nacidos. La mortalidad fue del 17%, aunque la cifra se eleva al 67,5% si sólo se tienen en cuenta a los ancianos.
“Se trata de un problema de salud pública emergente en España” que “requiere una mayor vigilancia, además de medidas de prevención que incluyan la educación en seguridad alimentaria y las advertencias a los grupos de riesgo”, señala el estudio, publicado recientemente en ‘Eurosurveillance’.
Según explica Zaida Herrador, investigadora del Centro Nacional de Medicina Tropical del Instituto de Salud Carlos III y una de las principales firmantes del trabajo, no se conocen a ciencia cierta las causas de este incremento, aunque parece que se debe a una confluencia de factores.
Por un lado, explica, “el aumento de la esperanza de vida” y, por tanto, también de los problemas asociados a la edad y otras alteraciones que afectan al sistema inmunitario de las personas, “pueden ser factores de riesgo para esta enfermedad”.
Además, también influyen en el crecimiento del número de hospitalizaciones, la aparición de cepas más virulentas de la bacteria y el aumento del consumo de comida rápida y lista para tomar que, por el tipo de manipulación y almacenamiento que lleva aparejada, es más susceptible de contaminación.
Si en los años 90, los brotes de Listeria se debían principalmente a la contaminación de embutidos y salchichas, ahora se vinculan, sobre todo, a productos lácteos no pasteurizados -sobre todo quesos blandos- y frutas y verduras crudas (también en forma de zumos). En el último brote registrado por la EFSA, la fuente de contaminación eran productos de pescado ahumado -trucha y salmón- fabricados en Estonia.
“La bacteria tiene una gran capacidad para sobrevivir en los alimentos. Por eso, si no existe una adecuada higiene alimentaria y un buen mantenimiento del entorno en el que se preparan los alimentos, la contaminación es sencilla”, apunta José Antonio Lepe, miembro de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), que no ha participado en el estudio, pero constata un aumento de los casos que “también puede deberse a que este tipo de patógenos se vigilan más que hace 10 años”.
Se han realizado mejoras en la vigilancia de las listeriosis -que, desde 2015, es una enfermedad de declaración obligatoria- y también se han tomado medidas para mejorar los criterios de higiene en cuanto al manejo, por ejemplo, de zumos de frutas y hortalizas no pasteurizados. Sin embargo, los autores de la reciente investigación española consideran que aún queda un largo camino por andar para mejorar el control del patógeno.
“Consideramos que sería necesaria una mayor concienciación a nivel poblacional y del personal asistencia, para que sospeche de la enfermedad y la contemple en el diagnóstico diferencial. Pero, además, también creemos que es importante incluir recomendaciones en este sentido en el consejo que habitualmente se da a las embarazadas”, añade Herrador.
Según explica la investigadora, las mujeres embarazadas tienen una probabilidad hasta 10 veces mayor de padecer listeriosis debido a la alteración del sistema inmunitario que se produce durante la gestación, por lo que, en su caso, sería recomendable extremar las medidas de precaución y no consumir productos de riesgo.
“En la mayoría de las ocasiones, la infección es leve en la madre, pero puede ser muy severa en el feto” y provocar abortos espontáneos, muerte fetal o discapacidad en el recién nacido.
Las personas con una listeriosis invasiva suelen desarrollar síntomas entre una y cuatro semanas después de haber ingerido algún producto contaminado. En mujeres embarazadas, estos signos pueden no ser muy llamativos y parecerse a los que habitualmente acompañan a la gripe.
En cambio, en personas mayores, la enfermedad, que puede provocar meningitis o encefalitis, suele mostrar otros signos, como dolor de cabeza, rigidez en el cuello, confusión, pérdida de equilibrio y convulsiones, aparte de fiebre y dolores musculares.
Para evitar contraer la infección, Lepe recomienda tres pautas sencillas: lavar bien frutas y verduras, refrigerar adecuadamente los alimentos, no mezclar en la nevera las hortalizas y las comidas ya elaboradas y nunca consumir lácteos y preparados que no hayan sido previamente pasteurizados.
Además, también se recomienda que productos como el melón, que no suelen consumirse enteros de una vez, se mantengan refrigerados una vez abiertos.
Fuente: El Mundo
Nutrición
La dieta perfecta para un envejecimiento saludable
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3 meses agoon
septiembre 12, 2024EFE
Madrid.– En España cada vez se destinan más recursos a investigar cuál es la dieta saludable ideal para que una persona viva los años de envejecimiento con la mejor calidad posible.
Según los últimos datos de la agencia estadística Eurostat, España es el país de la Unión Europea (UE) que registra una mayor esperanza de vida, con 84 años de edad, una cifra que se encuentra 2,5 puntos por encima de la media europea.
Es uno de los países más longevos del mundo y, de entre varias hipótesis de las causas, el estilo de vida juega un papel importante.
De hecho, la dieta se ha postulado como uno de los mecanismos más importantes.
Gracias a los múltiples avances en ciencia y tecnología, nuestra esperanza de vida aumenta cada año. Por ello, la población mayor cada vez es más numerosa.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya predijo que, entre 2015 y 2050, la proporción de la población mundial mayor de 60 años casi se duplicará del 12 % al 22 %.
Diana Díaz-Rizzolo, investigadora y profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, experta en nutrición y longevidad, investiga en este ámbito y explica las características que debe tener una dieta perfecta para el envejecimiento
1. Evitar una alimentación restrictiva
La experta advierte de que es necesario poner atención en que las dietas sean completas, pues numerosos estudios han puesto de manifiesto que los déficits nutricionales pueden ser comunes en personas de edad avanzada.
En caso de exceso de peso, Díaz-Rizzolo, experta del máster universitario de alimentación saludable y sostenible de la UOC, explica que hace falta enfocarse en la calidad de la dieta.
“Es común que haya personas con exceso de peso porque siguen con una dieta parecida a la época de adultos jóvenes. El gasto energético ha disminuido bien porque hacemos menos actividad física o dejamos el ejercicio por diversos motivos y porque nuestro gasto calórico basal se ve disminuido por la propia edad”, apunta la especialista.
2. Enfocarse en calidad (y no en cantidad) de la dieta
La experta indica que la calidad de la dieta debe ser el objetivo.
Más variedad de alimentos de mejores fuentes nos proporcionarán los nutrientes que necesitamos, nos saciarán más y nos aportarán más energía que alimentos menos saludables.
“Por ejemplo, un plato grande de verduras asadas (más de 300 g de zanahoria, pimiento, calabacín y berenjena) acompañado de un buen trozo de tortilla de patatas parece mucha cantidad, pero un bocadillo tipo sandwich mixto o bikini, el cual puede parecer a simple vista una cena ligera, puede aportarnos más calorías, menos saciedad por su bajo contenido en fibra y mucho menor aporte de nutrientes”, señala la investigadora.
3. Rehuir de los alimentos ultraprocesados, envejecen
Los alimentos ultraprocesados no solo afectan directamente a nuestra salud y nos acercan a desarrollar patologías crónicas evitables, sino que además envejecen.
“Nos vuelven más frágiles y aumentan nuestro riesgo de fallecer (incluso cuando no nos aportan más calorías). Pero es que, además, promueven el envejecimiento de nuestras células. Vamos, un cóctel para vivir menos y peor”, alerta Díaz-Rizzolo.
4. Consumir proteína
A pesar de que estudios previos parecían indicar que las cantidades de proteína que consumían los adultos mayores era suficiente, se ha visto que no es así.
Las necesidades de proteína ingerida se ven afectadas durante el envejecimiento y difícilmente se incorporan las cantidades necesarias en la dieta.
Pero, anecdóticamente, se ha observado que, a más proteína animal consumida, más fragilidad en el adulto mayor.
Por este motivo, la experta recomienda priorizar la proteína vegetal a la animal.
“Lo recomendable es consumir alimentos proteicos de origen vegetal. De hecho, la sustitución de solo un 3 % de la proteína animal por vegetal supone un descenso en el riesgo de mortalidad del 10 %”, explica la profesora.
5. Moderar los cereales y tubérculos
Las poblaciones más longevas siguen patrones de dieta moderadamente ligera en alimento ricos en carbohidratos, como el arroz, la pasta y la patata.
No obstante, consumir esas grasas de origen vegetal puede suponer una prevención de desarrollar patologías durante la vejez y protegen frente al envejecimiento celular.
La investigadora de la UOC aconseja moderar los cereales y tubérculos y aumentar los frutos secos, el aceite de oliva y los aguacates.
“Por eso, una alimentación sin restricciones y con una amplia variedad de alimentos de origen vegetal puede ser nuestro mejor aliado para vivir más y mejor”, concluye Díaz-Rizzolo.
Nutrición
Los tres frutos secos que debes incluir en tu dieta diaria para sentirte con energía
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12 meses agoon
enero 10, 2024Los frutos secos, considerados por muchos nutricionistas como elementos fundamentales en una dieta saludable, no solo destacan por su sabor exquisito y su versatilidad culinaria, sino también por sus beneficios nutricionales. Pablo Ojeda, conocido nutricionista, ha revelado sus tres frutos secos favoritos por su excepcional valor para la salud: las almendras, las nueces y, compartiendo el tercer puesto, los pistachos y los anacardos.
Tienen un alto valor nutricional
Almendras, nueces, pistachos y anacardos, los frutos secos más destacados
Almendras, las favoritas de Ojeda, destacan por su capacidad para mantener un buen control glucémico, siendo ideales incluso para personas con diabetes debido a su bajo índice glucémico. Rica en vitamina E, grasas saludables y minerales como el calcio, las almendras ofrecen casi 20 gramos de proteínas por cada 100 gramos, superando a la leche en la provisión diaria de calcio.
Las nueces, clasificadas como contribuyentes a mejorar la elasticidad de los vasos sanguíneos por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (ESA), son esenciales para una dieta equilibrada. Consumir 30 gramos diarios de nueces puede tener beneficios significativos para la salud cardiovascular.
Pistachos y anacardos, en el tercer lugar según Ojeda, ofrecen diferentes ventajas. Los pistachos, ricos en fibra y con un fuerte efecto saciante, son ideales para controlar el hambre entre comidas y mejorar la salud ocular. Los anacardos, además de ser versátiles en la cocina, aportan triptófano, esencial para la producción de melatonina y serotonina, hormonas vinculadas al bienestar y la felicidad.
Contribuye a una mejor salud cardiovascular
La cantidad diaria recomendada es de 30 gramos
El consumo moderado de frutos secos se destaca como crucial, ya que, a pesar de sus beneficios nutricionales, poseen un alto contenido calórico. La cantidad diaria recomendada es de 30 gramos, aproximadamente un puñado, para evitar problemas digestivos.
Incorporar frutos secos en la dieta no solo contribuye a una mejor salud cardiovascular, sino que también ayuda a mantener un peso equilibrado, controlando la ingesta de alimentos y reduciendo el picoteo entre horas. Además, estos alimentos, ricos en hierro y otros minerales, potencian la función cerebral y protegen el corazón.
Más allá de sus beneficios para la salud, los frutos secos añaden una dimensión única a la gastronomía, aportando texturas y sabores distintivos. Su versatilidad permite su uso en una variedad de platos, desde recetas dulces hasta opciones saladas.
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Nutrición
Los beneficios para la salud de comer tomate (crudo y cocido)
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12 meses agoon
enero 10, 2024En ensaladas, en salsas, asados o en sopas…
El tomate suele ser una suerte de comodín en la cocina que va con casi cualquier cosa y levanta el sabor de cualquier plato.
Fácil de conseguir, y relativamente económico, nos resuelve más de una comida.
Pero, además, el tomate nos aporta una serie de beneficios para la salud, tanto si lo ingerimos crudo como cocido.
Aunque lo consumimos como una hortaliza, desde el punto de vista de la botánica el tomate es una fruta.
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Existen cerca de unas 10.000 variedades de tomates que difieren en su tamaño, forma y color, pero el que predomina es el rojo.
Cuestión de color
Y es justamente este color lo que lo convierte en un alimento muy interesante a nivel nutricional, según explica Gemma Chiva-Blanch, profesora de Nutrición de la Universidad Abierta de Cataluña, en un artículo publicado recientemente en The Conversation.
“El cromatismo de los vegetales viene dado por unas sustancias, los polifenoles y los carotenoides, que cubren el espectro desde el amarillo (del limón) al morado (de la berenjena, por ejemplo).
“El tomate es rojo porque contiene gran cantidad de estos compuestos, aunque hay distintas variedades con diferentes colores que tienen mezclas distintas de polifenoles y carotenoides”, señala Chiva-Blanch.
Estos compuestos bioactivos tienen un efecto antioxidante y antiinflamatorio.
Enfermedades cardiovasculares
Para hacernos una idea, una porción de 80 gramos de tomate contiene cerca del 5% del potasio que un adulto necesita al día.
Consumir alimentos ricos en potasio está asociado a un menor riesgo de accidentes cerebrovasculares y puede estar asociado también a un menor índice de enfermedad coronaria.
Los tomates contienen además un compuesto llamado licopeno que, además de tener un efecto antiinflamatorio y antioxidante, tiene el potencial de reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, según varios estudios.
Incluso sin preparación alguna, solo condimentados con un poco de sal y aceite de oliva, los tomates pueden ser muy sabrosos.
Chiva-Blanch señala que el licopeno es “uno de los pocos compuestos en los alimentos que se absorbe mejor si nuestro protagonista (el tomate) está triturado”, como en el caso de la sopa fría española conocida como gazpacho u otra versión llamada salmorejo, típica del sur de España, o cocido.
Y si bien es cierto que, al igual que otras frutas y verduras, el tomate pierde vitaminas y minerales cuando se somete a altas temperaturas, diversos estudios apuntan a que el licopeno, por el contrario, intensifica su potencial antioxidante con el calor.
También es recomendable consumir el tomate cocido con aceite de oliva, que contribuye a que se asimilen mejor sus compuestos.
Según la revista Good Food de la BBC, gran parte del contenido de carotenoides está en la piel del tomate, por lo cual, en lo posible, es recomendable no pelarlo para obtener un máximo beneficio.
Más beneficios
Otros beneficios de los fitoquímicos que contiene el tomate es que mantienen la salud de los ojos y pueden tener un efecto protector contra la degeneración macular vinculada a la edad y otras enfermedades de la vista.
Chiva-Blanch señala también que las personas con diabetes, con más posibilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares, que consumen más tomates “tienen una menor carga esclerótica y por lo tanto un menor riesgo cardiovascular”.
A modo de guía, 80 gramos de tomate representan una de las cinco porciones de frutas y verduras al día que recomienda la Organización Mundial de la Salud como parte de una dieta saludable.
80 gramos de tomate equivalen aproximadamente a un tomate tradicional o 7 siete tomates cherry.
https://www.bbc.com/