Agencia Efe
MADRID.- El director y actor venezolano Miguel Ferrari pone sobre la mesa el debate de la gestación subrogada en su nueva película “La noche de las dos lunas”, un drama que ha sido seleccionado por Venezuela para representar al país en la carrera por el Óscar, cuyo estreno mundial será en España el 30 de agosto.
La película, de producción hispanovenezolana, está rodada en Caracas, concretamente en el Parque Nacional del Ávila, el macizo montañoso que enlaza su cima (el pueblo de Galipán) con la ciudad a través de un teleférico, aunque el director aspira a la universalidad y a que “cualquiera se pueda ver reflejado aquí, como en cualquier sitio del mundo”.
Así lo afirma en una entrevista con EFE el director venezolano, quien ha explicado que quería tratar el tema de la maternidad y los diferentes tipos de familias, pero a través de las emociones personales de las dos protagonistas -Mariaca Semprún y Prakriti Maduro-.
“La legislación se ha quedado anticuada, mientras que la ingeniería genética ha avanzado mucho, así que es un tema para hablar con urgencia. Para mi era muy interesante ver qué nos parecía más importante, si lo afectivo o lo biológico, en ese nuevo concepto evolucionado de las familias”, cuenta Ferrari.
El cineasta presenta su cinta apoyándose en una cita en la que explica que “hay estrellas que nacen en el agua y niños que nacen de suspiros”.
“Cuentan que una noche Marte estuvo tan cerca de la tierra que podían verse en el cielo dos lunas, esa fue la noche en que nació, la noche de las dos lunas”, dice Ferrari al comienzo de su segunda película tras ganar el único Goya que ha conseguido Venezuela con “Azul y no tan rosa” (2014).
“La noche de las dos lunas” narra la historia de Federica (Maduro), una joven que decide tener un hijo gracias a la ayuda de su mejor amigo que es homosexual, y de una pareja que no consigue quedarse embarazada. En la clínica de fecundación se produce un error y se intercambian los embriones de las dos parejas, un hecho que sucedió en una clínica de Italia e impactó al director.
“Pero más allá de lo que digan las leyes, lo que más me interesó es la relación interpersonal, lo que sucedía entre ambas parejas, qué es lo que sucedía dentro de ellos en esta situación limite”, confiesa Ferrari.
El director venezolano acompaña a sus protagonistas mostrando sus inquietudes o, incluso, sus dudas sobre una realidad que les sobrepasa pero a la que deben hacer frente.
En este sentido, Semprún ha dicho a EFE que se siente identificada con su personaje y que también llegaría a una situación límite como ella si fuera su hijo: “Yo creo que buscaría a la otra chica y le diría vamos a hablar, vamos a conversar, es un ser humano el que viene qué vamos a hacer. Si yo soy la madre genética y tu la que lo porta, cómo podemos hacer para poder participar las dos de ello”, apunta.
El reparto de la película se completa con Luis Gerónimo Abreu, Albi De Abre y con los españoles Juan Jesús Valverde y María Barranco. Esta última en su papel de vieja diva de la televisión con toques almodovarianos es que la pone el punto cómico, rebajando la tensión de una película llena de drama.
En la cinta, el cineasta cuida hasta el más mínimo detalle y utiliza los colores o la composición de planos para describir las sensaciones de los personajes. “El lugar donde sucede la trama final de la película era idóneo, con el clímax que quería para mostrar esa tensión de las dos protagonistas a través de una noche cerrada y con un gran vacío bajo ellas”, aclara el venezolano.
En cuanto a los premios Goya del próximo año, el cineasta ha bromeado con que cuenta con competir y poder repetir galardón a Mejor película iberoamericana, aunque ha confesado que de momento para él su fecha “importante” es el día 30, el día de su estreno.