La campaña a destiempo de los candidatos presidenciales opoca la que desarrollan los aspirantes a alcaldes de los diferentes municipios del país para las elecciones que están a la vuelta de la esquina.
De hecho, los aspirantes a encabezar los gobiernos locales “van forzados”, y no necesariamente por la competencia externa, sino por la interna, encarnada por unos candidatos a la Presidencia de la República que despiertan un interés especial en el electorado de un país eminentemente presidencialista.
La atención que despiertan las opciones presidenciales, en desmedro de las figuras postuladas a las sindicaturas, es una de las consecuencias del particular esquema en el que se realizan las elecciones en esta ocasión.
Se trata de un modelo híbrido en el que no se puede hablar de elecciones simultáneas, porque hay dos fechas de votaciones distintas, pero tampoco le cabe del todo el término de “separadas”, porque entre un proceso y otro solo transcurrirán tres meses. Ambos sistemas, el de elecciones conjuntas y separadas, se han experimentado en el país, pero el de ahora no es ni lo uno ni lo otro.
Cuando hubo elecciones separadas –a partir de la reforma constitucional del 1994- se realizaban las municipales y legislativas y dos años después, las presidenciales. Cada proceso tenía su propio espacio para desarrollarse, por lo que, en su momento, los candidatos a cargos locales asumían el protagonismo. Algo muy distinto a lo que ocurre ahora, cuando los nominados a cargos municipales, en las ocasiones en que se juntan con los presidenciales, aparecen como simples acompañantes.
Los aspirantes presidenciales, principalmente Luis Abinader, Gonzalo Castillo y Leonel Fernández, de los partidos Revolucionario Moderno; de la Liberación Dominicana y Fuerza del Pueblo, respectivamente, mantienen un intenso activismo muy enfocado en la promoción de sus propias figuras, aunque en cada caso, “disfrazado” de apoyo a los candidatos municipales de sus partidos y aliados.
La fórmula es sencilla. Los tres realizan recorridos, marchas, caravanas, y otras actividades propias de las campañas, y aparecen acompañando a quienes son postulados por sus partidos para las elecciones municipales en la demarcación visitada en ese momento.
Con esta metodología, aparentemente mantienen su accionar acorde con la Ley Electoral, y la proclama de la Junta Central Electoral (JCE), que dejó abierta la campaña, pero solo a nivel municipal, y no así en la presidencial.
Y aunque esa no sea la intención –que en este caso sí lo es- , la realidad es que lo que diga o haga cualquiera de esos tres candidatos presidenciales en las actividades realizadas de manera conjunta con candidatos a alcaldes y regidores, copará el interés de los asistentes, y de los medios de comunicación, tanto de los tradicionales como de los nuevos medios de difusión.
En la práctica, todos han decidido adelantar la campaña presidencial, y tienen sus razones para ello. Castillo, por ejemplo, no tiene tiempo qué perder, ya que es la primera vez que asume el rol, y debe darse a conocer y promoverse.
Fernández, de su lado, es el más conocido y más ganador de todos, pero en esta ocasión prueba suerte con un proyecto político nuevo. Y en el caso de Abinader, es puntero en las encuestas y se esfuerza por mantener ese posicionamiento.
Los contendientes por la Presidencia han estado ejecutando ideas en la campaña que les permitan promoverse y al mismo tiempo apoyar las fórmulas municipales de sus partidos.
El equipo de los morados, por ejemplo, usa ahora como principal arma de movilización las “Juntaderas de Gonzalo”, en las que Castillo visita una demarcación determinada donde desayuna, merienda y almuerza, acompañado de los candidatos locales de su partido pero, como es lógico, él es el protagonista.
Abinader, quien también se hace acompañar de los candidatos de su partido, recientemente firmó un acuerdo en Boca Chica con el candidato a alcalde del PRM en el que ambos se comprometen a desarrollar el municipio. Anunció que hará lo mismo en otras comunidades.
Una muestra del protagonismo de quienes aspiran al principal cargo del Poder Ejecutivo es el hecho de que Leonel Fernández hizo recientemente una propuesta sobre el manejo de los residuos sólidos. Su plan es muy abarcador y oportuno, ya que el tema requiere de acciones inmediatas y la campaña para comicios municipales se presta para debatir el tema. Pero el presidente de la Fuerza del Pueblo no delegó en ninguna instancia de su partido ni en sus candidatos a las alcaldías, sino que decidió asumir la propuesta.