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Reportaje A Fondo

Coronavirus en América: todo lo que necesitas saber

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En este resumen que se actualiza diariamente podrás encontrar los enlaces a los artículos esenciales que hemos publicado sobre el brote de Covid-19 en la región y las principales noticias por país

Los países de Latinoamérica, una región donde el brote global de Covid-19 llegó casi dos meses después de que China confirmara la existencia del nuevo coronavirus (el primer caso positivo se registró en Brasil el 26 de febrero), se encuentran en distintas fases de evolución del contagio, y han ido implementando distintas medidas para reducir el impacto del virus en sus sistemas de salud y en sus economías. El flujo de noticias es vertiginoso, cambia todos los días y puede resultar abrumador navegar la información. Por eso decidimos reunir los enlaces a los artículos esenciales que hemos publicado sobre el coronavirus y a las últimas noticias por país, para que puedas encontrar fácilmente lo que buscas. El resumen se irá actualizando para poder reflejar los cambios en el panorama regional.

¿Quieres saber lo más relevante que está ocurriendo ahora? Puedes empezar por Coronavirus en América: última hora, un informe en vivo que se actualiza varias veces por día con las principales novedades de la crisis en el continente.

El virus y su evolución:

Situación por región y por país:

A continuación podrás encontrar una breve síntesis de las principales medidas implementadas en los países más afectados del continente, su situación actual y un enlace a las últimas noticias. Para los números de casos positivos y de muertes se utilizan como referencia los datos en tiempo real del mapa del Centro de Recursos de Coronavirus de la Universidad Johns Hopkins, a menos que exista información oficial de último momento suministrada por los Gobiernos.

AMÉRICA DEL NORTE

♦ México. El país entró oficialmente en la fase 2 de contagio el 23 de marzo, ya tiene 1.378 casos positivos 37 muertes por coronavirus. El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador anunció un programa para movilizar a los militares en situaciones de desastre, anticipó las vacaciones escolares, recomendó suspender actividades no esenciales y postergar eventos multitudinarios, pero no ha cerrado los aeropuertos ni ha tomado medidas más drásticas por temor al impacto económico. Su actitud como líder del segundo país más poblado de América Latina ha generado críticas, pero la postura oficial es que siguen un modelo basado en evidencia científica y la OMS ha respaldado la estrategia del Gobierno. A fines de marzo, el Ejecutivo dio un giro drástico y comenzó una campaña a favor del confinamiento, pero sin volverlo obligatorio todavía. El cambio culminó el 30 de marzo con la declaración de emergencia sanitaria y la extensión de la suspensión de actividades no esenciales hasta el 30 de abril, aunque se descartó el toque de queda. El peso mexicano encabeza la lista de monedas más depreciadas a raíz de la pandemia. [Ver las últimas noticias sobre México]

♦ Estados Unidos. Con más de 210.000 casos positivos registrados (y más de 4.800 muertes), Estados Unidos se ha convertido en el epicentro mundial de la pandemia. El brote comenzó en el país a fines de febrero y, varios días después, tras minimizar el problema, el Gobierno de Donald Trump decidió suspender los vuelos desde Europa, acordó con México y con Canadá restringir el tránsito fronterizo y activó una ley de 1950 que permite al Gobierno firmar contratos y efectuar pedidos para la defensa nacional, pero el comportamiento de Trump fue errático y tardío, aunque ahora intenta perfilarse como un presidente en tiempos de guerra. Anthony Fauci, el epidemiólogo que lidera la estrategia contra el coronavirus en el país, ha dicho que Estados Unidos acabará registrando “millones de casos» y “entre 100.000 y 200.000 muertes”. Trump se retractó el domingo de su deseo de relajar el confinamiento para mediados de abril y anunció que todos los estadounidenses deben continuar en sus casas, evitar viajes innecesarios, yendo a sus trabajos o reuniéndose en grupos de más de 10 personas durante otro mes. El Senado y la Casa Blanca pactaron un plan de rescate económico por más de dos billones de dólares para empresas y ciudadanos afectados por la crisis. [Ver las últimas noticias sobre Estados Unidos]

CENTROAMÉRICA

Los países centroamericanos han reaccionado de manera muy diferente a la pandemia. Tal vez los dos extremos de esta región sean El Salvador y Nicaragua: a mediados de marzo, el mismo día que la Asamblea Legislativa de El Salvador le aprobaba al Gobierno una declaración de emergencia y una ley que suspendía los derechos al libre tránsito y a reunirse pacíficamente para controlar la pandemia, el gobierno de Nicaragua hacía una marcha con empleados públicos y simpatizantes bautizada como “Amor en tiempos del Covid 19”, y anunciaba que no cerraría fronteras ni suspendería actividades y daba la bienvenida al turismo.

Una semana después, el presidente salvadoreño Nayib Bukele decretaba cuarentena obligatoria en todo el territorio y Nicaragua registraba ya sus primeros casos positivos. El país más afectado de la región es Panamá, que tiene actualmente 1.317 casos y 32 muertos, seguido por Costa Rica, que registra a la fecha 375 casos y dos muertos. Costa Rica tiene un sistema sanitario del que siempre se ha enorgullecido, pero el impacto de la crisis en el turismo, una de sus principales fuentes de ingresos, preocupa al gobierno, que ha propuesto un recorte al gasto público y un “impuesto solidario” a los salarios más altos para socorrer a las familias más golpeadas por la crisis. [Ver las últimas noticias sobre Centroamérica]

CARIBE

República Dominicana cuenta ya más de 1.380 contagios de Covid-19, más que ningún otro país de la región Caribe, y 60 fallecidos a causa del virus. Desde la semana pasada, el país vive en toque de queda. Y este viernes, el presidente Danilo Medina endureció las condiciones de la restricción: nadie podrá salir a la calle desde las 5 de la tarde hasta las 6 de la mañana, por lo menos hasta el 3 de abril. En Cuba, el Gobierno puso en cuarentena a los más de 30.000 turistas que quedaban en la isla. Suspendió excursiones y actividades y trasladó a hoteles a los visitantes que se hospedaban en casas particulares. La isla cuenta 212 contagios y seis muertos. [Ver las últimas noticias sobre Cuba]

Puerto Rico vive en semicuarentena desde hace casi ya diez días. La gobernadora Wanda Váquez ordenó el cierre de la mayoría de locales comerciales, menos supermercados, farmacias, restaurantes que sirvan a domicilio, gasolineras y bancos. También hay toque de queda desde las 9 de la noche. La isla cuenta 286 contagios de Covid-19 y 12 muertos.

AMÉRICA DEL SUR

♦ Argentina. El Gobierno de Alberto Fernández decretó una cuarentena total hasta el 31 de marzo. Los ciudadanos solo pueden salir de sus casas para comprar alimentos y medicamentos. Como en Italia, España o Francia, los transeúntes deberán justificar su presencia en espacios públicos. El Gobierno anunció una extensión de la ayuda social a 3,6 millones de trabajadores informales que han perdido su único ingreso por la cuarentena y un plan para repatriar ciudadanos varados en otros países que ha debido suspender por temor a contagios masivos. El país ha registrado 1113 casos positivos a la fecha y 34 muertes. [Ver las últimas noticias sobre Argentina].

♦ Colombia. El Gobierno de Iván Duque ha cerrado sus fronteras marítimas, terrestres y fluviales, prohibió el ingreso de extranjeros y nacionales que vengan desde el exterior a partir del 23 de marzo y canceló todos los vuelos internacionales por un mes. Después de declarar el estado de emergencia con medidas como el confinamiento para mayores de 70 años y tras una puja política con el Gobierno de Bogotá, Duque decidió decretar cuarentena para toda la población desde el martes 24 de marzo y por 19 días. Colombia tiene actualmente 1065 casos positivos de Covid-19 y 17 muertos. [Ver las últimas noticias sobre Colombia]

♦ Chile. Convencido de que las instrucciones de aislamiento social no se estaban cumpliendo, el Gobierno chileno decretó el domingo 22 de marzo toque de queda en todo el territorio desde las 10 de la noche a las 5 de la mañana. El país se encuentra en estado de excepción de catástrofe decretado a mediados de marzo, ha suspendido sus clases y cerrado centros comerciales y locales de recreación, pero no ha dictado aún cuarentena obligatoria a nivel nacional como lo han hecho otros países de la región con menos casos. Chile tiene actualmente 3.404 contagios, 18 muertos y la curva de crecimiento de casos se ha acelerado en los últimos días. [Ver las últimas noticias sobre Chile]

♦ Brasil. El Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro decretó el estado de calamidad pública después de la primera muerte por coronavirus para poder ampliar el déficit público, pero el mismo presidente llegó a tachar de “histeria” a la pandemia. Es el país con mayor cantidad de casos confirmados de Covid-19 en América Latina: 7011 personas infectadas y 250 muertes. Aunque no se han decretado medidas de confinamiento obligatorias, el Ministerio de Sanidad del país recomienda medidas de distanciamiento social, pero el mismo Bolsonaro ha criticado las medidas drásticas que han tomado gobernadores y alcaldes, diciendo que quieren “arruinar” al país. Ahora se teme que el pico del contagio por coronavirus coincida con el crecimiento de casos de dengue e influenza que suele ocurrir en otoño-invierno. La magnitud de la crisis amenaza incluso el cargo del propio Bolsonaro. El Ejército ha comenzado a reunirse para preparar hipotéticos escenarios tras la destitución del presidente. [Ver las últimas noticias sobre Brasil]

♦ Venezuela. El presidente Nicolás Maduro ordenó la cuarentena total del país al mismo tiempo que Colombia cerraba su frontera. El impacto de la pandemia en el sector petrolero, el único que todavía sustenta la precaria economía del país, limita el margen de acción de sus autoridades para hacer frente a esta crisis. La cuarentena incluye la suspensión de las actividades laborales, excepto la distribución de alimentos, servicios básicos, transporte y centros de salud, con controles de las Fuerzas Armadas. La inestabilidad política de Venezuela ha provocado que el FMI se haya negado a conceder un crédito de 5.000 millones de dólares al Gobierno de Maduro. Hasta la fecha, el país sudamericano registra 144 casos y tres muertos. [Ver las últimas noticias sobre Venezuela]

♦ Perú. El Gobierno peruano fue uno de los primeros en el continente en actuar de manera directa y aplicar medidas para reducir al máximo el impacto de la pandemia en su población. A mediados de marzo, el presidente Martín Vizcarra decretó una cuarentena general y el cierre de las fronteras por 15 días. Luego anunció la compra de 1,4 millones de pruebas para testear a la población, la conversión de la Villa Panamericana —una serie de edificios construidos para albergar deportistas— en un hospital de emergencia con 3.000 camas y el reemplazo de su ministra de Salud por un especialista en salud pública. Recientemente, el Gobierno prolongó el estado de emergencia por dos semanas más. El país tiene actualmente 1.323 casos positivos y 47 muertos. [Ver las últimas noticias sobre Perú]

♦ Ecuador. En poco tiempo, Ecuador se convirtió en uno de los países más afectados por el brote de Covid-19 en América Latina. La rápida expansión del contagio en el territorio (ya tiene más de 2.758 casos positivos y 98 muertes) forzó al país a decretar estado de excepción, imponer toque de queda y suspender el trabajo presencial tanto en el ámbito público como el privado, pero la caída de los precios del petróleo y el freno de la actividad causados por la pandemia ha empujado la economía ecuatoriana al límite. El último fin de semana, en medio de la crisis sanitaria, la ministra de Salud del país renunció a su cargo aduciendo falta de presupuesto para enfrentar el brote de coronavirus. En la provincia de Guayaquil, epicentro de contagio, se acumulan las denuncias ciudadanas sobre fallecimiento de familiares que llevan días esperando a ser recogidos en su casas. [Ver las últimas noticias sobre Ecuador]

elpais.com

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Reportaje A Fondo

La COP29, en cinco claves: Financiación climática, mercados de carbono, daños y pérdidas

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Por Efe

La COP29 debe promover un consenso internacional que permita reducir el uso de combustibles fósiles, uno de los principales responsables del cambio climático.

Desde cómo aumentar la financiación frente a la nueva era de desastres climáticos, hasta cómo mejorar la adaptación, la mitigación de emisiones y la compensación a los países por pérdidas y daños, especialmente a los más vulnerables, son algunas de las cinco claves de las negociaciones de la cumbre climática mundial que se celebrará en Azerbaiyán.

La próxima conferencia de la ONU sobre el clima, la COP29, tendrá lugar en Bakú, Azerbaiyán, del 11 al 22 de noviembre, con la presencia de líderes de todo el mundo al más alto nivel para intentar intensificar la acción por el clima y proteger al mundo frente a los embates climáticos.

Apodada «la cumbre de las finanzas», la COP29 tiene entre sus principales desafíos el de fijar una nueva meta financiera, con la movilización de muchos más recursos, frente al cambio climático, y establecer un nuevo objetivo colectivo cuantificado de financiación para el clima (NCQG, por sus siglas en inglés) adaptado a los nuevos tiempos.

Los desastres climáticos son cada vez más graves, con olas de calor de dimensiones desconocidas por todo el mundo, huracanes destructivos, sequías, deshielo de los polos; las evidencias llaman a gritos al mundo a buscar soluciones frente al cambio climático antes de que los efectos sean irreversibles.

Estas son las cinco claves de la COP29:

1. Financiación

La agenda de la cumbre vendrá marcada sin lugar a dudas por las negociaciones del denominado «nuevo objetivo colectivo cuantificado» (new collective quantified goal, o NCQG) destinado a liberar mayores flujos financieros frente a la crisis climática.

La COP29 aspira a aumentar a partir de 2025 el desembolso destinado a la lucha climática y actualizarlo a los nuevos tiempos dado que la actual cifra de 100.000 millones de dólares anuales se pactó en 2009 a nivel global por los países desarrollados para respaldar a los más vulnerables frente a los embates del clima pero se queda muy corta.

Este nuevo objetivo colectivo cuantificado es clave para mantener el compromiso del histórico Acuerdo de París de 2015, cuando los países pactaron contener el calentamiento global por debajo de 2 grados respecto a los niveles preindustriales y preferiblemente inferior a 1,5 grados.

Quedan pendientes de resolverse aspectos de la nueva meta financiera de los países: ¿quiénes habrían de confomar la base de países donantes de la financiación? ¿cuáles serían concretamente los receptores de las ayudas?

¿Qué cantidad del desembolso financiero pactado por los países procedería de fuentes públicas y privadas respectivamente? ¿se aportarían los fondos en forma de subvenciones, de préstamos?.

Existen fricciones muy acusadas sobre financiación entre los países desarrollados y el sur global, dado que estos últimos son las grandes víctimas del clima pese a que apenas son responsables del desastre dada su escasa industrialización.

2. Reducción de emisiones de CO2

Las emisiones de CO2 continúan en escalada libre en el mundo pese a los llamamientos de la comunidad internacional para revertirlas, y uno de los principales mecanismos de política climática para controlarlas son los llamados mercados de carbono.

«Quien contamina paga» es el principio que subyace tras dicha herramienta basada en un sistema de asignación de un precio a las emisiones de CO2 y la compra de créditos de derechos de emisiones para animar a gobiernos y empresas a reducirlas.

La COP29 aspira a promover un marco actualizado para estos mercados de carbono que aunque son muy relevantes arrastran ineficiencias. Los expertos reclaman mejor gestión, supervisión, trazabilidad y verificación.

3. Los países vulnerables, en el corazón de las negociaciones

Países en vías de desarrollo, como los africanos reclaman auxilio urgente y también los pequeños estados insulares en medio del océano, ante el riesgo de desaparecer por la subida del nivel del mar por el deshielo de los polos.

El fondo de pérdidas y daños está diseñado para compensar a esos países por los efectos catastróficos del cambio climático, en línea con los compromisos del Acuerdo de París. Es posible que por primera vez en 2025 se pudieran repartir partidas de dicho fondo.

Hasta el momento se han comprometido solo por parte de los países alrededor de 700 millones de dólares pese a que las estimaciones por pérdidas y daños anuales de los países en desarrollo rondan los 400.000 millones anuales.

4. Más ambición climática

La COP29 llamará a aumentar la ambición climática con las contribuciones nacionales determinadas (NDC) o planes de reducción de emisiones de cada país, que deben ser actualizadas según el Acuerdo de París antes de febrero de 2025.

Están pendientes además los primeros Informes de Transparencia Bienales (BTR) que los países deben aportar para evaluar cómo se avanza en la implementación de esas contribuciones nacionales para reducir las emisiones y aumentar la adaptación, un compromiso a menudo eclipsado por el de la mitigación de emisiones.

5. Combustibles fósiles y energías renovables

En la COP28 se acordó que se debía triplicar la capacidad mundial de energías renovables para 2030; la COP29 debe promover un consenso internacional que permita reducir el uso de combustibles fósiles, uno de los principales responsables del cambio climático. (Amaya Quincoces Riesco)

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Reportaje A Fondo

España y la brecha global: avances y desafíos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible

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Solo a través de un compromiso renovado y acciones concretas podremos alcanzar los objetivos de la Agenda 2030

El reciente Informe de Desarrollo Sostenible 2024, publicado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de la ONU, ha puesto de relieve los avances y desafíos que enfrentamos en el camino hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

En el ámbito global, el ritmo de avance en los ODS varía significativamente entre los distintos grupos de países. Al igual que en años anteriores, los países europeos, especialmente los nórdicos, encabezan el índice de los países con mayores avances. Finlandia ocupa el primer puesto, seguida de Suecia, Dinamarca, Alemania y Francia. A la vez, los datos muestran que el progreso medio de los ODS en los grupos de economías emergentes BRICS y los BRICS+ desde 2015 ha sido más rápido que la media mundial. Todo ello tiene como resultado el aumento de las desigualdades entre países, produciendo un mayor desequilibrio mundial. El desarrollo sostenible sigue siendo un reto de inversión a largo plazo, y reformar la arquitectura financiera mundial es, por tanto, más urgente que nunca.

Una vez más, el informe indica que el progreso mundial en el cumplimiento de los ODS se ha estancado desde 2020, con el ODS 2 de Hambre cero, el ODS 11 de Ciudades y Comunidades Sostenibles, el ODS 14 de Vida submarina, el ODS 15 de Vida de Ecosistemas Terrestres y el ODS 16 de Paz, Justicia e Instituciones Sólidas especialmente retrasados. Las cinco metas en las que la mayor proporción de países muestra un retroceso desde 2015 son la tasa de obesidad (ODS 2), la libertad de prensa (ODS 16), el de protección de ecosistemas (ODS 15), la gestión sostenible del nitrógeno (ODS 2) y —debido en gran parte a la pandemia de covid-19— la esperanza de vida al nacer (ODS 3). Los objetivos relacionados con el acceso básico a infraestructuras y servicios, incluido el de Industria, Innovación e Infraestructuras (ODS 9), muestran tendencias ligeramente más positivas, aunque los avances siguen siendo demasiado lentos y desiguales entre países.

Avances notables en España

Si bien es alentador ver que por primera vez uno de los ODS ha sido cumplido en su totalidad —el ODS 5 de Igualdad de Género—, la realidad es que España aún tiene importantes retos a los que debe hacer frente.

España va avanzando lentamente en el grado de cumplimiento de diferentes objetivos, mejorando su puntuación global hasta la posición 14 entre 167 países evaluados

Desde su implementación en 2015, España ha logrado avances significativos en varias metas claves. Además del cumplimiento por primera vez de uno de los ODS, otros tres objetivos están muy próximos a alcanzar todas sus metas: el ODS 1 de Fin de la Pobreza, el ODS 3 de Salud y Bienestar, y el ODS 7 de Energía Asequible y No Contaminante. España va avanzando lentamente —quizás demasiado lentamente— en el grado de cumplimiento de los diferentes objetivos. Estos progresos han contribuido a que España mejore su puntuación global y escale dos puestos, situándose en la posición 14 entre los 167 países evaluados en el informe. Este ascenso es especialmente notable en comparación con el año 2016, cuando España ocupaba la posición 30.

Otros logros incluyen una reducción en el número de objetivos que hasta el año pasado presentaban desafíos significativos, pasando de seis a cuatro: se ha mejorado en el ODS 8 de Trabajo Decente y Crecimiento Económico y en el ODS 12 de Producción y Consumo Responsable. Esta mejora también se refleja en una disminución del número de indicadores con malos resultados, de 14 en 2023 a 12 hoy.

Pero es importante señalar que los datos del informe también muestran algunos signos de preocupación, como que el ritmo de mejora de los años anteriores parece que pierde velocidad. Concretamente, la tendencia de evolución positiva en la mejora se ve reducida en cuatro objetivos: el ODS 6 de Agua y Saneamiento, el ODS 10 de Reducción de las Desigualdades, el ODS 12 de Consumo Responsable y el ODS 16 de Paz, Justicia e Instituciones Sólidas. Sin duda, dimensiones sociales a las que las noticias de los medios de comunicación han prestado atención en el último año.

España está aún tiene un gran camino por recorrer, y, por tanto, es necesario hacer mayores esfuerzos, en el ODS 13 de Acción Climática, el ODS 15 de Vida de Ecosistemas Terrestres, el ODS 17 de Alianzas para Conseguir los Objetivos y el ODS 2 de Hambre Cero. También hay, a pesar de las mejoras, importantes deficiencias en los ODS 12 Consumo Responsable y el ODS 14 de Vida Submarina.

En conclusión, si bien España ha demostrado avances importantes en varios objetivos, los desafíos que persisten requieren un esfuerzo continuo y coordinado. Es crucial que todos los sectores de la sociedad se involucren activamente para lograr el cumplimiento de los ODS y asegurar un futuro sostenible para todos y todas. La transformación de nuestros sistemas educativos y la actualización constante de datos son pasos fundamentales en este proceso. Solo a través de un compromiso renovado y acciones concretas podremos alcanzar los objetivos establecidos en la Agenda 2030.

elpais.com

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Los paramilitares de Sudán siembran el terror con la violencia sexual contra las mujeres

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El Cairo.-Desde que estalló la guerra civil en Sudán, en abril de 2023, unas 10 millones de personas han huido de casa en busca de un lugar más seguro, en la que se considera la mayor crisis de desplazados del mundo. Millones de personas más han quedado, sin embargo, atrapadas atrás, también en territorios ocupados por las temidas Fuerzas de Apoyo Rápido paramilitares, una de las dos principales partes beligerantes.

En las zonas bajo su control, y en menor medida en las que controla el ejército regular, se han producido todo tipo de atrocidades: campañas de limpieza étnica, matanzas, uso de niños soldado, detenciones por perfil étnico, torturas, quema de pueblos, saqueos. En este contexto, la violencia sexual está siendo una de las formas más extendidas para sembrar el terror entre la población civil, aunque también una de las más difíciles de documentar.

En el caso de las mujeres y las niñas, que son las víctimas principales, las agresiones y la explotación sexual suelen ir acompañadas de otras formas de violencia como secuestros, palizas, torturas, trabajo forzado —cocinar, prestar servicios domésticos y recoger cosechas— y abuso verbal, según han documentado organizaciones de derechos humanos.

“Hasta ahora hemos documentado 194 casos de violencia sexual relacionada con el conflicto”, señala Sulaima Ishaq, directora de la Unidad de Lucha contra la Violencia contra la Mujer, afiliada al ministerio de Asuntos Sociales de Sudán. “[Pero sabemos] que es básicamente la punta del iceberg, quizás solo refleje un 2% de lo que realmente ocurre”, desliza. “La situación de las mujeres y las niñas [en Sudán] se deteriora cada día”, lamenta Ishaq. “Están pagando un precio muy alto en esta guerra”.

Infierno en Jartum

Uno de los primeros lugares donde se registraron casos de violencia sexual generalizada fue en las tres ciudades que conforman la capital del país y donde estalló inicialmente la guerra: Jartum, Omdurman y Bahri. Una investigación reciente de Human Rights Watch (HRW), centrada en estas ciudades y apoyada principalmente en proveedores de atención sanitaria, contó un total de 262 supervivientes entre abril de 2023 y febrero de 2024.

La mayoría de casos en la zona de la capital se han atribuido a los paramilitares, que son quienes controlan la mayor parte, y han afectado sobre todo a mujeres y niñas sudanesas, pero también a refugiadas. Según un informe de febrero de la oficina de la ONU para los derechos humanos (ACNUDH), más de la mitad de los incidentes de violencia sexual en Jartum se producen en el interior de residencias, mientras que otros tienen lugar en la calle.

Casi un tercio de los incidentes documentados por HRW fueron violaciones en grupo, en ocasiones de más de una víctima a la vez. Afectaron desde a niñas de nueve años hasta a mujeres mayores

Casi un tercio de los incidentes compartidos con HRW, ocurridos entre mayo y noviembre del año pasado, fueron violaciones en grupo perpetradas por entre dos y cinco miembros de las Fuerzas de Apoyo Rápido. En algunos casos, además, estas violaciones se cometieron contra más de una víctima a la vez, en ocasiones varias mujeres de la misma familia. Y afectaron desde a niñas de nueve años hasta a mujeres mayores.

Un fenómeno alarmante que está acompañando algunos de estos casos de violencia sexual cometidos por los paramilitares son los matrimonios forzados e infantiles de las víctimas. En algunos casos, las familias se han visto obligadas a aceptarlo por el poder sin control de las Fuerzas de Apoyo Rápido, o han accedido a hacerlo por desesperación económica o creyendo que protegerían a una mujer o niña de otras futuras violaciones, según HRW.

Aunque la mayoría de casos de violencia sexual en la capital sudanesa han sido cometidos por los paramilitares, otros se han atribuido a soldados del ejército regular. En los últimos meses, los militares han logrado recuperar poco a poco territorio en Omdurman, pero su avance ha ido acompañado de numerosos casos de violencia sexual, según un artículo reciente del medio británico The Guardian basado en más de dos docenas de testimonios.

En muchos de estos casos, que tienden a denunciarse menos por temor a represalias, las mujeres afirmaron que mantener relaciones sexuales con soldados fue su única forma de lograr comida, en un contexto de hambre generalizada. Aun así, Ishaq apunta que el 95% de casos que ha confirmado su unidad fueron perpetrados por los paramilitares.

Aunque menos documentada, la violencia sexual también se ha utilizado contra hombres y niños en Jartum, principalmente en las decenas de centros de detención —muchos de ellos informales— que controlan tanto los paramilitares como el ejército regular en la zona de la capital, según reveló en un informe de finales del año pasado elaborado por un grupo de abogados de derechos humanos sudaneses conocidos como Abogados de Emergencia.

Un miembro de este grupo asegura, en condición de anonimato, que hasta ahora han confirmado seis casos de violación en centros de detención y que han documentado tres: una mujer extranjera a manos de los paramilitares, una niña de 13 años a manos de un grupo aliado del ejército, y un joven trans en un campamento del ejército.

“El uso de la violencia sexual como arma contra las mujeres es sistemático”, afirma por teléfono el mismo abogado, que subraya que, en el caso de los niños y hombres, “la mayoría de los casos de violencia sexual se produce en centros de detención”. “Fuera de estos no hemos documentado ningún caso de violencia sexual contra varones”, explica.

Terror rural

Más allá de la capital y otras grandes ciudades, informes recientes han empezado a arrojar luz sobre el uso sistemático de la violencia sexual por parte de paramilitares también en zonas rurales ocupadas. Allí, la mayor dispersión de la población, las limitaciones de acceso a servicios, la menor organización social, los apagones de internet y una sociedad aún más conservadora hacen mucho más difícil dar a conocer y documentar atrocidades.

Una de las regiones más castigadas hasta ahora ha sido Jazira, al sur de Jartum y ocupada por las Fuerzas de Apoyo Rápido a finales de 2023 en una ofensiva relámpago que empujó hacia otras partes del país a cientos de miles de personas. Una de las únicas instancias en las que Jazira recibió atención internacional fue a principios del pasado junio, cuando un asalto paramilitar sobre la localidad de Wad Al Nora dejó más de un centenar de muertos.

Un informe publicado en julio por la prestigiosa Iniciativa Estratégica para las Mujeres en el Cuerno de África (SIHA) concluyó que la violencia sexual de los paramilitares en Jazira ha sido muy extendida pese a haber recibido poca atención. Al igual que ocurre en la capital, la mayoría de denuncias se corresponden a violaciones en grupo, lo que sugiere una campaña “diseñada para instigar terror” y asegurar el control sobre la población local.

Cuando las Fuerzas de Apoyo Rápido invaden una aldea, su primera ola de violencia tiene por objetivo asegurar su control, aunque luego mantengan una presencia física escasa o nula, según el informe de SIHA. Al entrar, sus miembros suelen disparar al aire, saquear negocios, y asaltar viviendas en busca de combatientes y soldados del ejército, matando a hombres y ejerciendo violencia sexual contra mujeres y niñas.

Después de esta primera ola inicial de violencia, SIHA señala que parecen producirse otras dos en zonas donde los paramilitares ya se han asegurado un cierto grado de control. En estos casos, la violencia sexual puede ir acompañada de secuestros y de matrimonios forzados y se centra más bien en mujeres concretas, en su mayoría con presencia pública, como personal sanitario y trabajadoras del sector informal, o como represalias selectivas.

Este uso extendido de la violencia sexual, junto al resto de atrocidades, y la persecución selectiva de mujeres presentes en el espacio público propaga el miedo entre los locales muy rápidamente, lo que, según SIHA, permite a los paramilitares someter y asegurarse el control de los lugares rurales que invaden, aunque no estén presentes en todo momento. También les sirve para desincentivar que la gente se reúna y acuda a servicios sanitarios.

“La violencia sexual siembra el terror y creemos que, como las Fuerzas de Apoyo Rápido carecen de capacidad administrativa y están muy interesadas en el saqueo, les interesa el desalojo forzoso [de la población]; vaciar de locales, en la medida de lo posible, las ciudades y los pueblos que están ocupando”, considera Hala Al-Karib, directora regional de SIHA.

Tanto Al Karib como Ishaq apuntan que los mismos patrones de violencia sexual documentados en Jazira se han replicado en otras zonas rurales de Sudán posteriormente ocupadas de forma total o parcial por los paramilitares, como el Estado de Sennar, al sur de Jazira y con frontera con Etiopía y Sudán del Sur.

Esclavitud en Darfur

La violencia sexual ya fue una de las principales armas de guerra de las milicias a las que el régimen del exdictador Omar Al Bashir subcontrató la campaña de contrainsurgencia que dio lugar al genocidio de Darfur de principios de siglo; las mismas que años más tarde se institucionalizaron en las Fuerzas de Apoyo Rápido. Ahora, en la guerra civil en curso, estos mismos crímenes se están cometiendo a escala mucho mayor por todo el país.

Un informe de un panel de expertos de la ONU filtrado a finales del año pasado, después de que los paramilitares se hicieran con el control de casi todo Darfur ―su feudo tradicional― ya subrayó que la violencia sexual en la región en el marco de su ofensiva no solo fue generalizada, sino que se intensificó a medida que avanzaba el conflicto. Entre abril y agosto de 2023, observadores locales ya habían registrado 262 violaciones.

El mismo informe, que también señalaba que era muy probable que la cifra de violaciones real fuera mucho más elevada debido a que muchos casos no se denuncian, notó que la falta generalizada de acceso a atención sanitaria en la región, y el miedo al estigma y la marginación por parte de sus propias comunidades dificultan poder hacer un seguimiento más preciso sobre el alcance real de estas violaciones.

En Darfur, las niñas y mujeres corren un riesgo particularmente alto de ser violadas en campos de desplazados internos, mientras huyen en busca de lugares seguros, en puestos de control durante desplazamientos, y en sus propios hogares, según el anterior informe. Además, en Darfur la violencia sexual también tiene un marcado carácter étnico, y las principales víctimas son niñas y mujeres de comunidades locales no árabes.

Ishaq, de la Unidad de Lucha contra la Violencia contra la Mujer, explica que ahora tienen también conocimiento de la existencia de mercados en Darfur en los que se está traficando con niñas y mujeres, que en ocasiones son incluso trasladadas a la fuerza fuera de Sudán. En Darfur se lamenta desde hace años la falta de rendición de cuentas por los crímenes cometidos contra la población local desde hace dos décadas. Y muchos consideran que esta falta de justicia ha allanado el camino a los crímenes actuales en el resto de Sudán.

“En 2019, cuando el régimen de Al Bashir fue derrocado tras la revolución de Sudán, el Gobierno de transición presionó mucho a la ONU para que pusiera fin a la misión de mantenimiento de la paz conjunta con la Unión Africana [en Darfur], que hasta cierto punto había mantenido mecanismos de observación de los derechos humanos y reducido la capacidad de los [paramilitares] para cometer violaciones extremas”, señala Al Karib.

“Tras la cancelación de la misión a finales de 2020, la violencia en Darfur se exacerbó considerablemente”, agrega la directora de SIHA. “A las Fuerzas de Apoyo Rápido no les importa su imagen; su esencia como institución es dominación, control y desposesión”

Atrapadas y solas

Los combates, las restricciones a la circulación, la destrucción de instalaciones sanitarias, la ocupación de hospitales, los ataques contra personal médico y sociedad civil, el bloqueo de la ayuda humanitaria y los saqueos, sumados al estigma social entorno a la salud sexual y reproductiva, forman una barrera de obstáculos muy difícil de sortear para que las víctimas puedan acceder a atención sanitaria de emergencia y a apoyo psicosocial.

Las consecuencias para las víctimas son muy profundas. HRW se ha hecho eco de casos de infecciones de transmisión sexual y hemorragias vaginales, hematomas y otras lesiones provocadas durante las violaciones que, en al menos cuatro ocasiones, causaron la muerte de la víctima. Muchas han quedado embarazas después de no haber podido acceder a una anticoncepción de emergencia ni al aborto. Y las supervivientes presentan síntomas de estrés postraumático, depresión, miedo, insomnio, ansiedad y pensamientos suicidas.

“La gente está atrapada. Todos lo estamos de diferentes maneras, y esto está afectando la forma en que realmente se pueden gestionar los casos [de violencia sexual]: encontrar apoyo a la salud y apoyo social”, nota Ishaq.

En paralelo a la violencia sexual perpetrada por las partes beligerantes, el rosario de crisis que atraviesa Sudán también ha incrementado de forma preocupante el riesgo de sufrir violencia marchista en el ámbito doméstico. En esta línea, se estima que unas 6,5 millones de mujeres podrían padecer este tipo de violencia, de acuerdo con el Fondo de Población de la ONU, que cuenta con unos 60 espacios seguros de prevención y respuesta.

Organizaciones feministas y de derechos humanos señalan que desde el exterior de Sudán se puede contribuir a afrontar esta lacra de violencia sexual con mayores ayudas a grupos que estén documentando estos crímenes y a establecer puntos de servicios y centros de atención, incluidas clínicas, dentro del país, para registrar casos y atender a las víctimas. HRW, por su parte, pide a la ONU y a la Unión Africana que formen una nueva misión de protección de civiles en Sudán cuyo mandato incluya atajar la violencia sexual. “El mundo debe mirarnos con una mirada humanitaria y no olvidarnos. No se olviden de Sudán”, reclama Ishaq.

elpais.com

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