REDACCIÓN INTERNACIONAL.- ¿Se imagina pedir una pizza a su restaurante favorito y que cuando suene el timbre de su casa se encuentre con un repartidor de 89 años? Pues eso es lo que sucede habitualmente en la ciudad de Roy, una pequeña población de apenas 35.000 habitantes en el estado norteamericano de Utah, donde vive un repartidor de pizzas que se ha hecho muy conocido por tener que seguir trabajando a su edad.
Se llama Derlin Newey y sí, tiene 89 años. Aunque parezca mentira, a su edad tuvo la desgracia de tener que pedir trabajo en un restaurante de comida rápida porque con sus ingresos no podía llegar a final de mes y pagar sus facturas. Así que comenzó a trabajar de repartidor pese a su condición de casi nonagenario.
Todo comenzó cuando la familia Valdez, unos clientes habituales de Papa John’s, se encontraron con este repartidor un día que pidieron pizza. A partir de ese momento, siempre que llamaban a su restaurante favorito pedían que fuera Derlin quien les llevara su pizza (casi siempre con piña, aunque eso merece un artículo aparte). Y comenzaron a grabar las visitas de Derlin a su casa y a subirlas a su cuenta de Tik Tok.
Un repartidor viral
Al igual que hicieron los Valdez, otros clientes también subieron las visitas que Derlin les hacía para dejar sus pizzas, así que los primeros tuvieron una idea: si todo el mundo quería tanto a este anciano que se veía obligado a trabajar a pesar de su edad, ¿por qué no ayudar entre todos a recaudar dinero para que su repartidor no tuviera que trabajar tanto?
Así que lanzaron una campaña en su página de Tik Tok, que ya cuenta con más de 67.000 seguidores, y pidieron pequeñas cantidades para Derlin. Lo que no se esperaban es que muchas personas respondieran a su petición y, así, en pocas semanas fueron capaces de recaudar 12.000 dólares, algo más de 10.000 euros al cambio.
Los Valdez se presentaron en casa de Derlin y le dieron la sorpresa: grabaron la entrega del cheque simbólico y del dinero recaudado «gracias a su familia de Tik Tok«. El anciano no se podía creer lo que le estaba sucediendo y solo era capaz de dar las gracias a los desconocidos que habían reunido todo ese dinero para él.
El anciano trabajaba, hasta ahora, 30 horas semanales porque su pensión no le daba para llegar a final de mes y pagar todas sus facturas.
En declaraciones que recoge la CNN, el impulsor de esta iniciativa reconoce que «necesitaba hacer esto. Me alegro de que pudiéramos ayudarlo. Solo tenemos que tratar a las personas con amabilidad y respeto como él lo hace. Nos robó el corazón«. Además del dinero, Derlin recibió una camiseta con su frase favorita, la que él utiliza cada vez que hace un reparto: «Hola, ¿buscas algo de pizza?»