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Opinión

El mundo no es nuevo, solamente da vueltas sobre sí mismo

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Por Melvin Mañón

Era temprano en la tarde de Triemly, un suburbio de Zurich, en pleno verano, las flores azules, ordenadas y sin olor; el día exhibía todos sus encantos, entre ellos, el de una mujer muy hermosa, mayor que él y simpática.  Un movimiento de su rostro dejó ver un cuello esplendoroso y limpio, el pelo castaño claro, casi rubio, una sonrisa alargada y una mirada coqueta. Se supo el objeto de su atención, se imaginó el usufructuario de esos encantos y concluyó que todo sería más fácil.

Almorzaron juntos. Ahora deberían regresar al hospital vecino. El no podía haber sido mássolícito y encantador. No sería su primera vez con una mujer mayor que él. Ya antes había seducido a una profesora de McGill. Pero suiza, alumnas o profesoras, no había conocido ninguna.

Remontaron juntos las calzadas y paseos rodeados de flores, ascendieron hasta el edificio que armonizaba bloques de hormigón, vidrios y colores suaves.  Ya dentro caminaron hacia un pequeño dispensario donde ahora, tanto como en la ocasión anterior dos horas antes, ella insistía en hacer sobre su brazo izquierdo un leve raspado sobre el cual depositaría unas gotas. Era, insistía ella, un requisito absolutamente indispensable antes de emitir a su nombre el correspondiente certificado de vacunación.

En vano mostró el las huellas y cicatrices de vacunaciones anteriores fácilmente reconocibles. Inútiles fueron sus mejores esfuerzos, el despliegue de encantos y destrezas, el derroche de argumentos, los ejercicios de lógica que pretendía y acaso era pura ciencia, pero no dejaba de ser eminentemente oportunista. La mujer, siempre hermosa, locuaz, coqueta, decía comprenderlo todo, pero no habría certificado si no había vacunación. Y él no podía continuar viaje sin exponerse a que en la próxima escala le fuera negada la entrada al país por no disponer del certificado de vacunación.

VIAJE

Su ruta lo llevaría de Suiza a Inglaterra, de esta a Jamaica con una escala en Bahamas y tras una estadía breve en Kingston, Jamaica debería continuar vuelo hacia Santo Domingo, la capital dominicana que era su destino final. Viajaba en una misión: informarle a Los Palmeros y en particular a Amaury German Aristy que no habría desembarco guerrillero en la fecha acordada y que todos los planes habían sido alterados, como meses después registraría el propio Amaury en su carta testamento que la policía incautó tras su caída en combate.

Los oficiales de la inteligencia cubana habían sido muy claros y precisos. “Estas viajando con un pasaporte venezolano auténtico, pero con un nombre falso. Vas a pasar por algunos países donde todavía requieren certificado de vacuna contra la viruela. Trata de conseguir el certificado con cualquier excusa de lo contrario tendrás que vacunarte  y es mejor que lo hagas en Suiza donde también deberás pasar unos pocos días adquiriendo el equipo fotográfico que te acompañará conforme a tu leyenda oficial. Eres un fotógrafo freelance que va a cubrir la toma de posesión del presidente dominicano el 16 de agosto de 1970 y luego tratarás de vender esas fotos y textos que la acompañen a revistas o periódicos».

El sabía, puesto que no era la primera vez, que vacunarse implicaba al menos dos o tres días de fiebre intensa. Desobedecer las instrucciones no era una opción.

Mientras la suiza, siempre encantadora y amable, preparaba su brazo, recordó que esto ya lo había vivido varias veces y la primera había sido en Santo Domingo. Un local, al extremo este de la calle Santiago, albergaba la sede de un centro de vacunación y otros servicios.  Se preparaba entonces para su primer viaje fuera del país, era enero de 1967 y solamente emitirían el consabido certificado de vacunación tras la aplicación de la vacuna. Esta primera vez la fiebre y el malestar fueron atroces y todo duró varios días, no recuerda ya cuantos.

Ese mismo día se había alojado en un hotel vecino, apenas a algunas cuadras del hospital y con el mismo nombre del barrio y del hospital. El baño estaba en el pasillo y  tan mal se sentía que prefirió pasar hambre antes que animarse a salir a comer algo en el vecindario.

VENEZOLANO

Pasó la noche repasando su manual de ciudadano venezolano. Era meticuloso. Nunca había estado en Venezuela, pero la había estudiado hasta aprenderse el himno nacional, las monedas, el acento, palabras usuales, vulgaridades de rigor, barrios, direcciones y naturalmente la historia del país. Se sentía cómodo con todo excepto el nombre que llevaba en el pasaporte CARLO PAOLO MONTINI FOSATI (no recuerda si era con una o dos ss).

 ¿Por qué un nombre tan italiano si no me veo yo tan italiano, a pesar de que desciendo en efecto de italianos?  Había preguntado a los oficiales de la inteligencia cubana. “Hay decenas de miles de italianos inmigrantes en Venezuela. Tu eres descendiente de alguno de ellos. No te preocupes que todo saldrá bien. Y en efecto, todo salió bien.

COVID

Ahora que Estados Unidos y otros países se aprestan a exigir un certificado de salud negativo para el Covid 19, recordé que, después de todo, esto también ya lo habíamos vivido y no tengo dudas que pronto, cuando se haya generalizado la vacuna, el certificado de aplicación sea requerido al lado del pasaporte. El mundo no es nuevo, solamente da vueltas, sobre sí mismo.

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Opinión

El voto en blanco, un instrumento útil en una desacreditada democracia.

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Por José Cabral

En un país donde la politiquería lo ha dañado todo, absolutamente todo, hay que apelar a una herramienta que puede servir de mucho y se trata del voto en blanco como una forma de llamar a la atención silenciosa a unos partidos que nada les sirve de escarmiento.

 En las pasadas elecciones municipales hubo un ensayo que, aunque no se trató exactamente del voto en blanco, sino del nulo, cuya última no parece ser la mejor opción, porque no son contabilizados y en consecuencia no surten ningún efecto, todavía requiere de una acción más contundente.

En cambio, el voto en blanco luce como una herramienta que como ya se ha planteado en diferentes lugares del mundo, representa una forma de protesta ante la conducta depravada y corrupto de los actores de la vida política nacional e internacional y sirve como una expresión democrática.

Sin lugar a dudas, que el voto en blanco puede ser la clave para darle una nueva vida y mayor credibilidad al sistema electoral dominicano y como vía de consecuencia a la democracia.

El alto nivel de abstención electoral es un espejo de la falta de estímulo del votante porque sufre desde hace décadas el mismo proceder de todas las organizaciones que conforman la odiosa partidocracia.

El voto en blanco podría constituirse en un instrumento útil para evitar  que el desacreditado sistema político dominicano caiga en la ilegitimidad, aunque no necesariamente en la ilegalidad, pero que este paso, sin duda, haría reflexionar a los que no les importa los intereses de la mayoría, sino los propios, de grupos y de otros particulares.

Sería como una especie de desaprobación constructiva como ya lo planteo alguien en una reflexión sobre este mismo tema.

En algunos países del hemisferio el voto en blanco es un mecanismo de cambio, ya que si esta opción logra la mayoría podrían repetirse las elecciones, pese a que para que esto ocurra en la República Dominicana habría que modificar las leyes del régimen electoral.

Pero de cualquier modo no deja de ser útil el voto en blanco para enviarles un contundente mensaje a todos los «vividores» de la política vernácula, sobre todo porque el país no está muy lejos de tener un total colapso institucional.

Se imaginan los dominicanos preocupados con el sendero que lleva el país enviar un mensaje en las urnas de que ninguno de los candidatos merece su voto y la repercusión que esto podría tener en el ámbito nacional e internacional.

Como ya se ha dicho el voto en blanco no es una expresión de apatía, sino de inconformidad, es una forma de dejar claro que no se quiere ninguna de las opciones presentadas.

A votar en blanco el próximo 19 de mayo y la mayoría de la gente verá como las cosas comienzan a cambiar, incluso el burocratismo que caracteriza a las instituciones públicas, las cuales en el marco de la concepción de los partidos políticos que controlan el Estado, son un patrimonio particular de cuyas acciones no tienen que rendirle cuenta a nadie.

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Opinión

Cuando el poder del discernimiento no es suficiente

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Por Isaías Ramos

El discernimiento es esa capacidad esencialmente humana que nos permite analizar, evaluar y comprender profundamente las encrucijadas que la vida nos presenta. Reflexionamos críticamente, balanceando aspectos racionales y emocionales, buscando esa chispa de claridad en cada decisión.

Pero, ¿qué sucede cuando el discernimiento parece fallar ante decisiones cruciales cuyas opciones parecen, todas, llevar a consecuencias negativas?

En esos momentos de incertidumbre, cuando el corazón pesa y el camino hacia adelante se nubla, es fundamental mantenernos fieles a nuestros principios. No podemos permitirnos el lujo de engañar a nuestra conciencia o justificar pequeñas traiciones por conveniencia o desesperación.

Actualmente, nuestra nación se encuentra inmersa en la recta final de una campaña electoral insulsa. Nos enfrentamos a una alarmante escasez de candidatos que realmente encarnen los valores y principios que nuestros padres de la patria instauraron. ¿Dónde están esos líderes capaces de trazar un camino claro hacia el futuro que deseamos? Las elecciones se acercan, y la oferta política parece más desalentadora que nunca.

Esta crisis de liderazgo es un claro desafío al poder del discernimiento individual. Nos vemos obligados a elegir en un panorama desolador donde predominan las promesas vacías y las estrategias populistas, más enfocadas en el engaño y la manipulación que en ofrecer soluciones reales. Las mismas caras, desgastadas por escándalos y fracasos, siguen ocupando el escenario político, insistiendo en que merecen otra oportunidad.

El discernimiento, sin embargo, debe ir más allá de la simple elección entre las opciones presentadas. Debe implicar una búsqueda activa de alternativas, un impulso hacia la creación de nuevas posibilidades que reflejen nuestros ideales más elevados. En estos momentos de crisis, es donde más se prueba la resiliencia de nuestra democracia y la integridad de nuestro compromiso con los valores fundacionales.

¿Cómo podemos confiar en aquellos que han sido parte del sistema corrupto que tanto ha dañado a nuestro país? La falta de visión política, la ausencia de transparencia y la escasez de propuestas innovadoras solo refuerzan la percepción de que la mayoría de los candidatos carecen del compromiso genuino necesario para liderar verdaderos cambios.

Es imperativo recordar que somos herederos de una nación forjada con principios y valores trascendentales. Frente a esta encrucijada crítica, debemos recordar nuestra responsabilidad como ciudadanos informados y conscientes. Cada voto que emitimos refleja nuestra dignidad y respeto por nosotros mismos. Vender o traicionar nuestros principios más íntimos equivale a despojarnos de nuestra propia humanidad.

Sucumbir a la tentación del egoísmo y la falta de integridad nos aleja de nuestra verdadera esencia y nos sumerge en un camino oscuro, impulsados por intereses mezquinos en lugar de valores profundos y duraderos. En este contexto, el discernimiento por sí solo no basta.

En el Frente Cívico y Social, entendemos que solo unidos podemos superar este desafío crucial y abrir paso a una nueva era política fundada en valores auténticos y proyectos transformadores. El tiempo es esencial y nuestra nación merece lo mejor.

No permitamos que la falta de visión y principios nos condene al estancamiento perpetuo. Juntos, podemos redescubrir el significado de la política como servicio verdadero al pueblo, redefiniendo así el futuro de nuestra nación.

El cambio está en nuestras manos. Es hora de reclamar nuestro futuro, de construirlo sobre los cimientos de nuestra integridad. ¡Despierta, RD!

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Opinión

La entrega de los nacionales de un Estado a la Corte Penal Internacional

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Por Rommel Santos Díaz

La Corte Penal Internacional requerirá en ciertas ocasiones  que un Estado Parte entregue a sus propios nacionales, cuando la persona sea sospechosa de haber cometido un crimen de la competencia de la CPI. No obstante, esto podría representar dificultades para aquellos Estados en los cuales su constitución expresamente prohíba  la extradición de sus nacionales, y podría requerir de soluciones creativas.

Los Estados deberían tomar en cuenta el ¨carácter específico de la Corte¨ al decir sobre la mejor manera de asegurar  que la nacionalidad de la persona requerida no afecte su entrega a la Corte Penal Internacional.

Los Estados Parte del Estatuto no podrán alegar bajo ninguna circunstancia que la nacionalidad del acusado, o una disposición constitucional que prohíbe la extradición de nacionales impida su entrega.

Para muchos Estados, la posibilidad de entregar sus nacionales a la CPI no necesita la implementación de una ley particular  más que aquella que prevea la entrega de cualquier persona  a la CPI.No obstante algunos Estados poseen una constitución que expresamente prohíbe la extradición de los nacionales. Estos Estados deben de escoger entre estas  dos opciones:

  1. a)Algunos Estados podrían distinguir en su legislación entre la extradición de una persona  a otro Estado y la entrega de una persona a la CPI, lo cual permitiría la entrega de nacionales a la CPI a pesar de la restricción a la ´´extradición¨ de nacionales a tribunales extranjeros, sin obstaculizar la habilidad del Estado  de cooperar plenamente con la CPI.

La ventaja de esta medida consiste  en el procedimiento simple a seguir para la entrega de una persona acusada a la CPI. También reconoce el carácter específico de la competencia de la CPI , la cual no puede considerarse como una jurisdicción extranjera , y prevé una manera más eficiente de proceder con la cooperación.

  1. b)La reforma podría ser mínima, dirigida solo a la introducción de una excepción al principio, asegurando  que la constitución no sea violada por la entrega de un nacional a la CPI. La ventaja de una enmienda constitucional con una referencia específica a la CPI yace en el hecho de que elimina cualquier posibilidad de que surja un conflicto normativo a  escala nacional.

Lo planteado anteriormente garantiza que los tribunales nacionales dicten sentencias de conformidad con sus obligaciones legales respecto al Estatuto de Roma, pese al posible dilema de entregar a un ciudadano a otro sistema judicial.

Rommelsantosdiaz@gmail.com

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