Opinión
La OTAN contra la vida y la autodeterminación de los pueblos
Published
3 años agoon
Por Narciso Isa Conde
La guerra global infinita o permanente, -declarada por EEUU en el 2001- arrancó en el primer tramo de la prologada multi-crisis que ha estremecido el sistema imperialista occidental, que tiene como centro a EE.UU, y al inicio del declive de la hegemonía de esa superpotencia capitalista.
Ella, impulsada y moldeada por el Pentágono, ha devenido en suma y combinación de múltiples guerras: políticas, económicas, biológicas, cibernéticas y militares; con variadas intensidades destructivas y variados grados de complementariedad, secuencias y articulación.
La supremacía de EEUU, de su PENTÁGONO y su enorme poderío mediático dentro del sistema imperialista occidental, le posibilitó subordinar e involucrar en esa ruta a las potencias capitalistas europeas y controlar con esos fines la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
· GUERRA PROPIA DE UNA CRISIS DE DECADENCIA.
Esa guerra global e integral ha sido empleada para tratar de apuntalar la nefasta modalidad neoconservadora (mal denominada neoliberal) del capitalismo de estos tiempos, común a todo el sistema de dominación e impuesta en las últimas dos décadas del siglo XX.
Es una guerra que ha sido desplegada para recuperar territorios y riquezas en procura de detener y revertir la decadencia de un sistema de dominación gravemente afectado por su crisis de decadencia; sin efectivamente alcanzar los resultados esperados; pese a obtener logros parciales, muy temporales, a base de destruir, controlar el caos desatado y ocupar países soberanos.
· EL DECLIVE DE EE.UU NO SE HA DETENIDO, MÁS BIEN SE HA AGRAVADO.
En verdad, la decadencia EEUU, y de la civilización occidental en su conjunto, se ha seguido profundizando y extendiendo; mientras crecen cinco factores adversos a sus pretensiones de detenerla y superarla vía su guerra global infinita:
1.-El fortalecimiento del poder global y la firme alianza de las superpotencias emergentes, China y Rusia.
2.-La tendencia a la autodeterminación de potencias y bloques de mediano desarrollo (Irán, BRIC…)
3.-La reconquista de soberanías y alianzas soberanas bilaterales o multilaterales en una parte de los países autodeterminados, ubicados en la periferia (tradicionalmente dependiente) latinoamericana, asiática, africana y euro-oriental; con expresiones regionales e interregionales (ALBA / alianzas China, Rusia, Irán con países del Alba y el ejercicio de soberanía en otros Estados de Región y del Sur “tercermundista”, destacándose el impactante rol del México de López Obrador, en contraste con el descenso de las ultraderechas.
4.-Las ejemplares resistencias de las civilizaciones despreciada por occidente, oprimidas, discriminadas y agredidas por los integrantes de un imperialismo racista y xenófobo, impregnado del supremacismo blanco y de una cultura cristiano-occidental-colonialista
5.-Las recurrentes rebeldías anti-neoliberales y crecientes resistencias populares a los modelos derivados de la estrategia neoconservadora impuesta a la fuerza por la élites capitalistas transnacionales y locales.
Esto, a su vez -en tantos procesos o fenómenos independientes que agravan la crisis del sistema imperialista occidental y debilitan la ya maltrecha hegemonía de EEU y aliados- son los blancos de ataques de su guerra global y causas esenciales de su creciente y cada vez más demencial agresividad.
· CARÁCTER, PROPÓSITO DE LA GUERRA, REMODELACIÓN Y NUEVO ROL DE LA OTAN.
Es un imperialismo enfermo, desplegando sus odios en su loco afán por extender su existencia y recuperar supremacía absoluta..
No es la clásica guerra de rapiña o inter-imperialista por conquista de mercados, con culpas repartidas por mercados.
Es una guerra permanente contra los avances de la autodeterminación y los procesos soberanos que erosionan su supremacía y amenazan su existencia, en la que la combinación del propósito imposible de recuperar su reinado unipolar con el gran negocio de las armas de su complejo militar-industrial financiero, con la voracidad y el afán de opulencia de los mega-capitalistas de la industria de las armas y la minería extractiva, la ha convertido en una guerra contra la humanidad y la vida misma.
Eso explica el ascenso en volumen e intensidad destructiva de la reciente apertura del peligroso capítulo de preparación y ejecución sistemática de la guerra de la OTAN contra la Federación Rusa, iniciada en territorio ucraniano; seguida de las resoluciones de la reciente CUMBRE DE LA OTAN-Madrid, que se traducen en:
-Conversión en grande de la OTAN de la Alianza Militar Atlántica a una ALIANZA POLÏTICO-MILITAR GLOBAL.
-Ampliación su membrecía en los países del Báltico y Ártico y expansión de sus fuerzas terrestres y bases militares en Europa Oriental para cercar más a Rusia.
-Pactar militarmente con Japón, Corea del Norte, Nueva Zelandia y Australia, e incrementar sus fuerzas navales en el Indo-pacifico, apuntando agresivamente contra Chuna hacia el Indo-pacifico.
-Mayor presencia de sus flotas navales en el Mediterráneo y en el Atlántico Norte, y de su implantación en Colombia y colonias holandesas del Caribe; mayor control militar de Mauritania (África) para fortalecer sus planes intervencionistas en ambos continentes y su ofensiva contra todas las señales de autodeterminación.
-Declarar temerariamente a Rusia y China como potencias a derrotar.
-Asumir la militarización de la política en una fase de mayor confrontación con quienes adversan línea guerrerista
-Aumentar considerablemente su presupuesto y su equipamiento militar, obligando a sus países miembros a aportar el 2% de su PBI.
-Darle permanencia y fortalecer su grupo de guerra nuclear, contemplando ataques tácticos- “quirúrgicos” puntuales.
– Reestructurarse y constituirse en maquinaria ofensiva de la guerra integral o multi-guerra del capitalismo imperialista occidental y del orden neoliberal endurecido contra todo lo que no controla.
– Imponer, en fin de cuentas, un régimen de fuerza a escala mundial,
· IMPLICACIONES Y URGENTE CONFLUENCIA ALTERNATIVA.
Las implicaciones de todo esto indican que OTAN y las potencias y cúpulas capitalistas que la sustentan, están decididas a intensificar una guerra global que en definitiva es una guerra contra la autodeterminación, la vida y la existencia de la humanidad.
Tales crueles designios sólo pueden ser contrarrestados, y finalmente derrotados, con una gran confluencia mundial del abanico de Estados, gobiernos, movimientos políticos y sociales, y pueblos en lucha; cada uno con sus roles y sus particularidades, todos unidos respetando la diversidad multicultural e ideológica. Una confluencia multicolor, destinada a defender la autodeterminación, la vida, la libertad y los derechos de la humanidad y de la Madre Tierra.
Así lo exige el tipo de crisis y de dominación, para una vez consumada la victoria, pasar a luchar por metas superiores: por un mundo solidario y sociedades justas, sembrando persistentemente más socialismo.
Por Isaías Ramos
En el artículo anterior, “Cuando trabajar no alcanza”, mostramos lo esencial: en nuestro país hay trabajadores a tiempo completo que, aun cumpliendo con todo, no alcanzan el costo de la canasta básica. Hoy toca cerrar el círculo con una pregunta inevitable: si el Estado asegura que no tiene margen para indexar el ISR ni para acercar los salarios a la canasta, ¿cómo sí lo tiene para blindar exenciones y subsidios que ya rondan el medio billón de pesos al año?
La comparación es contundente: alrededor de RD$19 mil millones para cumplir la indexación —lo mínimo para que la inflación no se coma el salario por la vía del impuesto— frente a más de RD$500 mil millones en gasto tributario y subsidios no focalizados. Esa diferencia no es técnica; es moral. Es un impuesto silencioso al trabajo para sostener privilegios que casi nunca rinden cuentas.
No hablamos de milagros, sino de coherencia constitucional.
Primero derechos; después privilegios.
La indexación es justicia básica; que el salario cubra la canasta es dignidad mínima. Cuando eso no ocurre, todo lo demás se convierte en una transferencia regresiva: recursos públicos arriba y salarios de subsistencia abajo.
Lo vemos en historias como la de Marta, cajera en una tienda que abre seis días a la semana. Gana el salario mínimo del tramo superior y aun así no le alcanza para transporte, alimentos y educación básica de sus hijos. Todos conocemos una Marta. Su caso no es la excepción; es el reflejo de un modelo.
Reconocemos, sin ambigüedades, que ciertos sectores han traído inversión y empleo. Pero en un Estado Social y Democrático de Derecho, la prioridad no se discute: derechos primero, incentivos después. Si un sector recibe exenciones millonarias durante décadas, la contrapartida mínima es un salario mediano por encima de la canasta y una reducción verificable de la informalidad. Y si los beneficios se justifican por su aporte, ese aporte debe comprobarse con datos públicos.
Las preguntas son simples, y las respuestas deberían serlo también:
- ¿Cuál es su salario mediano y qué parte de la canasta cubre?
- ¿Cuál es su aporte fiscal neto, descontadas exenciones y transferencias?
- ¿Qué metas salariales y de formalización han cumplido —auditadas y con plazos—?
Si esas respuestas no existen, la falla no está en quien critica, sino en un modelo que evita mirarse al espejo.
Cuando miramos la región, el panorama se vuelve más claro y más crudo. Llevamos décadas creciendo alrededor de 5 % anual, más del doble del promedio latinoamericano. Sin embargo, datos del Banco Mundial muestran que menos de 2 % de los dominicanos ascendió de grupo de ingreso en una década, frente a un 41 % regional. Es una de las movilidades más bajas de América Latina: un motor económico de alta potencia montado sobre una carrocería social demasiado frágil.
A eso se suma un mercado laboral con alrededor de 55 % de informalidad, superando un promedio regional que ya bordea la mitad. Millones de personas trabajan sin contrato, sin protección y sin capacidad de negociación. Mientras tanto, el salario mínimo formal del sector privado no sectorizado —según el tamaño de la empresa— oscila hoy entre unos RD$16,000 en las microempresas y cerca de RD$28,000 en las grandes, y ni siquiera en su tramo superior alcanza el costo de la canasta familiar nacional, que ronda los RD$47,500, ni la canasta del quintil 1, situada en torno a RD$28,400. La mayoría de los trabajadores informales ni siquiera se acerca a esos montos.
Ahí está el nudo del modelo: un PIB que corre por delante del promedio regional, con salarios más bajos, más informalidad y menor movilidad que casi todos. Ahí es donde la retórica del “milagro” deja de coincidir con lo que millones viven cada día: jornadas largas, ingresos insuficientes y un crecimiento que no se traduce en dignidad.
Y, mientras tanto, la indexación —que solo evita que el impuesto castigue el salario— se presenta como inalcanzable. No lo es. Lo inalcanzable es pretender estabilidad congelando la protección del trabajador mientras se blindan privilegios que nadie revisa con lupa desde hace décadas. Eso no es estabilidad; es un subsidio a la precariedad.
La discusión no es “si hay dinero”, sino de dónde es justo que salga.
¿De quienes ya no pueden más, o de exenciones que llevan medio siglo sin evaluación seria?
¿De la nómina de la clase trabajadora, o de regímenes especiales convertidos en vacas sagradas?
En el Frente Cívico y Social entendemos que la guía es simple y está escrita en la Constitución. El artículo 62 establece, entre otras cosas, que es finalidad esencial del Estado fomentar el empleo digno y remunerado y, en su numeral 9, consagra el derecho a un salario justo y suficiente para vivir con dignidad. No es poesía; es mandato. Si el salario mediano de un sector no cubre la canasta, ese sector no cumple con la dignidad mínima. Y si además recibe exenciones, la obligación de rendir cuentas es aún mayor.
Y porque no hay dignidad sin desarrollo, no olvidemos lo esencial: salario digno es demanda interna, productividad futura y estabilidad social. Con sueldos de miseria no se construye un mercado interno robusto, no se fortalece el capital humano, no hay escalera de movilidad. Lo que se “ahorra” hoy en salarios bajos se paga mañana en menor crecimiento y mayor conflictividad.
En una frase: un país que se respeta no pone el privilegio por encima del salario, ni el incentivo por encima de la dignidad. Cuando la política honra esa jerarquía, la estadística deja de ser consuelo y se convierte en vida vivible.
Despierta RD.
Las escaseces de divisas, alimentos, medicamentos, salarios y servicios públicos, como la electricidad, etc., predominan y se agravan en Cuba, donde no ha estallado una poblada contra el orden socio-político instaurado principalmente por la comprensión ciudadana del inhumano bloqueo económico-financiero y comercial de Estados Unidos y su inspiración en el líder histórico de su Revolución, Fidel Alejandro Castro Ruz. Ese prodigio comprueba el poder de la ideología y la herencia de los sistemas de valores como pilares para mantener el control del Estado.Opinión
La Corte Penal Internacional y los tribunales penales internacionales (2 de 2)
Published
14 horas agoon
diciembre 5, 2025Por Rommel Santos Diaz
La naturaleza sui generis de los tribunales Ad-Hoc los constituye al mismo tiempo como jurisdicciones que tienen un carácter limitado tanto ratione temporis como ratione loci.El Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia solo tiene competencia para juzgar los crímenes cometidos a partir del 1 de enero de 1991 en el territorio de la Ex República Federal Socialista de Yugoslavia mientras que el Tribunal Penal Internacional para Ruanda tiene una competencia temporal aún más restringida dado que sólo puede juzgar los crímenes cometidos durante el año 1994 en el territorio de Ruanda.
Por su parte, la Corte Penal Internacional es un tribunal permanente que tiene una competencia ratione temporis de carácter prospectivo, vale decir, se aplica sólo a los crímenes cometidos luego del 1 de julio del 2002, fecha de la entrada en vigor de su Estatuto. Además, su competencia ratione loci se basa en el principio de territorialidad y no en el principio de jurisdicción universal.
Por otro lado, conviene destacar que la forma de creación de los tribunales penales internacionales determina a su vez el modo como estos tribunales internacionales se relacionan con las jurisdicciones internas.
Así por ejemplo, la Corte Penal Internacional se rige por el principio de complementariedad en relación a la jurisdicción interna de los Estados. Esto tiene particular relevancia en los casos de competencia concurrente con la jurisdicción nacional, dado que la jurisdicción del Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia y del Tribunal Penal Internacional no es complementaria de la jurisdicción nacional, sino que en su lugar se trata de una jurisdicción internacional que tiene primacía sobre las instancias nacionales.
Lo anterior permite que en cualquier estado de un proceso ante un tribunal nacional tanto el Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia y el Tribunal Penal Internacional para Ruanda puedan requerir a los tribunales nacionales la remisión del caso a sus respectivas competencias.
En relación a la existencia de mecanismos de cooperación judicial entre los tribunales penales internacionales, es pertinente subrayar que esta instituciones responden a principios distintos de aquellos que son propios del derecho penal internacional propios del derecho internacional privado y es en esta línea conservadora que ninguno de los estatutos de los tribunales internacionales contiene disposiciones específicas sobre cooperación entre ellos.
Así por ejemplo, el Estatuto de Roma regula las relaciones de cooperación y asistencia judicial sólo entre los Estados Parte y la Corte Penal Internacional y conforme al Artículo 2 de su Estatuto, se prevé en virtud del acuerdo entre la CPI y las Naciones Unidas, relaciones de cooperación con esta organización internacional.
Por tanto, el tratado de Roma no contiene referencias relativas a la forma como la Corte Penal Internacional podría vincularse con otros tribunales del sistema de justicia penal internacional.
Finalmente, tal como se observa en las líneas precedentes no existe un vínculo normativo entre la Corte Penal Internacional y los tribunales Ad-Hoc . No obstante, es innegable que la valiosa y extensa jurisprudencia del Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia y el Tribunal Penal Internacional para Ruanda servirán como referente en el desarrollo del trabajo jurisprudencial de la CPI.
