Conecta con nosotros

Editorial

Estamos corrompidos hasta los tuétanos.

Published

on

En el curso del proceso que se sigue a una serie de funcionarios del gobierno de Danilo Medina, ha salido a relucir cómo se mueve en la fiesta de la corrupción el famoso empresario Juan Ramon Gómez Díaz, lo cual no es nuevo ni exclusivo de él.

Sin embargo, es muy poco lo que se dice al respecto, no sólo por sus propios medios, cuyos periodistas pretenden criticar las cosas malas que ocurren en el país, pero que no se atreven a hablar de cómo su jefe participa de la fiesta de la corrupción que se traga la nación.

Gómez Díaz en poco tiempo logró contratas del Gobierno por más de 21 mil millones de pesos, lo cual explica que regale millones de pesos y carros a sus empleados en tiempos navideños.

Lo peor de todo esto es que en la República Dominicana un tribunal Constitucional, tan vital para la salud moral de la sociedad, transmita su programa a través de Telemicro, propiedad de un empresario cuyas andanzas son definitivamente pecaminosas.

Pero nadie habla del asunto y todo sigue su agitado curso, mientras el sector privado y los funcionarios públicos se hartan del dinero del patrimonio nacional sin que haya un régimen de consecuencia.

Ante denuncias tan graves como la hecha por el ingeniero Pagán, lo menos que pudiera ocurrir es que todos los medios expresen su preocupación al respecto.

Además, el Tribunal Constitucional debía paralizar inmediatamente la transmisión de su programa de televisión a través de Telemicro hasta tanto ese asunto quede lo suficientemente aclarado, porque cualquiera está en el derecho de preguntarse cuál sería la actitud de esta alta corte ante un caso que llegue a sus manos y que involucre al grupo Telemicro o a su propietario Juan Ramón Gómez Diaz. Naturalmente, que la respuesta no resulta tan sencilla

Se trata de una imputación muy grave para que todo siga como si nada hubiera ocurrido, sobre todo porque no es la primera vez que este empresario se ve envuelto en semejante desvergüenza.

Se es responsable de la corrupción por comisión o por omisión y la actitud de los medios frente a tan grave denuncia es más que preocupante, ya que los involucra de forma vergonzosa con una práctica que no proyecta muy bien a la República Dominicana.

La tolerancia con Gómez Diaz le quita legitimidad a cualquier crítica en contra de ese cáncer que corroe todo el tejido social dominicano.

Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Editorial

Un debate que se queda en las buenas intenciones de sus organizadores.

Published

on

El debate presidencial entre los tres principales candidatos en las elecciones del próximo 19 de mayo del 2024 representa un escenario que por sí solo no constituye ni genera ningún tipo de esperanza en una democracia con niveles muy alto de descredito.

No importa que hermosos sean los discursos de figura como Leonel Fernández, Abel Martínez y del presidente Luis Abinader, porque hay una expresión que dice por sus hechos los conoceréis.

Habrá alguien que se atreva a decir que aparte de lo que ellos puedan prometer estos tres personajes tienen algo tangible en favor de la democracia dominicana, máxime en el tema más delicado de la vida nacional que es el que tiene que ver con un comportamiento ético.

Este periódico entiende que ello sería vender una mentira que tarde o temprano se confirma una vez más, ya que son tantas sus falencias que no hay forma de que lo dicho por ellos pueda servir para mejorar los niveles de credibilidad de la democracia.

En realidad, es como si se tratara de un circo, donde sus protagonistas no es verdad que motivan una reacción saludable para que se puedan vender muchas boletas y aumentar la asistencia a ese entretenimiento.

Y el problema no radica en la edad, para específicamente hablar de Leonel Fernández, sino con lo que ha sido su conducta, ya que es muy poco lo que se puede creer de lo que dice, aunque lo propio se puede decir de los relativamente jóvenes que están en el mismo entorno como Abel Martínez o Luis Abinader, lo cual lo hace viejos de pensamientos y en consecuencia representantes de la misma cosa.

Es decir, que la juventud de Abel Martínez significa lo mismo, dado que su comportamiento en el escenario político nacional y su vida pública son más contundentes que cualquier otra cosa y que de todo lo que se pueda decir.

El presidente Abinader tampoco tiene la credibilidad suficiente para mejorar  la democracia nacional, entonces siendo así el debate es una herramienta que en este caso sirve de poco.

Y no es que el mismo no sea idóneo siempre y cuando cambien los referentes de los personajes que intervienen en él, sino que su efecto sólo será posible si quienes exponen sus ideas avalan éstas con una conducta que haga creíble lo que dicen.

De otro modo, es como nadar en el mar, dado que el color de la pluma del pájaro no descansa en pintarlo del color que más puede gustar en el escenario donde vuela, sino de aquella que es la natural y que sin importar lo fea que sea no distorsiona  el mensaje fundamentado en la verdad, la originalidad, la transparencia y la formalidad que reclaman las circunstancias.

Continue Reading

Editorial

Policías y militares dominicanos no difieren mucho de los haitianos.

Published

on

Si una cosa debe preocupar a la sociedad dominicana tiene que ser el comportamiento de sus policías y militares, porque la gran mayoría no exhibe una buena conducta.

Si se revisa la participación policial y militar en los atracos y robos a mano armada que ocurren en el territorio nacional,  siempre se encontrará la sombre de miembros de los cuerpos armados.

Y si se analizara el problema a partir de lo que ocurre en la frontera, las cosas se complican, porque aparte de que son los militares destacados allí los que permiten la entrada de los haitianos, también fácilmente va a quedar al descubierto que por ahí entra mas que seres humanos, sino  droga,  trata de blanca y miles de actividades ilegales.

Lo complicado del asunto es que el lenguaje que se habla en esa parte del pais es el del dinero dinero, cuyo involucramiento de los militares destacados allí  proviene de los partidos políticos, en los que todo tiene un precio y sólo las cosas caminan cuando cada uno recibe los suyos.

Es decir, que pedir un comportamiento ético y mística en las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional es una quimera que no parece tan fácil de lograr.

El país está inmerso en la fiesta de los cuartos y el que no tiene la audacia para buscarlo y repartir se queda fuera de la misma, porque nadie lo quiera a su lado y precisamente así están los cuerpos armados de la nación.

Ahí está la explicación del comportamiento de los miembros de la Dirección Nacional de Migración, quienes están más atentos de las propiedades de los haitianos que de su documentación y si son o no ilegales.

Lo grave del problema es que, aunque muchos superiores hablan todo lo que les viene a la boca cuando se produce un escándalo, lo cierto es que nadie está fuera del botín, cuyos beneficiarios no les importa otra cosa que acumular dinero sin importar las consecuencias e incluso aunque tengan que poner en peligro los intereses de la patria.

Si este comportamiento no es detenido al precio que sea, la República Dominicana va a sufrir un deterioro en su imagen que llegará un momento que el mal va ser muy difícil revertir.

El problema toma cuerpo, porque se profundiza la crisis de valores, pero no parece que el mal pueda ser detenido porque es la mayoría de la gente que anda en la misma onda.

Solo queda observar.

Continue Reading

Editorial

Un hecho que hiere la conciencia nacional.

Published

on

La violación sexual de una adolescente haitiana durante un operativo de la Dirección General de Migración representa una afrenta en contra de toda familia sin importar en qué lugar del mundo ocurra y la nacionalidad de la víctima.

Puede producirse en cualquiera de los continentes que conforman el mundo y no hay forma de justificar semejante aberración.

Todo el que tiene algún sentimiento paternal tiene que indignarse con semejante aberración, la cual constituye la que más heridas psicológicas y físicas produce en sus víctimas.

Esa es una forma de arruinarla la vida un ser que apenas comienza a vivir, cuyos traumas la acompañarán durante el resto de su existencia.

No hay forma de concebir semejante crimen, porque en realidad la violación sexual es uno de los peores recursos de cualquier degenerado en contra de sus víctimas.

Cualquier buen ciudadano, no importa que tan poca o muy civilizada sea su nación de procedencia, no puede sentirse cómodo con que un degenerado sobre la base del poder público cometa semejante agresión, pero peor aun en contra de una persona que todavía se puede definir como una niña.

Ya el Gobierno ha reaccionado al respecto, pero el asunto no permite dilaciones, porque el remedio tardío puede ser mucho peor que la enfermedad y la sociedad dominicana no puede darse el lujo de proyectarse ante la comunidad internacional como una nación de salvajes y de perversos que se escudan en la ley para cometer sus atrocidades.

No hay forma de justificar semejante acción, sin importar las diferencias migratorias y a otros niveles con los haitianos, porque el crimen cometido por miembros de la Dirección General de Migración trasciende todas las fronteras.

El que viola a una haitiana de igual lo hace con una dominicana o con cualquier otra persona, porque se habla de un enfermo que merece tratamiento clínico y de la sanción que dispone la ley para este tipo de conducta.

Continue Reading

Edificio La República: Restauración No. 138, cuarta planta, Santiago, República Dominicana. Teléfono: 809-247-3606. Fax: 809-581-0030.
www.larepublicaonline.com  / Email: periodico@larepublicaonline.com
Copyright © 2021 Blue National Group