Mujeres: tomen conciencia antes de perderlos. Los conservadores no cesan en su objetivo de echar para atrás el reloj.
Por Rosario Espinal
Hace varios días, a propósito de la aprobación de la nueva versión de la Ley Electoral, un político preguntó en las redes por las feministas, que, según él, no habían alzado su voz contra esa reforma electoral que vulnera derechos de igualdad al establecer la representación en candidaturas por género a nivel nacional en vez de circunscripciones.
No entro a explicar la distinción entre representación nacional y por circunscripciones porque mi interés aquí es otro. Hago un llamado a que dejen de preguntar por las feministas cada vez que se presenta un problema social, económico o político que involucra a las mujeres.
Estos no son temas exclusividad de las feministas, son responsabilidad de toda sociedad, y, en especial, de todas las mujeres.
Me explico.
El movimiento feminista de la segunda mitad del siglo XX fue vital para la expansión de los derechos de las mujeres en todos los ámbitos: educativo, reproductivo, laboral, político, cultural.
Como resultado de las luchas feministas, las mujeres pudieron acceder masivamente a la educación básica y superior, aumentó la participación de las mujeres en el mercado laboral, se facilitó el acceso a los métodos anticonceptivos, se aprobó el derecho al aborto en distintas modalidades legales según el país, se equiparó la participación electoral, y comenzó a romperse el techo de cristal en la representación política con más mujeres electas o nombradas en altas posiciones públicas.
Los sectores conservadores nunca han depuesto sus armas contra el movimiento feminista y los derechos de las mujeres
Ahora bien, a pesar de esos cambios, los sectores conservadores nunca han depuesto sus armas contra el movimiento feminista y los derechos de las mujeres; y, en ese trajinar, muchas mujeres, beneficiarias de las conquistas feministas, se dan el lujo de considerarse antifeministas y asumir luchas a favor de los llamados valores tradicionales que han sido históricamente la retranca fundamental para la conquista de los derechos que hoy tenemos.
Por ejemplo, es muy lamentable escuchar diputadas dominicanas a favor del conservadurismo de género, cuando ellas ocupan esos cargos precisamente por las conquistas feministas de apertura. ¡Por favor, tengan más conciencia!
Es tiempo de que muchas mujeres que denigran el feminismo reflexionen sobre su accionar.
Las mujeres han sido históricamente socializadas para la subordinación, y, a pesar de los avances de los últimos 60 años, nos cuesta mucho salir de la sumisión, tener voz propia y ocupar espacios públicos a partir de la crítica y la defensa de nuestros derechos.
El feminismo ya ha hecho grandes aportes al progreso de las mujeres. Toca ahora a todas las mujeres entender que el derecho a expresarse públicamente, a estudiar, a trabajar, a comprar una propiedad, a planificar sus embarazos, a votar, a ser electa, etc., proviene fundamentalmente de las luchas feministas, y es responsabilidad de todas luchar por la preservación y expansión de esos derechos.
Mujeres: tomen conciencia antes de perderlos. Los conservadores no cesan en su objetivo de echar para atrás el reloj.
El 8 de marzo es un día para conmemorar nuestras luchas y conquistas, y revitalizarnos para seguir adelante que falta mucho

Desde 1950, tres años a posteriori de su creación -1947- la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos comenzó a instrumentalizar a periodistas para manipular y moldear a la opinión pública mundial, en una abominable labor de zapa, en el cenit geopolítico de la Guerra Fría entre dos superpotencias imperiales. Su proyecto primigenio, y el más escalofriante, ha sido la encubierta Operación Mockingbird, mediante la cual se ocultaron y tergiversaron informaciones para influir a favor de los designios norteamericanos, y desde 2019 ejecuta a gran escala una campaña de reclutamiento para difundir noticias y entretenimiento en redes sociales y plataformas streaming.
En el artículo anterior, “Cuando trabajar no alcanza”, mostramos lo esencial: en nuestro país hay trabajadores a tiempo completo que, aun cumpliendo con todo, no alcanzan el costo de la canasta básica. Hoy toca cerrar el círculo con una pregunta inevitable: si el Estado asegura que no tiene margen para indexar el ISR ni para acercar los salarios a la canasta, ¿cómo sí lo tiene para blindar exenciones y subsidios que ya rondan el medio billón de pesos al año?
A diferencia de la Corte Penal Internacional, cuyo estatuto es el resultado de varios años de debates y de la Conferencia de Plenipotenciarios, los tribunales Ad –Hoc para la Ex Yugoslavia y Ruanda son la expresión de una respuesta a dos situaciones específicas caracterizadas por la comisión de atrocidades en el territorio de estos países.