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Opinión

La mezcla degradante de un sistema decadente

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Por Narciso Isa Conde

El centro del sistema se empeña en desplegar lujo y progreso, y esconder su degradación; mientras su periferia sigue sometida a una recolonización cada vez más alienante y destructiva.

En tanto una parte del mundo y amplios sectores de nuestra sociedad -bajo el abrumante y fatuo poder mediático del decadente imperialismo occidental y su expresión local- están saturados de una versión acaramelada del Presidente Abinader y su primera dama; catapultada recientemente desde la rancia monarquía inglesa, entiendo necesario dar a conocer o refrescar la memoria sobre su actual gestión de gobierno, de la mano de la Casa Blanca, del poderoso Grupo Vicini y los 10 principales multimillonarios seleccionados por la Revista FORBES.

A sus supuestos éxitos anti-crisis ahora le suman sus “logros” como modelos del buen vestir, en el marco de la competencia entre las élites del planeta que participaron en la Coronación del Rey Carlos III y consorte.

Paso entonces a recapitular, procurando siempre aproximarme a la verdad històrica:

– El ascenso de Luis Abinader al Gobierno el 20 de agosto del 2020 fue logrado mediante la victoria electoral del denominado Partido Revolucionario Moderno (PRM), continuador del viejo, corrompido y neo liberalizado Partido Revolucionario Dominicano (PRD); previamente asaltado por el Grupo Vicini y el club de los mega millonarios dominicanos y  tutelado por el Departamento de Estado, el Pentágono y la CÌA de EEUU.

-El derrotado fue el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), fundado por el fallecido Profesor Juan Bosch, y penosamente convertido durante sus 20 años de gestión en una corporación de la corrupciòn y mafias diversas, y en instrumento de la estrategia neoliberal de EEUU.

-El cambio del PLD por el PRM-ABINADER-VICINI ha resultado, en menos de tres años, una gran farsa montada sobre una mezcla degradante que viene gestándose y expandiéndose en no pocos países de la periferia del decadente sistema imperialista-capitalista occidental; gran parte de ellos impactados por la agresiva resistencia del Coloso del Norte a su declive, incluida su pérdida de influencia en Nuestra América.

Esa mezcla degradante ha emanado de un capitalismo dependiente sin auto determinación…de un lumpen capitalismo dependiente a su vez de un lumpen imperialismo súper violento y atracador.

Eso se traduce además en la gansterización de sus principales componentes, sus sistemas y sus instituciones; dominadas por un sistema de partidos que generó partidocracia y bajo la tutela de una gran burguesa local y transnacional a la que fundamentalmente le interesa multiplicar ganancias, concentrar y ostentar riqueza y detentar todo tipo de poder.

De esa realidad y de los requerimientos apremiantes de una civilización decadente, estremecida por una crisis múltiple (económica-social, ambiental, de salud, educación, alimentación, urbanística, política-institucional y de valores), se deriva la apelación desde esa dominación clasista a todas las opresiones y discriminaciones tradicionales, a los antivalores conservadores, a los fundamentalismos religiosos, al machismo, el racismo, la xenofobia y la homofobia.

Todo, por demás, es negocio, consumismo y banalidades desenfrenadas.

Incluso iglesias cristianas -muchas de ellas instrumentadas por EEUU e Inglaterra- se mercantilizan aliadas al capital privado, los partidos y el Estado,

En las últimas décadas la acumulación de esa mezcla de medievalismo, modernidad y postmodernidad capitalista, potencia un poder cada vez más concentrado y opulento; deslumbrante ante la ignorancia inducida y, en consecuencia, muy distante del resto de la sociedad

El centro del sistema se empeña en desplegar lujo y progreso, y esconder su degradación; mientras su periferia sigue sometida a una recolonización cada vez más alienante y destructiva.

Señales claras de un progreso empobrecedor concentrado en las elites del Estado, el empresariado, el generalato corrompido y la llamada “clase media-alta comparona”; expresiones además  una decadencia integral, acompañada de la progresiva descomposición de la dominación impuesta.

  • VIRAJE PROLONGADO Y NUEVO VIRAJE PRECIPITADO POR LA COVID 19.

La pandemia -y sobre todo el manejo de la misma por elites capitalistas-globalitas- impactaron dramáticamente sobre ese proceso de acumulación prolongada, relativamente lenta, de esa mezcla aberrante y degradante dentro de los modelos neoconservadores, llamados neoliberales.

Desnudaron la crisis sistémica y la agravaron a niveles sin precedentes.

Las recetas provinieron de los centros imperialista y fueron impuestas a costa de ocasionar innumerables sufrimientos a sus propios pueblos y a las sociedades del “Tercer y Cuarto Mundos”

Al prolongado viraje de la era neoliberal iniciada el siglo pasado, se le agregó entonces otro viraje brusco e intenso hacia el ultra conservadurismo y la ultra recolonización.

Luis Abinader y su entorno político-empresarial, resultaron el relevo ideal para este nuevo viraje que conllevaba el asalto directo del Estado por la cúpula empresarial, su privatización y su recolonización completa a nombre del “cambio”, de la lucha anticorrupción y del respeto a la institucionalidad consagrada.

Su ascenso resultó fácil. Trump, Pompeo, la oligarquía capitalista dominicana y gran parte de las derechas no perdieron tiempo en patrocinarlo y Biden por igual.

¡Hasta la “izquierda” que no es Izquierda y el progresismo poco progresista, respaldaron este proyecto y se incorporaron a la nueva farsa!

Privatizaciones, apropiación del patrimonio natural, enriquecimiento de las elites, conservadurismo ideológico, coloniaje y alineamiento con la guerra global infinita del Pentágono y la OTAN, asumieron una dinámica brutal y veloz dentro y fuera del gobierno, y en su accionar dentro y fuera del país.

Así vino el despliegue de préstamos amarrados, los proyectos de APPS, Fideicomisos, USAID, Comando Sur, FMI, BID, Banco Mundial… las diversas modalidades de privatización y desnacionalización de lo público y apropiación privada de la naturaleza.

A una creciente transculturación imperialista, se le agrega la radicalización de una perversa desviación del sentimiento patriótico-nacional para agredir, estigmatizar y condenar al pueblo haitiano; liberando de culpas a EEUU y embotando el antiimperialismo.

El tráfico de influencia pro empresarial, la sumisión al poder imperialista y el culto a lo fatuo y banal y la religiosidad oportunista, arropan al Estado y a la oligarquía capitalista, y se derraman hacia una sociedad presa del conservadurismo y el consumismo.

Las mentiras virtuales dentro de un gigantesco ejercicio publicitario del Gobierno y las grandes empresas privadas, no tienen precedentes en la historia reciente del país.

 La combinación ideológica descritas se constituye en fuente permanente de un ultra conservadurismo con vocación neofascistas, fenómeno propio de este tipo de crisis a escala local, continental y mundial.

La mezcla de lumpenizaciones genera una escala superior de Estado delincuente y de poderes privados mafiosos, legales e ilegales.

La decadencia imperialista, más el consumismo extremo, más la opulencia y el derroche sin límites, potencian la voracidad y la vocación ecocida empresarial.

La mezcla abigarrada de todos estos factores materiales e ideológicos determina la fusión Estado-partidos-religión-corporaciones y fuerzas militares, que procuran disfrazar el drama nacional y mundial con una  fantasía virtual impregnada de post verdad.

El concentrado de todo esto conforma un conjunto de empresarios metidos a políticos, políticos convertidos en empresarios al vapor; riferos, funcionarios sobornables, narco-legisladores multimillonarios y agentes de la colonialidad, ejerciendo funciones de Estado y controlando curules, alcaldías, negocios religiosos y entidades armadas que usurpan los poderes temporales y permanentes.

Así hay un país en el mundo –y muchos como él- con un pueblo empobrecido y una clase dominante-gobernante dispendiosa, en un territorio bajo un dominio colonial súper modernizado arriba, lleno de torres del lavado, celulares, softwares y cámaras espías, yipetas de lujo, equipos electrónicos y proyectos turísticos paradisiacos… solo para los ricos; con sus pequeñas NY en la Capital y Santiago, rodeado de un mar de barrios y campos empobrecidos habitados por los /as de abajo.

Exhibiendo penosamente una pareja presidencial fascinada por el lujo de la Corte inglesa, compitiendo en los primeros lugares con las excentricidades de la nobleza del capitalismo monarquizado y las elites burguesas del planeta.

Esto en representación de una hermosa isla caribeña, con lindas montañas y valles espectaculares, rodeada de playas blancas y mares verdi-azules, preñada de penurias humanas y amenazada de sucumbir por una dominación imperial ferozmente destructiva.

Vale si reconocer la astucia de la nobleza británica

En esta ocasión estímulo hábilmente, con esa invitación  a la coronación de su Rey y la Reina Consorte, la fatuidad del gobernador de colonia con título de presidente y de la denominada “primera dama” dominicana, cuyo gobierno ha sido colocado por conveniencia colonialista, en una burbuja mediática inmune a la desgarradora crisis que azota la humanidad y el planeta; para, entre otras ventajas banales, darse el lujo de vestir elegantemente y costosamente, fascinando a los cronistas sociales, expertos en modas  a nivel internacional y local.

Ambos reventaron de orgullo, exhibiendo el cobre de su alma oculto en un baño de oro y en simulaciones criollas.

Tanto, que obnubilados no pudieron darse cuenta, que mientras con trajes de Oscar de la Renta caminaban sonriente por la alfombra roja del palacio real, de las protestas del pueblo británico por el alto costo de la vida, diciéndole a Carlos III que ese no era su Rey y demandándole introducirse en su ilustre trasero su indeseable reinado.

Tanto, que se le olvidaron los padecimientos de gran parte de los pueblos que habitan esta isla a consecuencia de dominio imperialista y oligárquico que la pareja Abinader aupa sin dolores en sus corazones

Tanto, que olvidaron los 100 millones de personas asesinadas en la India por el imperialismo y hasta el reciente robo de las reservas de oro de Venezuela depositados en la banca del Reino Unido

Esta una de las revelaciones de esta mezcla degradante que no tiene otro destino que no sea colapsar.

Aunque ciertamente su caída definitiva, necesariamente deberá hacerse acompañar de una creación heroica, que para materializarse deberá vencer todos los miedos y burlar todas las amenazas.

Nada cae solo.

Este país, esta isla, esta América, este mundo, merecen otro destino,

Hay que atreverse a forjarlos, destituyendo y constituyendo.

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Opinión

Cuando la Legalidad no Basta…

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Por Isaías Ramos

Una democracia en la que más del 46% de la población no participa, expresa su voto nulo o en blanco, y donde existen prácticas como el uso indebido de recursos y métodos de coerción para influir en las elecciones, plantea serias preocupaciones sobre la legitimidad y representatividad del proceso electoral. Estas cifras no solo revelan un desinterés o descontento generalizado, sino que también ponen en tela de juicio la integridad de nuestro sistema político.

Los recientes resultados electorales nos ofrecen una fotografía clara de la situación actual. El alto porcentaje de votos nulos, blancos o la abstención directa, así como la evidencia de que muchos votantes se presentan a las urnas motivados por incentivos económicos, demuestra una erosión significativa del principio de libre elección, que es fundamental en cualquier democracia.

Este comportamiento no es espontáneo, sino el resultado de décadas de prácticas corruptas, clientelismo político y decisiones electorales que no reflejan necesariamente el verdadero apoyo popular hacia determinados candidatos o partidos.

Un presidente que sea elegido con la aprobación de menos del 31% de sus electores enfrenta un dilema de legitimidad, especialmente en un contexto donde los favores estatales y el clientelismo político han tenido más peso que la propia voluntad de la ciudadanía.

Aunque el sistema electoral pueda cumplir con todas las formalidades legales, su legitimidad se ve comprometida cuando una parte significativa de la población demuestra, mediante la abstención, que no se siente representada por los actores políticos impuestos por el sistema.

La diferencia entre lo legal y lo legítimo se vuelve crucial en este contexto. Una democracia robusta no solo debe adherirse a las normas y procedimientos jurídicos; también debe fomentar valores como la participación activa de los ciudadanos, la integridad electoral y el respeto por los derechos individuales, incluyendo la libertad de conciencia asegurada por el artículo 45 de nuestra Constitución.

Las leyes pueden ser ajustadas, como lo sugieren aquellos que abogan por el voto obligatorio, proponiendo una modificación al artículo 208 de nuestra Constitución. Sin embargo, esto podría ser una solución superficial si no se aborda la raíz del problema.

Modificar la legislación para hacer el voto obligatorio podría parecer una solución viable, pero esencialmente no aborda el desencanto y la alienación que sienten muchos votantes.

En el Frente Cívico y Social, consideramos que la respuesta no yace en imponer más reglas, sino en restaurar los principios y valores que le dieron origen a nuestra nación. Entendemos que el problema fundamental es un sistema político que ha demostrado no poseer las virtudes esenciales como la honestidad, la integridad, la transparencia, la empatía y el compromiso con el bienestar de la sociedad.

Es por esto que, a partir de este proceso electoral, en el FCS hemos decidido continuar nuestra batalla cultural para instaurar los principios y valores que heredamos de nuestros libertadores.

Es hora de reclamar una democracia que sea tanto legítima como legal, una que verdaderamente represente la voluntad y los intereses de su gente.

¡Despierta, RD!

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Opinión

La excepción de órdenes superiores en la  competencia de la Corte Penal Internacional

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Por Rommel Santos Díaz

El artículo 33 del Estatuto de Roma establece que el hecho de que un delito de competencia de la Corte Penal Internacional se cometa en cumplimiento de una orden emitida por un superior-sea  militar o civil- no eximirá de responsabilidad penal a su autor-sin embargo, existe  una excepción cuando:

  1. La persona acusada estuviere obligado por ley a obedecer órdenes emitidas por el gobierno o el superior  de que se trate;
  2. La persona acusada no supiera que la orden era ilícita; y
  3. La orden no era manifiestamente ilícita.

Estas tres condiciones son acumulativas, y el Estatuto de Roma  específicamente establece que cualquier orden para cometer genocidio o crímenes de lesa humanidad son manifiestamente ilícitas  en todo momento.

Esta excepción  es , por lo tanto, sólo aplicable a las personas a  quienes se les ordenó  cometer un crimen de guerra o, un crimen de agresión. De otra manera la excepción de órdenes superiores sólo se puede utilizar como una circunstancia atenuante, por ejemplo para reducir la pena.

Esta excepción siempre ha sido controversial. Las Cartas de los Tribunales de Nuremberg y Tokio, asi como  los Estatutos del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia y el Tribunal Penal Internacional para Ruanda establecen que la excepción de órdenes superiores  no es admisible  en situación alguna.

Se creía que al se una orden para cometer un delito, esta era ilícita, y por ende no podía utilizarse como una justificación para una conducta subordinada.

Sin embargo, el derecho interno de muchos Estados ha tomado un punto de vista contrario, con respecto  al alegato de órdenes superiores, y por lo tanto asi es de conformidad con el artículo 33.Esto significa que en la mayoría de los Estados, esta excepción existe como tal y un subordinado no puede ser culpable de un delito si el  o ella no conocían que la orden era ilícita o esta no era manifiestamente ilícita.

Esta regla se encuentra en los códigos militares disciplinarios de Alemania, Estados Unidos, Italia y Suiza, y la noción de responsabilidad penal ha sido consagrada por la jurisprudencia de los tribunales nacionales de crímenes de guerra. Solo algunos Estados prohíben la excepción de órdenes superiores en su derecho interno.

Otros Estados toman una medida diferenciada : permiten alegar la excepción de órdenes superiores cuando uno de sus  nacionales es acusado, pero prohíben su utilización cuando la persona acusada hubiera estado en combate contra un enemigo o fundamentan su excepción en el derecho de un país extranjero.

Sería  recomendable que los Estados Partes realizarán algunos cambios en su derecho  interno si esto es necesario para  asegurar que no haya excepción de este tipo más amplia que el artículo 33 del Estatuto de la CPI.

Si el sistema judicial nacional debiese absolver a un individuo porque tiene un control más bajo para la excepción de órdenes  superiores , esto  se podría considerar  como un medio para impedir que la persona sea llevada ante la justicia. Por ejemplo, la excepción de órdenes superiores  no se utilizaría en los casos en que había un orden para cometer un crimen de lesa humanidad o genocidio.

Los Estados Partes al Estatuto no deben cambiar su legislación interna si ésta no dispone de esta excepción de defensa para la persona acusada. En los Estados en que el derecho interno prevé esta excepción  de defensa, se podría requerir  una  reforma que la declare inadmisible cuando la orden fuese para cometer un crimen de lesa humanidad o genocidio.

Aun asi, los Estados Partes que deseen armonizar los procedimientos penales, podrían adaptar su legislación nacional a las disposiciones del Estatuto. En tal caso, se necesitaría realizar los siguientes ajustes:

  1. a)Declarar la excepción de órdenes superiores generalmente inadmisible;
  2. b)Declararla admisible solo cuando la persona acusada  haya demostrado que en su caso se dieron estas tres condiciones acumulativas:
  3. Obligación legal de obedecer la orden;
  4. El o ella no sabía que la orden era ilícita;
  5. La orden no era manifiestamente ilícita;
  6. c)Declarar la excepción de  órdenes  superiores inadmisible cuando se le ordeno a la persona acusada de cometer un crimen de lesa humanidad o genocidio;
  7. d)Finalmente, declarar que la excepción de órdenes superiores estará sujeto a las mismas reglas, ya sea  cuando la orden haya sido emitida por una autoridad civil o militar.

Rommelsantosdiaz@gmail.com

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Opinión

Reevaluemos el voto exterior

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Por Nelson Encarnación

Nadie discute que el voto de los dominicanos en el exterior es una gran conquista y un reconocimiento a los aportes que hacen nuestros compatriotas allende los mares, no solo en términos económicos cuantificables por vía de las remesas, sino directamente a familiares y allegados mediante otros medios.

Ese derecho llegó unido al reconocimiento de la doble ciudadanía, al establecerse la no pérdida de la original por nacimiento, lo que permite que cientos de miles conserven su arraigo nativo, lo cual se manifiesta en el apego a lo nacional en varios aspectos, incluido el político.

Pero esta última cuestión es solo un apego emocional que no se expresa en un ejercicio de ciudadanía, una de cuyas derivaciones esenciales es la participación en procesos electorales.

Veamos las recién pasadas elecciones, sobre las cuales se discute ahora mismo la gran abstención que por primera vez supera el 46% en unas presidenciales.

Sin embargo, esto es muy relativo, pues es oportuno tener en cuenta el gran impacto que sobre la abstención general ha tenido la ausencia de votantes en las circunscripciones del exterior, donde, de un padrón de inscritos de 863,785 electores, apenas concurrieron 162,953, para un pírrico 1.86%.

Si se desagregan estos 700,832 registrados no concurrentes, la abstención real bajaría significativamente, situándose en un 39%, cifra que, de todos modos, todavía se considera elevada, si se toma en cuenta el histórico en las presidenciales.

¿Qué hacer frente a una situación que deja ver que el voto en el exterior solo motiva a los activistas políticos?

Los actores políticos y la Junta Central Electoral pudieran implementar una modalidad en la que los dominicanos del exterior mantengan sus derechos electorales, pero solo para escoger a los diputados de ultramar.

Incluso, se pudiera estudiar—al segregarlos de la presidencial—la creación de dos senadurías, para Europa y América, que junto con las siete diputaciones, serían más útiles que la propia Presidencia.

Esta separación del padrón presidencial no sería negación de derechos, sino, por el contrario, un mayor reconocimiento, vía la representación congresual.

Sabemos que es un tema polémico, pero los propios líderes comunitarios deberían entender que un derecho solo sirve si se ejercita.

Y sobre lo económico, debemos entender que, en esas condiciones, la inversión para el montaje electoral del exterior es casi un dispendio. Que se estudie.

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