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Opinión

Bosch: 60 aniversario del golpe (1)

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Por Miguel Guerrero

El culto póstumo a la personalidad del expresidente Bosch, que él en vida rechazaba, terminará disminuyendo su estatura histórica y sus aportes a la creación de una conciencia democrática en el pueblo dominicano. Contribuciones que, a mi juicio, ayudaron a desmontar el mito de la tiranía de Trujillo y enseñar a la población la importancia de su presencia activa en la política, entendida esta como una actividad esencial para la preservación de los derechos ciudadanos.

La creación de un Bosch que nunca existió se asemeja a un sentimiento de culpa de parte de sus discípulos, sin vocación muchos de ellos para aceptar el partidismo como un compromiso social y no como una vía de superación y enriquecimiento individual.

En los últimos años, se ha intentado una clonación oficial del Bosch que los educó en las bregas políticas. El resultado es muy distinto de aquél que la sociedad conoció en situaciones muy complejas y en las que él mismo fue víctima de la intolerancia y la sed de poder; herencia de una guerra fría que en el país degeneró en golpes de Estado, revueltas civiles, intervención militar extranjera, conatos de guerrillas y otras experiencias sobre las que surgió la democracia dominicana.

A diferencia de muchos de sus alumnos políticos, no todos, Bosch no mostró nunca amor apasionado por el poder y es probable que nunca se sintiera realmente atraído por él. A finales de 1962, cuando todos los indicios mostraban su inevitable triunfo electoral, trató afanosamente de buscar un pretexto para validar históricamente su retiro del proceso, en la predicción, que resultó profética, de que a la postre sería derrocado.

Juan Bosch en 1963

Esta idea le obsesionó desde antes de asumir la presidencia hasta la madrugada de aquel trágico 25 de septiembre en que fue derrocado por un golpe incruento, provocado en gran medida por su incapacidad para sobrevivir a las circunstancias imperantes.

La costosa interrupción del proceso democrático iniciado con las elecciones del 20 de diciembre que dieron al triunfo a Bosch sobre las fuerzas conservadoras aglutinadas en la Unión Cívica Nacional, fue el resultado lógico y brutal de una conjugación de factores que el mismo Bosch contribuyó a crear voluntaria e involuntariamente.

Se ha discutido mucho desde entonces si él estaba en condiciones de evitar los tristes acontecimientos que trajeron consigo su salida forzosa del poder, pero es poco probable que pueda llegarse a conclusiones que no sean las especulativas derivadas de la pasión que su memoria todavía despierta entre seguidores y detractores.

Errores

Lo cierto es que Bosch cometió errores fatales, que no le permitieron hacerse entender por una sociedad apenas salida de tres décadas de oscurantismo y terror, sin experiencia alguna en la práctica democrática, tanto en la esfera económica y cultural como en la política.

La obsesión de Bosch por la suerte de su gestión era patética. Su fatalismo le llegó a decir muchas veces que le derrocarían, incluso antes de asumir el cargo. En su libro “Crisis de la democracia de América en la República Dominicana”, escribió un año después del golpe lo siguiente: “Yo tuve que aceptar esa presión de las masas (su postulación como candidato), y si hay algo de que me arrepiento en la vida es de haber aceptado ir a la elección como candidato presidencial sabiendo, como lo sabía sin la menor duda, que el gobierno que me iba a tocar encabezar sería derrocado quizá antes de que tomara el poder”.

A través de los años, esta afirmación y otras muy similares han contribuido a expandir el criterio de que Bosch les temía a las responsabilidades del poder y que, como consecuencia de ello, voluntaria o involuntariamente, para todos los fines lo mismo, creó las condiciones para su derrocamiento y la inestabilidad que vino después.

En su propia definición de lo que era saber gobernar, podría decirse que Bosch desconocía cómo hacerlo. En medio de la campaña electoral, Bosch dijo que Trujillo, que había sometido al país a una sangrienta y corrupta tiranía de tres décadas, entendía esos secretos porque había sabido mantenerse en el poder por tantos años.

Tal afirmación mostraba un aspecto cuestionable de su formación política e intelectual, fuera hoy de toda discusión racional dado que el inventado Bosch que sus discípulos reverencian en altares, no tolera indagación alguna sobre aspectos contradictorios de su personalidad.

Temperamento

El temperamento del líder peledeista lo distanciaba de una gran parte del conglomerado nacional que veía en sus posiciones extremas y su apoyo a los movimientos radicales una amenaza al orden social.

El golpe generó una transformación ideológica poco común en personas de su edad. De defensor acérrimo de la democracia representativa pasó a ser un ideólogo de un marxismo entendido como instrumento del análisis histórico y de la lucha de clases.

Es interesante, sin embargo, observar cómo su apego a valores democráticos fomentó en una sociedad atrasada como la dominicana de 1963, la aversión a sus métodos, los cuales incluso lo distanciaron de su propio partido, el PRD.

Al momento del golpe, el grueso de la dirigencia de su partido se encontraba alejada del gobierno y muchos de ellos, como era el caso de Angel Miolán, quien tenía el control de la maquinaria partidista, no visitaba el Palacio y estaba en franco desacuerdo con la forma en que se conducía el gobierno.

Bosch, por ejemplo, había amenazado con cerrar los locales del partido, lo que nunca sucedió, para crear allí escuelas de alfabetización, lo que tampoco hizo. En parte todo eso explica por qué en los días siguientes al golpe no se produjeran protestas en defensa del orden constitucional.

En la historia oficial del golpe que derrocó a Bosch la madrugada del 25 de septiembre, hace ya 60 años, se señala como responsables a la oligarquía, los comerciantes e industriales, los herederos del trujillismo en la esfera militar y, por supuesto, la jerarquía católica y el gobierno de los Estados Unidos a través de la Agencia Central de Inteligencia.

Con respecto a este último, la verdad es que si bien la llamada tolerancia de Bosch hacia las actividades de los grupos emergentes de la izquierda, especialmente el Catorce de Junio que lideraba Manuel Aurelio Tavárez Justo, Manolo, propiciaba creciente desconfianza acerca de sus ideales democráticos en esas esferas, especialmente en los círculos más conservadores de la sociedad de entonces, la Casa Blanca veía en Bosch una esperanza de cambio democrático.

Durante los meses siguientes a la asonada militar, el Triunvirato que reemplazó a Bosch no encontró apoyo en Washington hasta días después del asesinato del presidente Kennedy y el alzamiento insurreccional del Catorce de Junio.

Las memorias del embajador John B. Martin y sus relatos de sus vínculos con Bosch, además de los enormes ejemplos de su injerencia en los asuntos internos dominicanos revelan también una manifiesta simpatía hacia él en el plano personal, y a muchas de sus ideas de transformación de la atrasada sociedad dominicana de aquellos lejanos días.

Eran tiempos de guerra fría en los que apenas un año antes, el mundo se vio amenazado de una conflagración atómica durante la llamada crisis de los cohetes, debido al emplazamiento de arsenal nuclear soviético en territorio cubano.

El temor a un nuevo ensayo comunista en República Dominicana, tal como había ocurrido ya en Cuba, fue sin duda alguna un factor decisivo en el papel estadounidense en el golpe contra Bosch. En las siguientes entregas veremos el papel de la Iglesia en esos hechos.

jpm-am

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Opinión

Trump en nuestra América y más allá…

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Por Narciso Isa Conde

¡Habría que intentar tumbarlas o aplastarlas con armas e invasiones de alto calibre!, y eso no es fácil, porque los invasores corren el riego de empantanarse como le ha pasado en otras partes del planeta.

Esta América es nuestra, la de ellos es la del “Norte Revuelto y Brutal”, destinado a «sembrar de miseria” nuestra América.

No somos “patio trasero” de nadie.

A estas alturas del proceso, consideramos inaceptable una nueva apelación al monroísmo y más aún las demenciales pretensiones del trumpismo y otras variantes del neofascismo.

En esta América…el oro, el litio, las tierras raras, el titanio, la Amazonía, la biodiversidad, las costas, las playas y los ríos, no son de EEUU.

Son nuestros y los vamos a defender.

¡Que lo sepan bien Trump, Elon Musk, Laura Richardson y Marco Rubio!

¡Que lo sepan su CIA, USAID, Comando Sur, el Pentágono y su gabinete de halcones!

Ni su retórica de terror, ni el coloniaje racista, ni sus guerras de variadas intensidades y generaciones, nos asustan.

Carecen de capacidad para intimidar los estados y pueblos que ejercen el derecho a la autodeterminación

Son huesos duros de roer.

Ni Cuba, ni Venezuela, ni Nicaragua se caen con palabras y fantocherías cobardes, tampoco con guerras de baja intensidad.

Eso está requeté demostrado.

¡Habría que intentar tumbarlas o aplastarlas con armas e invasiones de alto calibre!, y eso no es fácil, porque los invasores corren el riego de empantanarse como le ha pasado en otras partes del planeta.

Pero, además, Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia no están solas en el mundo, ni en este continente.

Cuba y Venezuela tienen poder militar para devolver. Como pasa, en otras latitudes con Corea del Norte en la cercanía de Corea de Sur y Japón, aliados carnales y sedes de base militares de EEUU.

El odio colonial neofascista incluso apunta contra México, Colombia y Brasil en favor de las ultraderechas de esas naciones, a pesar de la traición de Lula a Venezuela y las recientes inconsecuencias de Petro con la patria de Bolívar y de Chávez.

Hacia México el trumpismo derrama hiel y desde sus entrañas se esgrimen sanciones y amenazas inaceptables para la dignidad de su gobierno y de su pueblo, y no le será fácil al Gobierno de Trump imponer sus designios; como tampoco le será fácil ejecutar su xenofobia brutal, ni cumplir sus promesas racistas contra los flujos migratorios y la inmigración “tercermundista” que las propias potencias neocoloniales han provocado

· LOS DESIGNIOS NEFASTOS DEL TRUMPISMO HAN SIDO CONFESADOS.

Todas esas pretensiones imperiales han sido confesadas por los halcones “electos” o designados, con todo el descaro del mundo.

Sabemos, además, para que pueden dar Trump, Vance, Musk, Laura Richardson y Rubio, para solo dejarlo en ese nefasto quinteto, hermanado en el anticomunismo, el racismo, la xenofobia y la voracidad sobre riquezas naturales ajenas.

Rubio es más rubio que Trump y más colonialista y neofascista que la sombra de los dos nuevos principales inquilinos de la Casa Blanca. Se crio y formó políticamente en la madriguera de Miami, mientras Musk es un producto del apartheid sudafricano, del elitismo capitalista y de su opulenta existencia.

Estamos enterados, por sus propios alardes que sus “panas full” en estos lares son Milei, Noboa, Bukele, Bolsonaro, Kast, Murillo, Uribe, Duque, Marie Corina-González Urrutia … y con ellos y con otros de parecida calaña, se propone construir el bloque regional de neofascismo mundial; que de seguro va ha ser bendecido por Trump, Netanhau, Zelensky, Giorgia Meloni y la Len Pen…

El plan incluye la ampliación de ese bloque, el asalto a otros estados del continente y el programa para intentar revertir por la fuerza todos los procesos que a escala continental EEUU no controla.

A Puerto Rico le esperan las agresiones consabidas del trumpismo y de su envenenada oferta de estadidad, ahora con menos posibilidades de éxitos, dados acontecimientos (electorales y no electorales) que revelan el ascenso de la conciencia independentista del pueblo de Borinquén.

Y a Haití una mayor dosis de violencia, racismo y opresión.

Entre los/as candidatos/as con “méritos” para esa ampliación están Luis Abinader, el nuevo primer ministro de Haití, Alí Dipré Fil Bien Amé, la presidenta Buluarte de Perú, el presidente Santiago Peña Palacios de Paraguay, entre otros y otras.

· CAUSAS DEL REPLIEGUE VIOLENTO HACIA NUESTRA AMÉRICA.

Trump y sus halcones, no lo confiesan así, pero realmente se trata de un repliegue al “patio trasero”, con un fuerte énfasis en desplazar a China, Rusia e Irán de esta región; desestabilizar y tumbar los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua y la determinación de apoderarse por cualquier medio de su patrimonio natural.

La voracidad minera y el nuevo asalto a la naturaleza no humana tiene portavoces.

La Generala Laura Richardson, Jefa del Comando Sur, organismo encargado de preservar militarmente para EEUU esas riquezas ajenas, ha proclamado abiertamente el interés que tiene esa súper potencia en “el triángulo del litio (Argentina, Chile y Bolivia)”, en “las reservas de petróleo (la más grande del mundo), gas natural, cobre y oro de Venezuela”, en “los bosques de la Amazonia (los pulmones del planeta)” y en “el 31 % del agua dulce del mundo”.

Por su parte, Elon Musk confesó su auspicio al golpe de estado contra Evo Morales en Bolivia y declaró que tras el litio y los minerales imprescindibles para las tecnologías de punta estaba en disposición de dar golpe de estado donde fuera necesario.

Corporaciones petroleras, mineras, químicas e informáticas y el Pentágono, su Comando Sur, la CIA y el Departamento de Estado, confluyen en la misma dirección rapaz. Su hambre de combustibles fósiles, litio, titanio, oro, tierras raras, agua y biodiversidad, potencia la voracidad imperial.

La hostilidad contra China ha tenido una matriz bipartidista y un carácter estratégico hasta hace poco, y está claro que Trump y sus halcones estas prestos a subirle el tono.

Pero recientemente la momia de Biden ha sido usada en la transición por una facción del fracturado poder estadounidense, para meterle una piedra en el camino a TRUMP; asumiendo sorpresivamente la actual Administración una actitud conciliadora con China, la cual ha sido aprovechada por el liderazgo del gigante oriental para reiterar y dejar aún más claro lo que esa súper potencia no aceptaría ni de Biden, ni de Trump, ni de nadie.

El repliegue hacia acá, con la contraofensiva anunciada, tiene su razón de ser en la derrota de la OTAN en Ucrania y en el criterio de importantes sectores de poder que auparon al trumpismo, sobre la necesidad de apaciguar ese capítulo desgastante de la guerra global infinita desatada por EEUU, no otros.

A esa negociación, el mismo Biden, ha respondido autorizando a Ucrania a usar de misiles de largo alcance contra Rusia, lo que ha sido rechazado por Francia e Inglaterra; otra evidencia de la creciente fractura de las elites imperialistas europeas y estadounidenses, y de los riesgos que asechan a la humanidad en medio de este tumultuoso proceso de decadencia y descomposición del sistema imperialista occidental.

· TRUMP Y SUS HALCONES NO REPRESENTAN LA PAZ.

No es que Trump y sus halcones son pacifistas, sino que EEUU ha perdido esa guerra y de continuarla le puede ir peor.

El poder político-militar estadounidense está obligado a negociar con Rusia y el ascenso de Trump ofrece esa oportunidad. La condición no la impondrá Trump, sino Putin que controla territorio y podría avanzar más. De todas formas, se trata de una negociación necesaria y a la vez compleja, que puede dilatar.

El complejo militar-industrial-financiero-informático en estos últimos años ha obtenido enormes beneficios y se puede dar el lujo de un receso de guerra en Europa, en favor del alivio a la carga sobre el deficitario presupuesto de EEUU y su colosal endeudamiento. Así opera el poder profundo de ese Coloso decadente.

La carga económica estadounidense en la OTAN es alta y Europa Occidental, sensiblemente diezmada, está bajo la presión de Trump en materia de financiamiento, forzada también a ceder frente a Rusia.

No es el caso de la guerra contra Palestina, ya sensiblemente regionalizada en el Oriente Medio.

Las relaciones carnales con Israel y el lobby estadounidense del gran capital sionista, obligan a continuarla.

Trump no admite la existencia del Estado Palestino e incita a Netanhau a completar el holocausto palestino, para luego intentar colonizar el litoral occidental de Gaza, cesar los combates y concentrar la presión contra IRÁN.

Sigue siendo difícil aplastar a Hamas y más aún derrotar los Huties yemenitas y a Hebollag,

El “pacifismo” de Trump se fue al carajo al referirse a la guerra en esa región, donde, además existe una resistencia palestina que no cree en cuento y con demostrada capacidad ofensiva frente un sionismo cada vez más desacreditado y vulnerable.

Cierto que los jefes del Partido Demócratas-PD y sus enclaves globalistas son terriblemente guerreristas, pero suponer adversidad a las guerras en las entrañas del pacto neofascista que sustenta a Trump, al trumpismo y a su nueva admiración, es más que una tontería, dado que su esencia es la dominación violenta y que el repliegue en Ucrania es fruto de un gran revés militar, como lo fue en Afganistán. Incluso ese pacto contiene fuertes ingredientes del globalismo “demócrata”, traspasado a los “republicanos” leales a Trump.

Del neofascismo como producto de una decadencia agresiva del imperialismo occidental y su súper potencia dominante, en el contexto de un endurecimiento del neoliberalismo neocolonial, en general solo puede esperarse una continuidad de la política con la modalidad de variadas combinaciones de guerras.

Solo la insurgencia global de la humanidad amenazada de extinción. puede derrotar esos designios imperiales y crear lo nuevo, combinando todos los actores de esa gran transformación hacia un mundo justo, diverso, multicultural y solidario.

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Opinión

La Burla del “Abastecimiento Navideño”

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Por Isaías Ramos

Las recientes declaraciones del gobierno dominicano sobre el llamado “abastecimiento navideño” han generado indignación y descontento en un sector importante de la población. Con anuncios de 10 millones de raciones de alimentos cocidos y productos festivos como manzanas y dulces, se nos presenta un espectáculo que oculta la dura realidad de miles de familias que enfrentan hambre y pobreza durante todo el año.

El director de comedores económicos afirmó que personas hacen filas desde las 11:00 p. m. del día anterior para recibir su ración navideña. Esto no es motivo de celebración; es una muestra alarmante de la humillación y la dependencia extrema que este modelo asistencialista perpetúa. Que miles tengan que someterse a estas condiciones para acceder a lo más básico evidencia el fracaso de un sistema que prioriza lo mediático sobre lo estructural.

En lugar de atacar las raíces del hambre y la pobreza, el gobierno opta por paliativos temporales. La pregunta es inevitable: ¿por qué esperar hasta diciembre para responder a una crisis alimentaria constante? Estas acciones parecen diseñadas más para apaciguar críticas y desviar la atención pública que para ofrecer soluciones reales. Mientras tanto, el campo dominicano continúa en abandono, con agricultores que trabajan arduamente sin el apoyo necesario del Estado.

Hablar de “multiplicar lo que se da al pueblo”, como mencionó el presidente, es irónico cuando ese mismo pueblo ha sido despojado de oportunidades dignas y sostenibles. El acceso a alimentos no debería depender de campañas temporales, sino ser el resultado de políticas agrarias efectivas que fortalezcan la producción nacional, garanticen la seguridad alimentaria y promuevan el desarrollo rural.

La dependencia del clientelismo o asistencialismo crea un ciclo vicioso: cada diciembre, las familias esperan con resignación una mano tendida, mientras el resto del año se ignoran sus necesidades. Esto no solo perpetúa la pobreza, sino que se convierte en una forma de control social, diseñada para mantener el poder en lugar de empoderar al pueblo.

Más preocupante aún es cómo estas medidas superficiales distraen de los problemas estructurales: falta de empleo digno, educación adecuada y sistemas de salud funcionales. Ofrecer comida en épocas festivas es insuficiente e inaceptable. La solución pasa por un cambio profundo en la gestión de los recursos y en la priorización de las necesidades del pueblo.

El “abastecimiento navideño” debería ser un recordatorio de lo que está mal con nuestro sistema actual. No podemos permitir que nuestras autoridades sigan utilizando estas medidas como herramientas para maquillar el hambre y la pobreza. Es hora de exigir políticas públicas basadas en justicia social, que aseguren salarios justos, inviertan en infraestructura rural y fortalezcan a los agricultores locales.

En el Frente Cívico y Social hacemos un llamado al pueblo dominicano: despertemos ante esta realidad. Cada vez que hacemos fila por un plato de comida, aceptamos la normalización del hambre y la precariedad. Debemos rechazar este sistema que perpetúa ciclos de pobreza y vulnerabilidad.

Movilicémonos por nuestros derechos. Exijamos transparencia, rendición de cuentas y acciones concretas que prioricen las necesidades del pueblo. Las festividades no deberían ser un recordatorio de nuestro fracaso institucional, sino una celebración de logros fruto del esfuerzo colectivo entre el gobierno y su gente.

En el FCS creemos que llegó el momento de construir un país donde la dignidad, la justicia y la igualdad sean accesibles para todos. La lucha por un futuro mejor comienza aquí y ahora.

¡Despierta, RD!

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Opinión

Un plan de seguridad vial

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Por Nelson Encarnación

El plan de seguridad vial anunciado el lunes por el presidente Luis Abinader y varios funcionarios es una iniciativa que si se llevara a la práctica debería tener un impacto significativo en la reducción de la siniestralidad en el tránsito, un renglón negativo en el cual nuestro país ocupa uno de los primeros lugares en la región como principal causa de muerte.

Lo delineado apunta a una relevancia si se implementa en su plenitud, aunque se generan interrogantes que deben ser despejadas. Una de ellas—probablemente la más trascendental—es qué hacer con los 3.7 millones de motocicletas que circulan sin ningún control por toda la República Dominicana, que representan el factor determinante para que el país tenga tan elevado sitial en las mediciones sobre siniestralidad vial.

La preocupación no es solo eso, sino que se fundamenta en las estadísticas disponibles—que son muy pobres, por cierto—sobre el impacto de los motores en el flagelo de los accidentes y en el papel que estos juegan como causantes de fallecimientos y lesiones permanentes.

Las únicas estadísticas disponibles las recibimos luego de ocasiones especiales, como Semana Santa, Navidad y festividades que incrementan la movilidad vial, cuando las autoridades montan los llamados operativos. Al pasar balance de esos operativos puntuales nos enteramos de que, en promedio, el 70% de los eventos viales, las muertes y las lesiones es aportado por las motocicletas, un medio de transporte que se ha masificado de manera inimaginable y sin controles efectivos.

Es decir, que al desagregar el factor motocicletas, las estadísticas relacionadas a accidentes viales tenderían a una reducción significativa, y, por consiguiente, nuestro país bajaría a los lugares menos punteros en cuanto a muertes, heridos y discapacidades permanentes que se derivan de ellos.

Esta dramática circunstancia nos lleva a ser escépticos respecto del resultado a obtener del importante plan que se ejecutará, pero también representa una decisión retadora para las autoridades.

¿Qué se contempla frente al desafío de millones motocicletas conducidas por desaprensivos para quienes no existen normas?

Y lo más relevante todavía: ¿Cuál será la conducta de los agentes encargados de hacer cumplir las leyes, y para quienes—frente a motoristas y “padres de familia” que conducen “conchos” y voladoras—las disposiciones son nulas? Esta es una cuestión determinante para que el plan vial alcance el éxito que todos esperamos.

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