Pero cada vez que se mencionaba el nombre de Melky Cabrera, la seriedad se apoderaba del rostro de los jugadores de los Gigantes de San Francisco.
«Es una situación medio incómoda», reconoció Javier López, el relevista zurdo de los Gigantes. «Todos sabemos que él fue muy importante para que nosotros estuviésemos aquí».
¿Cuán importante? Los Gigantes se ganaron el derecho de abrir en casa el miércoles la Serie Mundial ante los Tigres de Detroit en gran medida a que el dominicano Cabrera fue el jugador más valioso del último Juego de Estrellas.
Un mes después, el 15 de agosto, el jardinero izquierdo fue suspendido 50 juegos tras arrojar positivo por testosterona.
El período de castigo se completó con la serie de división, así que los Gigantes tenían la facultad de incorporar a Cabrera en su nómina de 25 jugadores para la postemporada.
Pero desde mucho antes que comenzaran los playoffs, los dirigentes del club tomaron la decisión de borrar a Cabrera de la serie de campeonato de la Liga Nacional. Tampoco se han inmutado en cuanto a la Serie Mundial.
Al momento de la suspensión, Cabrera tenía un promedio de .346 y al acercarse el final de la campaña se asomaba como campeón de bateo al tener el mínimo de turnos necesario. Cabrera pidió retirar su nombre al indicar que no quería un título viciado.
Más allá de cualquier beneficio de contar con una mayor capacidad ofensiva, San Francisco consideró el aspecto negativo de las distracciones que la presencia de Cabrera —de vuelta durante el curso de la postemporada— pudiese causar en la cohesión del equipo y hasta si hubiese sido capaz de estar en un nivel óptimo para jugar.
El manager Bruce Bochy insistió que los Gigantes han sobrevivido «muy bien» sin Cabrera.
«A quienes hemos puesto en su lugar han cumplido con el trabajo, se ganaron el puesto», dijo Bochy. «Y así vamos a continuar. Me imagino que hubiese muy difícil para Melky ponerse otra vez en plena forma. Pero, aún más importante, ha sido cómo hemos jugado».
Quien reemplazó a Cabrera fue Gregor Blanco, quien curiosamente fue compañero del dominicano en Atlanta y Kansas City.
Blanco, como cuarto jardinero, bateaba para apenas .232 cuando Cabrera fue suspendido, pero el venezolano acumuló un porcentaje de .281 con siete robos y .343 de embasados tras la salida de su colega.
Fue el segundo mejor bateador de los Gigantes en la serie de división contra Cincinnati con .286, pero apenas conectó para .182 en la serie de campeonato frente a San Luis.
«Los Gigantes me dieron esta oportunidad para estar en la postemporada y lo que he tratado es demostrarles que no se equivocaron», dijo Blanco, consciente que su actual condición de titular obedece a la ausencia de su amigo.
También se ha cuestionado el criterio de los Gigantes al dejar fuera a Cabrera, pero no a Guillermo Mota. El relevista dominicano sí fue tomado en cuenta para la postemporada, luego de cumplir una suspensión de 100 juegos tras convertirse en apenas el tercer jugador en las mayores sancionado dos veces por dopaje.
Mota dio positivo por clembuterol y explicó que consumió inadvertidamente al ingerir un jarabes de tos para niños. Ya había sido suspendido en noviembre de 2006, cuando era parte de los Mets de Nueva York.
«Creo que son dos situaciones diferentes», dijo Bochy. «Lo de Mota ocurrió durante plena temporada y pudo estar disponible para ayudarnos durante la temporada, así que por eso le abrimos un puesto».