Nelson Encarnación
Se ha anunciado para este mes de abril la presencia en la República Dominicana del economista estadounidense Alan Greenspan, quien por 14 años fue presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos.
El señor Greenspan es considerado de los burócratas del área económica de mayor prestigio, no solo en su país sino a nivel mundial, y sus opiniones en la materia puede decirse que valen oro.
Si bien su desempeño no está exento de culpas acerca del descalabro mundial que produjo la explosión de la burbuja hipotecaria, debido al exceso de tolerancia en el sector bancario estadounidense, no puede negarse que se trata de una personalidad muy respetada.
El hecho de que fue propuesto en un principio por Ronald Reagan y luego sucesivamente por George Bush, Bill Clinton y George W. Bush, habla claro del sitial en el que los dos partidos tuvieron al doctor Greenspan.
Lo dicho antes tiene el propósito de conectar la trayectoria del doctor Greenspan con el único funcionario del sector que más cerca pudiera estar, en cuanto a desempeño, de aquel coloso de la burocracia bancaria.
Hablo del licenciado Héctor Valdez Albizu, quien por coincidencia lleva al frente del Banco Central dominicano el mismo tiempo servido por Greenspan en la Reserva Federal.
Desconozco si Valdez es seguidor de las ideas económicas de Greenspan, pero en sus gestiones hay mucho parecido.
Así podemos verlo en el mantenimiento de baja inflación, prudencia en la política monetaria, riguroso control de las tasas de interés, es decir, un manejo correcto de los principales indicadores macroeconómicos, cuyos resultados han sido una prolongada estabilidad.
Como Greenspan, Valdez ha contado con el respaldo de tres presidentes: Joaquín Balaguer, Leonel Fernández y Danilo Medina. Pero más que respaldo, esos tres gobernantes han respetado su trabajo.
Y es que la clave para una buena gestión de políticas monetaria y cambiaria en países como la República Dominicana, es el respeto a la autonomía del Banco Central. Y Valdez ha contado con eso.
En Estados Unidos no es problema esa autonomía, pues la Reserva Federal la tiene asegurada.
Los presidentes saben que no deben intervenir en sus políticas, a menos que las mismas amenacen la estructura económica, cosa que nunca ocurre.
Cuando estalló la crisis hipotecaria a finales de 2007, llovieron muchas críticas sobre la gestión del señor Greenspan, a quien acusaron de ser demasiado permisivo con los bancos, lo que dio lugar al descalabro de muchos de ellos, afectando la economía real.
Pero en definitiva, con funcionarios como Greenspan y Valdez Albizu ganan los países a los que sirven.
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