Opinión
Abinader: un gobernador de colonia capturado por la ficción mercadológica
Published
2 años agoon
Por Narciso Isa Conde
Somos una sociedad dominada por una oligarquía capitalista transnacional y local, y por una partidocracia corrupta y conservadora.
El contexto festivo-patriótico del reciente Informe a la Asamblea Nacional de Luis Abinader es pura fantasía.
En aquel 27 de febrero de 1844 hubo separación de Haití, proclamación de la independencia frente a toda potencia extranjera y fundación de la República Dominicana. Una gesta de extraordinario valor histórico.
Entonces inicialmente se adoptó el modelo de democracia liberal, por la influencia de la organización secreta La Trinitaria, y muy especialmente del liderazgo de Juan Pablo Duarte.
Esa conquista, sin embargo, duró poco, dado que los conservadores- anexionistas lograron apoderarse del joven Estado, imponer su hegemonía política, reprimir cruelmente las fuerzas liberales y materializar la anexión a España.
Hubo entonces que librar la Guerra Restauradora de la soberanía y de la democracia republicana, encabezada por Gregorio Luperon… hasta lograr la derrota del imperio español en 1863.
Volvió así a resplandecer la independencia y a reiniciarse el proyecto republicano a cargo de las fuerzas liberales.
Pero nueva vez, de la verdadera independencia y el predominio liberal, no tardó en pasarse al neocolonialismo con disfraz republicano y control conservador auspiciado por EE.UU, incluidas sus intervenciones militares (1916-24 y 1965); una de corte expansionista y otra netamente contrarrevolucionaria, esta última frente a un nuevo intento de restablecer soberanía y democracia política y social, por vía revolucionaria y poder popular armado.
· Ni soberanía, ni democracia.
Desde entonces la democracia real es un mito y la independencia una ficción.
Somos una sociedad dominada por una oligarquía capitalista transnacional y local, y por una partidocracia corrupta y conservadora.
Impera el dominio de EE.UU sobre toda la isla. Dos países absolutamente dependientes del imperialismo occidental y del mando político-militar estadounidense.
El poder del dinero, la plutocracia, rige todas las instituciones de nuestro país, incluido el sistema electoral, hasta convertir las votaciones en mercado, los/as electores/as en clientes, los partidos en compañías por acciones y los votos en mercancías.
En la últimas décadas, por demás, el despliegue recolonizador y neoconservador (neoliberal) ha sido brutal, aplastando soberanía y derechos; privatizando lo público en gran escala, endiosando el mercado, concentrando poder y riquezas en manos de las elites mega capitalistas, potenciando los monopolios y oligopolios, e imponiendo desigualdades tan crueles como grotescas…
· Honrar el pasado heroico, pero no un presente ominoso.
Esto hasta llegar a un presente en el que se ha configurado un gobierno empresarial, que bajo la gobernación de Luis Abinader, el Grupo Vicini, la Banca Privada y los Tecnócratas que fungen de agentes de las elites burguesas, intenta completar las contra-reforma neoliberales.
De ahí su empeño en privatizar gran parte de las funciones estatales, asaltar los puntos clave del Estado desde la cúpula del CONEP, apropiarse de todas los servicios públicos, de lo que queda de las empresas y propiedades estatales: sistema eléctrico puertos, aeropuertos, autovías y de todo el patrimonio natural del país: suelo, subsuelo, sobresuelo: incluidas playas, montañas y fuentes de agua.
Las vías son las APPS, los Fideicomisos publico-privados, y el endeudamiento externo amarrado a las privatizaciones.
A todo esto lo acompaña un renovado impulso al colonialismo moderno y post-moderno en todos los campos: cultural, ideológico, mediático, económico, militar…paradójicamente mezclado e infectado de todo lo conservador, incluido lo fascistoide…De la reversa feudal-monárquica hacia un Estado más religioso, anti-laico, patriarcal, caudillista, racistas, xenófobo, homofóbico y adulto-céntrico.
Así las cosas, si bien es válido honrar el pasado heroico y todos sus episodios estelares, no así esté presente ominoso.
Solo apelando a la mercadología-ficción es posible presentar un discurso en el 179 aniversario de la traicionada gesta de los/as Trinitarios, asumiendo la supuesta vigencia de una República Dominicana independiente y democrática.
La democracia es falsa e irreal y la independencia solo una meta a rescatar.
Se trató de una pura farsa teatral, montada en el escenario de una Asamblea Nacional pervertida, apoyada en una Constitución que selló la recolonización neoconservadora junto a un partidismo indecente y un caudillismo trasnochado; montada mediante tecnologías y poderes que posibilitan exhibir una memoria artificial y monopolizar la difusión de un nuevo esfuerzo de alienación.
Las formas y contenidos de esa rendición de cuentos muestran muchos borbotones de balaguerismo, posteriormente modernizado por políticos “fantasmosos” y “allantosos”, tipo Leonel Fernández.
Más de lo mismo, mejor maquillado e ilustrado.
Muchas cifras amañadas y acomodadas.
Muchas fuentes adulteradas.
Muchas aceras, contenes, puentes, carreteras, APPS, y asistencialismo clientelista a granel,
Demasiado entreguismo y neoliberalismo, muchas comparaciones manipuladas, abundante reeleccionismo con alta dosis de “lambonismo”.
Presentadas cada una -y todas juntas- como el “gran cambio” desde otra pasarela del nuevo monarca, empapada de mercadología política.
La sala de lo que llaman el “primer poder del estado” (que no es más que un sucio mercado político) fue convertida en terreno de demagogia y escenario de un mitin reeleccionistas con delegaciones seleccionadas para un montaje teatral de mal gusto.
Pero lo peor no es eso, sino los silencios, omisiones, ocultamientos y encubrimientos.
· Las falacias expresadas se quedaron cortas frente a lo que calló.
Veamos:
-Las vacas sagradas del gran empresariado y sus San Souci, Antena Latina, Fonper- Ege Haina y Ege Itabo…
-Leonel, Danilo y sus comparsas de alto nivel, todavía impunes. Ni hablar del balaguerismo criminal.
-Los ex jefes policiales asesinos y ladrones, y los narco-generales, burlándose de la sociedad.
-Los delitos ambientales pasados y presentes ignorados durante su gestión y excluidos de su discurso, Esto incluye el reciente crimen ecológico provocado por su “verja inteligente” o “muro” fronterizo.
-Las APPS y los Fideicomisos como instrumentos para privatizar y traficar influencia.
– La ley de Agua y Ordenamiento Territorial, que junto a la Ley Minera y a la de APP, constituyen la plataforma de apropiación del agua por empresas privadas.
-La entrega del Puerto de Manzanillo y todo el conjunto energético aledaño al Comando Sur de EEUU y a los Vicini.
-Los altísimos niveles de gastos corrientes y la bajísima inversión de capital establecidos en un presupuesto diezmado en un 40% por la amortización y el pago de intereses de una deuda cada vez mayor.
– La fragilidad de una economía que depende del lavado de dinero, deuda externa y turismo.
-La baja calidad del empleo, el deterioro del poder de compra de sueldos y salarios, el componente interno de la inflación y el elevado costo de la canasta familiar.
-Su traición a las tres causales y los altos niveles de la violencia de género, sin que se enfrenten sus causas y raíces, y sin que se asuma ese tema en el sistema educativo.
-La estafa que implica una seguridad social privatizada vía ARS y AFP privadas, y su negativa a eliminarlas.
-Las consecuencias funestas de la salud y la educación como negocios privados. El deterioro de ambos servicios sociales.
– La fusión del Estado con las iglesias, violentando su laicidad consagrada constitucionalmente.
– La tolerancia y estímulos al racismo anti-haitiano y a la xenofobia, acompañadas de grotescas violaciones a los derechos de los/as migrantes y sus descendientes.
– La responsabilidad del PRM en la elaboración de un Código Penal y una ley electoral profundamente antidemocráticas.
– La impunidad de la narco política y específicamente de los casos en que está involucrada la cúpula del PRM y su pasada campaña presidencial.
– El auge del neofascismo durante su gestión.
– El apoyo a las mega-mineras destructoras y contaminadoras del medio ambiente.
– Una política exterior servil a EEUU, al extremo de apoyar a Guaidó y alinearse a los gobiernos más reaccionarios del Continente, que a la vez auspicia la intervención militar de las grandes potencias imperialistas en Haití.
Y aquí me detengo por ahora, para hacer más fácil la lectura de este artículo. Pero hay más en los predios de este Señor y de su gestión de gobierno. Mucho más.
Todo esto a propósito de un largo discurso destinado a enfrentar electoralmente a un conjunto de adversarios políticos que deberían estar presos por mafiosos, a los que finalmente le propuso un “Pacto de Defensa de la Soberanía Nacional” frente Haití, como si esa nación empobrecida y sin ejercito fuera una potencia imperialista.
Propuesta engañosa asumida desde este territorio en el que la soberanía nacional es una ficción sistemáticamente aplastada por EE.UU y su Pentágono; factores responsables de la crisis que estremece el país vecino, contra el cual Abinader no se cansa de reclamar una nueva invasión militar de la mal llamada “Comunidad Internacional”, que no sería otra cosa que otra vil agresión militar a cargo de las potencias imperialistas que históricamente lo han dominado y saqueado: EE.UU, FRANCIA y CANADÁ.
Por Elba García Hernández
En los últimos días del presente año 2024 he tenido la obligación y el deber de defender derechos fundamentales ante el Tribunal Superior Administrativo y he podido comprobar lo mal que está el país en materia de justicia.
Los abusos de poder se observan en esta jurisdicción de Derecho Administrativo en cualquiera de las salas que conocen las litis que se presentan entre la administración y los administrados.
Es penoso ver como los abogados repiten como papagayos los mismos argumentos en los diferentes casos que en esta instancia se conocen. Pero peor aún el nivel de los jueces que manejan los casos.
En esta jurisdicción hay un nivel de razonabilidad que sonroja a cualquier profesional del derecho, pero las cosas se complican cuando se examinan las sentencias que emiten los juzgadores de una jurisdicción que está estrechamente vinculada con el Derecho Constitucional.
Es tanto así, que muchos de los jueces están más interesados en penalizar a las partes sobre la base de disposiciones arbitrarias e ilegales de comisionar un alguacil de estrado para que haga nuevas notificaciones y cobrarles a los litigantes por ese concepto hasta 20 mil pesos cuando se trata de conflictos legales que provienen del interior del país.
Cualquiera se forja la impresión de que existe una sociedad para hacer dinero mediante las notificaciones entre los alguaciles de estrados y los magistrados que presiden salas en el Tribunal Superior Administrativo.
Lo preocupante de este asunto es que cuando no se satisface el deseo del juez o del alguacil de estrado, ese disgusto se refleja en la sentencia que emite el tribunal.
Otro detalle importante de lo mal que se manejan algunas salas del Tribunal Superior Administrativo es que se agarran de cualquier detalle insignificante para justificar una sentencia en contra del que no se acoge a la comisión de un alguacil para fines de nueva notificación.
Impresiona, además, el poco nivel de razonabilidad de los que participan de las audiencias que se celebraran en el Tribunal Superior Administrativo.
En realidad, parece un juego de niños, lo cual desmiente los supuestos avances en Derecho Administrativo, porque la verdad es que lo ocurre en esta jurisdicción de la justicia deja mucho que desear.
Por José Cabral
El panorama que se observa en el país lleva a cualquier persona, por optimista que sea, a sentir que todo se derrumba y que nada tiene solución. No hay un solo estamento estatal que indique que el país transita por un buen camino.
Esto así, porque si al azar se escoge cualquier instancia, pública o privada, fácilmente se llega a la conclusión de que prácticamente todo está perdido. Son prácticamente nulos los referentes que indican que en el futuro se alcanzaría una mejor nación.
El principal fracaso de la sociedad dominicana tiene que ver con el fiasco que representa el Ministerio Público y la judicatura nacional, donde uno apoya la ilegalidad del otro. Es un asunto para mantenerse seriamente preocupado.
En realidad, no se sabe cuál si el fiscal o juez anda peor, pero de lo que sí se puede estar seguro es de que ambos transitan por un camino que solo garantiza el abismo de la nación.
En el país no hay proceso penal que termine de buena manera, pero tanto el Ministerio Público como los jueces recurren permanentemente a decisiones al margen de las leyes que les sirven de sustento.
El Ministerio Público sólo parece ser bueno para manejar casos de importancia mediática, mientras que los jueces se han especialistas en emitir sentencias al margen de las normas y de los derechos, deberes y principios fundamentales.
Es una verdadera vergüenza lo que ocurre en el país, ya que tribunales como el Superior Administrativo, donde el administrado busca liberarse de los abusos de la administración, tiene un nivel similar al de un juzgado de paz. Sus jueces carecen de razonabilidad y muchas veces hasta de sentido común.
En el sistema de justicia nacional se produce una verdadera negación de derechos, pero el hecho de que los jueces no puedan ser procesados por muchos de los casos que fallan, ya que hasta las acciones de amparo no pueden ser interpuestas en contra de los tribunales nacionales, habla claro de la trampa en que está envuelto el ciudadano.
Es decir, que, aunque existe la querella disciplinaria, la recusación e incluso la prevaricación, es una batalla como aquella siempre citada entre el huevo y la piedra, porque la complicidad se extiende de un lado a otro sin excluir a prácticamente la totalidad de los actores del sistema de justicia.
Adentrarse en el comportamiento de la justicia y del Ministerio Público es una razón determinante para frustrarse o resentirse, aunque, naturalmente, este mal debe combatirse con herramientas que tal vez algún día surtan efecto.
Por Nelson Encarnación
Algunas personas han llegado a afirmar que el juego de béisbol no es un deporte, sino un pasatiempo que sirve de entretenimiento a toda la familia, la que puede tener un importante consumo mientras transcurre un partido de nueve entradas, por lo general lento.
Sin embargo, somos más los que sostenemos lo contrario, no porque seamos fanáticos o seguidores, sino porque una contienda en la que medie la aplicación de estrategias no puede ser un simple pasatiempo.
Las estrategias son fundamentales en el juego de pelota, sin las cuales el resultado no puede ser el esperado, aunque no siempre estas funcionen. Como en toda actividad humana, inclusive en la guerra.
Hechas estas disquisiciones, pasamos a no entender qué ha provocado el impresionante descalabro, el resbalón sin final que ha abatido a los Leones del Escogido.
No se explica que un equipo que en los primeros 20 juegos del presente campeonato obtuvo quince victorias, haya caído a un abismo, tan profundo que, al día de hoy, está en la peligrosa ruta de quedar fuera de la siguiente ronda.
Es como estar con respiración asistida, mantenerse vivo gracias a la buena fortaleza física que se acumuló—15 victorias contra 5 derrotas—, pero no suficiente como para rebasar de manera exitosa un estado comatoso.
¿Qué hará la gerencia del equipo capitalino para tratar de revertir la ruta hacia el fondo? No preveo una opción, sobre todo, al recordar lo declarado hace un par de años por uno de los dueños del “Duro de matar”.
¿Qué dijo ese ejecutivo? Que al equipo le es económicamente más rentable quedar fuera en la serie regular que pasar a las siguientes. Algo así o algo peor, según recuerdo.
Cuando leí aquello tuve que remontarme a los pleitos con mi difunto padre—liceísta furibundo—que no asimilaba derrota frente al “eterno rival”, y yo, como escogidista, le daba la cuerda, corriendo riesgo de unos correazos por irreverente. De este tamaño ha sido mi escogidismo.
¿Hay escasez de cartera en la gerencia del equipo rojo? No lo creo. ¿Falta estrategia para la ofensiva? Lo creo un poco. ¿Cayó por un barranco irrecuperable el pitcheo de los Leones? Me quedo con esta.
Frente al despeñadero actual, los rojos no tenemos muchas esperanzas. Y por favor, no echemos la culpa al mánager Pujols.