Este tipo de relación suele ser más satisfactoria para el hombre que para la mujer. (Fuente Externa)
Las reglas son claras: Los “Amigos con derecho” no hablan de nosotros, pues lo plural en la acepción de pareja, en este caso no existe, como tampoco existe el futuro en cuanto al tiempo, ya que se vive el presente, y la idea es satisfacer las necesidades del aquí y del ahora: “A lo que vinimos”.Estos “amigos”, se asumen con los compromisos emocionales y económicos de los amantes, ni con las obligaciones afectivas e informativas de los novios.
Es una realción en la que ambos andan libres, sin ataduras. “Una pérdida de tiempo”, “un peligro”, “dañino”, “divertido”, son, entre otros, los calificativos que recibe la relación entre dos personas en la que no media el mínimo compromiso sentimental, sino el sexo olímpico, puro y simple.
Es tan así que pasan por alto la sentencia de Génesis 1:28 de frutificad, preñad y multiplicaos, por lo que no es de dudar que los “Amigos con derecho” están fuera de la gracia de Dios. Pero en un mundo que anda “patas arriba” (y no precisamente en posición del misionero), el placer está en el pecado y… el pecado en el último piso, pues ¿quién querría casarse hoy día cuando son más los que acuden al juez para gestionar un divorcio que para firmar el libro de casados?
Tema tabú a la hora de opinar sobre su preferencia o no, pero cada vez más común y practicado en todos los estamentos de una sociedad que se retrata en la hipocresía, cuando de moral sexual se refiere.
No obstante, hay quienes definen a este tipo de relación como “el analgésico que cura todos los males”. Por lo menos, comprobado está que es buena cura para el estrés, no hay compromisos que cumplir en la relación.
Una colega periodista tiene la filosofía de que los “Amigos con derechos” son amigos equivocados. Pero, dice, es mejor divertirse con el equivocado en lo que se llega el indicado.
Sexo olímpico
Parece ser que entre los “amigos con derecho” existe una especie de código en que no se opina, no se pregunta, y una simple llamada y el encuentro fortuito o planificado hacen realidad las letras de Pablo Milanés: “En posición horizontal / hay poca cosa que inventar / puedes llegar hasta soñar / montar en centauros / en nubes volar”.
Así, el encuentro se convierte en una especie de acto acrobático, donde el sexo se define en una especie de competencia en la dación de placer, la fortaleza viril, la suavidad y cadencia de las caderas, o la capacidad complacer al otro en función de la cantidad de orgasmos o eyaculaciones arrancadas.
No obstante, no hay que confundir el sexo olímpico que caracteriza a los “amigos con derecho” con la promiscuidad, que es la práctica sexual “a lo loco y sin control”. Las personas involucradas en este tipo de relaciones por lo general tienen un nivel de madurez que les permite tomar las debidas precauciones a la hora del acto sexual, más cuando uno de los dos tiene pareja conocida.
La sexóloga argentina Verónica Malamfant, afirma que en la genética de los “Amigos con derecho” (ella los llamará amigos con derecho a roce -ADR-está toda la información que retrata el alma de los devotos de esta práctica. E incluso, asegura que ya el ADR forma parte del cromosoma humano.
“Si descubrieran el gen del ADR, todos estaríamos salvados, justificando nuestra forma de actuar. Este gen nos aportaría muchas variantes y la causa justa para no querer formalizar con nadie. Sexo libre para todos, sin presiones ni engaños, como sucede con los amantes: el ideal de cualquier persona posmoderna. Y es que la posmodernidad y el avance de las comunicaciones nos llevaron a ser seres solitarios frente al espejo de nuestra vida”, señala.
Consecuencias
La psicóloga Johanna Espaillat, del centro de salud mental Rega, alerta en el sentido de que, a pesar de que ambos en laparejas asumen la relación conscientes de que sentimentalmente no se llenan, sí pudieran involucrarse más allá del sexo por el sexo.
“Es importante estar consciente de que no funciona de esa manera, por más que nos esforcemos finalmente uno de los dos se involucra emocionalmente con esa persona a la que tenemos disponibles para ratos de placer”, dice.
Señala que: “Estas no son relaciones simples, son más bien sinónimos de complejidad y esto está dado por las reglas intrínsecas, el lenguaje adulto y desprejuiciado y la mente abierta”.
De acuerdo con su experiencia, “la experiencia de estos casos en consulta es de que este tipo de relación termina cuando uno de los dos en la pareja pide algo más de lo establecido, quedando siempre alguno enganchado”.
Una relación de “acuerdo”
Sin embargo, protagonistas de esta práctica señalan que, conversado o no, entre los “amigos con derecho” sí hay de por medio un acuerdo que se asume como un código. Y, no importa cómo cada cual lo asuma, lo que sí es determinante es que ante todo prevalezca el concepto de “amistad”, donde los compromisos comunes estén definidos por lo sexual y lo emocional, a fin de que la amistad sea lo menos dañina posible.
Aunque Ivelisse Rosario, una amiga del Facebook, al ser cuestionada sobre los “amigos con derecho” señala que “en estos tiempos es común en muchos jóvenes; la dificultad está en que las mujeres nos enamoramos y siempre ponemos el corazón, no somos como algunos hombres y cuando se tiene un amigo con derecho nunca se debe mezclar el corazón, porque podemos salir lastimada”.
Sin embargo, esa no parece ser la lógica de pensamiento de los “amigos con derecho”, sobre todo cuando un alma solitaria piensa, como dijo un colega de la sección deportiva de elCaribe, que “las noches de los viernes son muy largas” y hay, necesariamente, que buscar la forma de que no sean tan solitarias, y más si hay alguien siempre disponible.
Saber
Las personas que se involucran en este tipo de relación, deben de tener un alto grado de madurez para evitarse posibles daños emocionales.