Agencia Efe
VIENA.- Por primera vez una obra de Ludwig van Beethoven sonará en el concierto más mediático del mundo, el de Año Nuevo de Viena, reservado a los alegres valses de la saga Strauss.
Esa no será la única novedad: la versión de la “Marcha Radetzky” con la que concluye a ritmo de palmas el recital estará libre este año de cualquier pasado nazi.
Y el tercer aspecto inédito del evento del primero de enero será el estreno del maestro letón Andris Nelsons, de 41 años, al frente de la Filarmónica de Viena en la Sala Dorada de la Musikverein.
Lo que no varía: se espera que el concierto tenga una audiencia televisiva de decenas de millones de personas en casi un centenar de países.
UN DIRECTOR EN ASCENSO
Aunque será la primera vez que Nelsons dirija el Concierto de Año Nuevo, la colaboración con la Filarmónica -una orquesta que elige por votación con quién trabaja- se prolonga ya desde 2010.
En rueda de prensa, Nelsons, considerado una de las estrellas ascendentes de la música clásica, se mostró este viernes “profundamente alegre y honrado” por poder dirigir un concierto tan seguido en todo el mundo y prometió que le imprimiría la “pasión y alegría” que hace única esta función.
“Es un comienzo maravilloso para un nuevo año, empezar con algo positivo para darle al mundo la posibilidad de ser mejor que el anterior”, añadió el joven músico, discípulo del recientemente fallecido maestro letón Mariss Jansons.
Una de las grandes virtudes de Nelsons, director titular de la Orquesta Sinfónica de Boston, es que aúna una sólida formación tradicional con un espíritu renovador con el que busca conectar con nuevas audiencias.
Y precisamente uno de los objetivos del Concierto de Año Nuevo es preservar el gran legado de los Strauss y, al mismo tiempo, adaptarlo a los nuevos tiempos.
ANIVERSARIO DE BEETHOVEN
El programa de este año contará con nueve piezas inéditas, casi todas valses, polcas, marchas y otras obras bailables de la prolífica familia Strauss, llenas de vitalidad, pero también de melancolía y nostalgia.
Entre las novedades destaca la inclusión de una obra de Beethoven, “Doce contradanzas”, para homenajearle porque en 2020 se cumplen 250 años de su nacimiento.
El documental que emitirá para todo el mundo la televisión austríaca ORF durante la pausa del concierto estará dedicado también al genial compositor alemán que vivió la mayor parte de su vida en Viena, donde murió en 1827.
El pasado mes de octubre, la Filarmónica de Viena y Nelsons ya pusieron a la venta en Deutsche Grammophon el disco “Beethoven: Complete Symphonies”, que incluye las nueve sinfonías que compuso.
En el concierto, entre otros guiños, también se incluye el vals “¡Abrazaos por millones!”, de Johann Strauss (hijo), cuyo título se refiere al Himno a la Alegría de Schiller que Beethoven musicalizó en su Novena Sinfonía.
Daniel Froschauer, presidente de la Filarmónica, recordó que el nacimiento de su orquesta está muy vinculada con Beethoven.
“Se necesitaba una orquesta puntera para la música visionaria de Beethoven. Y eso éramos nosotros”, resumió.
En un concierto tan apegado a los aniversarios y los símbolos, también se celebrará el 150 aniversario de la Musikverein, un templo para los melómanos y donde se celebra el concierto cada año, así como el centenario del prestigioso Festival de Salzburgo.
COREÓGRAFO ESPAÑOL
Por primera vez un español, José Carlos Martínez, se encargó de coreografiar las actuaciones del Ballet de la Opera de Viena en las dos piezas que el canal austríaco ORF ofrecerá en televisión durante el concierto. El exdirector de la Compañía Nacional de Danza de España coreografió la dos piezas, grabadas en agosto.
Se trata de “¡Abrazaos por millones!”, de Johann Strauss, ambientada en el Palacio de Invierno del príncipe Eugenio de Saboya, y “Doce contradanzas”, de Beethoven, grabada en espacios de Viena que marcaron la vida del compositor.
LA MARCHA RADETZKY
Y por último, se introduce un cambio que afecta a una de las dos legendarias propinas de este concierto, que se cierra con las piezas más conocidas de Strauss hijo y Strauss padre: el “Danubio azul” y la versión para palmas de la “Marcha Radetzky”, respectivamente.
“Este año tocaremos una versión distinta de la ‘Marcha Radetzky’”, explicó Froschauer, que recordó que la versión que se tocaba hasta ahora contaba con unos arreglos introducidos en 1914 por el compositor Leopold Weninger, quien fue luego un destacado miembro del partido nazi.
Desde 1946, cuando se introdujo como final de fiesta, los filarmónicos interpretaron hasta ahora la versión con esos arreglos.
Pues bien, ahora el objetivo es ofrecer limpio de cualquier pasado nazi esa marcha compuesta en el siglo XIX en honor de un mariscal del imperio austríaco que luchó contra Napoleón.
“Sabemos lo que pasó en el pasado y que no debe repetirse”, resumió Froschauer al resaltar el deseo de toda la orquesta de distanciarse de ese pasado nazi.
Weninger, austríaco que residió en Alemania desde 1909, se afilió al partido nazi en 1932 y realizó numerosas obras para ensalzar su ideario antisemita y xenófobo, entre ellas los arreglos para el himno de la formación y de sus fuerzas paramilitares.