Lo que se calla
¿Censura o Auto-Censura en Antena Latina?
La denuncia del dirigente de izquierda Narciso Isa Conde no sólo pone al descubierto las bellaquerías de Leonel Fernández, sino también como algunos sectores de la prensa tienen la capacidad y la disposición de investigar la corrupción en el gobierno y otros sectores de la vida nacional, pero se hacen de la vista gorda frente a graves irregularidades que ocurren en su entorno.
El hecho de que un mafioso, identificado como Remigio Carlos González (El Fantasma), comprara cerca del 47 por ciento de Antena Latina y que incluso la familia Bonetti le facilitara la otra parte que necesitaba para llegar a un 50 por ciento causa preocupación, sobre todo si se toma en cuenta que ahí opera la cadena de noticias SIN y nunca ha hablado nada sobre el particular.
La denuncia responsable de Narciso Isa Conde constituye un asunto muy grave, porque la pregunta que se impone es por qué Alicia Ortega que produce el programa El Informe no estuviera enterada de la negociación.
Alicia es muy buena investigadora periodística, pero parece que no hubo forma de que se enterara que un mafioso mexicano había negociado con el gobierno para comprar un 50 por ciento del canal 7, Antena Latina.
Una vez más se confirma que la propiedad de los medios determina la política informativa de los mismos e incluso impone implícitamente la censura y la auto-censura.
Tal vez es mucho pedir que Alicia Ortega dijera lo que se movía alrededor de Antena Latina y ella de seguro podría alegar que habría que hacer lo mismo con el Listín Diario y Súper Canal Caribe, cuyo propietario se quedo con los 15 millones de dólares que le pago Baninter por ese medio y con la planta televisora.
También podría alegar que otros periodistas considerados muy serios debían denunciar a los propietarios de los medios donde laboran porque se dedican al lavado de activos y al contrabando.
De cualquier modo es una situación sumamente molestosa y pone al descubierto que las cosas que no se ven son mucho más importantes que las que se ven y que esta expresión no sólo es válida para la política, sino también para el periodismo y todas las actividades donde se imponen los intereses económicos.
Que conste que Alicia Ortega es una dama del periodismo que merece el respeto de todos y cada uno de los dominicanos, pero estas son preguntas que se caen de la mata como dice una famosa expresión popular.
Fue aplazado para el día cuatro de octubre el juicio de fondo del supuesto responsable de la muerte de la abogada Paola Languasco, hecho que se produjo hace varios años en Santiago.
La familia de la jurista se quejó de que se inició el juicio sin que fuera citada como establece el procedimiento.
El día 6 de enero de este año, la jueza del Primer Juzgado de la Institución de este distrito judicial, Clara Vargas, envió a juicio de fondo a Nepomuceno Rodríguez, acusado de asesinar a la abogada puertoplateña.
El cadáver de Paola Languasco fue encontrado en una alcantarilla del residencial Los Jardines del Norte, de esta ciudad, mes de abril del 2015 próximo al apartamento de Nepomuceno Rodríguez, con quien la abogada tenía previsto reunirse tras salir de su residencia en Puerto Plata.
Los partidos que hoy controlan el escenario político nacional están seriamente cuestionados por los personajes que son sus cartas de presentación frente a la sociedad mil veces burlada, golpeada y atropellada por políticos, que aunque de litorales diferentes, pero con una misma concepción de lo que debe ser la agenda nacional.
Nadie pone en duda el descrédito en que ha caído el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), sobre todo por los altos niveles de corrupción y los escándalos de los mismos.
Es una degradación realmente perturbable para cualquier sociedad.
Sin embargo, ello no parece convertirse en un dique de contención para que los peledeístas sigan en el poder, porque el principal partido de oposición tiene una serie de caras visibles, algunas sin categoría ni nivel para construir la credibilidad que demandan los diferentes sectores que conforman la vida nacional, máxime para aquellos que provienen de la clase media y alta, que son los que, de alguna manera, motorizan los cambios en las democracias.
Así habría que analizar al día de hoy de un Partido Revolucionario Moderno, el cual tiene en la palestra en el ámbito nacional y municipal a personajes que encajan más en el mundo del tigueraje con poco vuelo político que para preconizar cambios en una sociedad lacerada por la conducta inescrupulosa de sus voceros.
En el ámbito nacional está el caso de su presidente, Andrés Bautista y de otros personajes involucrados en el caso Odebrecht, pero a nivel municipal son numerosos los ejemplos que le restan credibilidad al PRM, como el regidor Nelson Abreu, vinculado a la emisión de cheques sin fondos y a una conducta de simulación y hasta de chantaje de todo aquel que en el marco del derecho a principios constitucionales informa sobre sus inconductas y estilo mafioso de hacer política.
Ese personaje de baja monta es uno de los flamantes aspirantes a dirigir el Comité Municipal de una ciudad tan importante como Santiago, donde convergen decisivos intereses económicos, políticos y sociales.
Este Nelson Abreu no es capaz de articular un discurso coherente y acorde con el interés nacional, porque sólo sabe jugar a la política de la mentira, la simulación y el peseteo, ya que nisiquiera cuenta con los recursos necesarios para esgrimir una propuesta creíble y que se convierta en un valor agregado para su parcela política.
Pero es que ese personaje de décima categoría política viene de un estilo de incidir en la administración pública fundamentado en lo mafioso y deshonesto y por eso no tiene otra forma de querer tapar sus errores en la mentira y la simulación con el propósito de quitarle mérito a los procesos legales que se desarrollan en su contra.
Ha esgrimido el desacreditado clichet de que el enjuiciamiento a su conducta al margen de la ley y de la moral y la ética, obedece a una campaña de descrédito de sectores desde adentro y desde fuera del Partido Revolucionario Moderno, lo cual no es más que ciencia ficción de un personaje de la mentira, la oscuridad y la negación de cualquier discurso que busque verdaderamente adecentar el país, como el que enarbola el principal partido de la oposición política de la República Dominicana.
No tenemos nada personal en contra de nadie, pero resulta tan saludable que cierto personaje desaparezca como si lo hubiera tragado la tierra.
Uno del que se sabe muy poco de él es Pedro Corporán o el licenciado Corporán como él se hace llamar.
Naturalmente, aunque este personaje tenga una precaria vida pública, pero de lo que si se puede estar seguro es del manejo a su antojo de los dineros que le entrega la Junta Central Electoral a su partidito, conocido como el de la Unidad Nacional, el cual ha sido un buen instrumento para la comisión de muchas bellaquerías.
Corporán es una figura interesante de estudiar porque es una especie propia de un país como la República Dominicana donde todo es posible, hasta el ascenso al poder de cualquier pelafustán sin honra y sin escrúpulo.
Aunque este personaje siga viviendo y llenándose los bolsillos del patrimonio del Estado, lo cierto que su desaparición de la palestra pública por lo menos evita serios remordimientos de todo el que se respeta a pesar de que hay miles de Pedro Corporán en el país.