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Opinión

Alianza para el Desarrollo en Democracia y los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos

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Por Rommel Santos Díaz

La coherencia política  de la Alianza para el Desarrollo en Democracia estará garantizada en la medida en que sus actores fundamentales  actúen en  función de hacer respetar y proteger  los derechos humanos en el marco de los Principios Rectores sobre las  Empresas y los  Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Los Estados que integran la Alianza para el Desarrollo en Democracia  deberán  ser conscientes de las obligaciones  de velar por el respeto de los derechos humanos por parte de las empresas ,   en particular ofreciéndoles las informaciones , la capacitación y el apoyo pertinente  para  un efectivo  cumplimiento  de los Principios Rectores  sobre las Empresas y los  Derechos Humanos.

La preocupación  de los países que integran la Alianza para el Desarrollo en Democracia  por impulsar un proceso de  integración regional  apuntando  al progreso social y económico  y comercial  requerirá  de futuros acuerdos bilaterales y multilaterales  que necesariamente  tratarán  cuestiones  relacionadas con las empresas, de ahí  la importancia de tomar en cuenta  los Principios Rectores sobre las  Empresas y los  Derechos Humanos en la configuración de los acuerdos entre los Estados.

En la medida en que se consolide  la Alianza para el Desarrollo en Democracia  se requerirá que los  países que la integran  y los futuros integrantes  de la alianza  asuman  las obligaciones  de derechos humanos  y las leyes y políticas para configurar las prácticas empresariales   en la región.

La cuestión de los derechos humanos y las empresas  deberá ser abordada  por la Alianza para el Desarrollo en Democracia  desde una perspectiva  amplia, en interés  de una coherencia política  nacional tanto vertical como horizontal  para conciliar diferentes necesidades sociales  de las personas.

Como  la Alianza para el Desarrollo se sustenta en la propuesta  regional de que existe la necesidad  de promover el crecimiento económico  en el marco de la democracia, los derechos humanos y los objetivos de desarrollo sostenible , esto requiere que  los Estados que la integran dispongan de las políticas, leyes  y procesos necesarios  para implementar  las obligaciones  dimanantes  de las normas internacionales de derechos humanos.

Las  prácticas empresariales , en particular en la esfera del derecho mercantil , la reglamentación de mercados de valores, la inversión, los créditos a la exportación , los seguros de exportación , el comercio y la actividad laboral ameritan  que los países  de la Alianza para el Desarrollo en Democracia actúen  de forma  compatible  con las obligaciones  de derechos humanos establecidas en los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos.

Los Estados  de la Alianza para el Desarrollo en Democracia  deberán  mantener  un marco  normativo nacional adecuado para asegurar el cumplimiento  de sus obligaciones  de derechos humanos  cuando  concluyan acuerdos  políticos sobre actividades empresariales  con otros Estados  O empresas , por ejemplo  a través de tratados  o contratos de inversión.

Si bien es cierto que los tratados bilaterales  de inversión, acuerdos de libre comercio o contratos de inversión, les brindan oportunidades  económicas  a los Estados, estos también pueden afectar  al marco normativo nacional de los gobiernos. Por ejemplo, los términos estipulados  en acuerdos internacionales  de inversión  pueden  restringir la capacidad de los Estados para aplicar plenamente nuevas leyes  en materia de derechos humanos, o exponerlos, en caso contrario al riesgo de arbitrajes internacionales vinculantes.

Finalmente, los Estados de la Alianza para el Desarrollo en Democracia, de ser necesario, deberán  asegurarse  de que retienen las facultades normativas y regulatorias para proteger  los derechos humanos  en el marco de los acuerdos , sin dejar  de ofrecer  la necesaria protección  a los derechos humanos  en  cumplimiento  de las obligaciones  establecidas en los Principios Rectores  sobre las Empresas y los Derechos Humanos.

rommelsantosdiaz@gmail.com

 

 

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Opinión

El individualismo, principal retranca para el desarrollo nacional.

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Por José Cabral

No hay un solo episodio de los acontecimientos importantes que registra la historia nacional que no esté marcado por el fenómeno del individualismo.

Es un asunto de una gravedad que en estos momentos es el principal obstáculo para lograr concretar planes colectivos.

Es tan grave el asunto que este mal ha penetrado todo el tejido social dominicano, dado que no hay una sola organización de la sociedad que no esté impactado por el fenómeno.

Desde la ruptura con el yugo haitiano en el 1844, hasta llegar a la guerra restauradora y finalmente al propio ajusticiamiento del dictador de Rafael Leonidas Trujillo Molina, los principales actores se pelearon entre sí y no hay mejor testimonio que lo ocurrido en la casa de Robert Read Cabral con algunos de los protagonistas del tiranicidio.

Pero de igual modo ha ocurrido con cada una de las modificaciones constitucionales que ha tenido el país, las cuales han obedecido, principalmente, a razones reeleccionistas.

Cualquier otro escenario que se tome al azar nos encontramos con el individualismo, el cual ha arruinado una serie de valores que eran consustanciales al pueblo dominicano.

Todo ha sido tomado por ese vicio, porque no puede llamarse de otra manera, el cual representa la principal retranca para lograr una sociedad más solidaria.

Las cooperativas de ahorros y prestamos, los clubes culturales y deportivos, los sindicatos, las juntas de vecinos e incluso los condominios, que se rigen por la ley sin fines de lucro, la 5038, los partidos políticos, es decir, absolutamente todo copado por los intereses personales y grupales.

El individualismo es una plaga que hoy arropa todas las instancias de la sociedad dominicana y peor aun del Estado, donde hace su impacto las ansias de poder de los actores de la vida política nacional.

Sin embargo, parece llegar un momento en que este mal se pueda combatir con resultados que podrían ser muy positivos para cambiar un paradigma que nos daña a todos.

Es un cáncer que da miedo.

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Opinión

El incumplimiento de los partidos políticos

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Por Isaías Ramos

En teoría, el financiamiento estatal de los partidos políticos en nuestro país busca garantizar una competencia equitativa entre todas las fuerzas políticas, reducir la influencia del capital privado, los intereses extranjeros y las actividades ilícitas en la política, y aumentar la transparencia.

A pesar de los nobles objetivos delineados en la legislación, existen pruebas irrefutables de que los partidos políticos en nuestro país reciben, de manera persistente, contribuciones ilícitas, contraviniendo el artículo 64 de la Ley 33-18 (Ley de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos).

El principal propósito del financiamiento público, según esta legislación, incluye no solo cubrir gastos operativos y de campaña, sino también fomentar la educación política y la participación ciudadana, como lo consignan los artículos 62, 36, 35, 34 y 11.

Sin embargo, los informes y críticas continuas sugieren que estos fondos se utilizan normalmente para consolidar el poder de los partidos establecidos e influir de manera indebida e ilegal en la voluntad de los electores, comprando su conciencia y dignidad humana en lugar de educarlos y movilizarlos hacia una participación informada y consciente.

A pesar de las regulaciones que exigen una contabilidad detallada y transparente, los partidos políticos incumplen estos mandatos de manera flagrante. La Junta Central Electoral, la institución encargada de regular y supervisar estos procesos, debería asegurar el cumplimiento de estas normativas.

Aún así, sus actuaciones, en muchas ocasiones, han dejado mucho que desear, mostrando una tolerancia preocupante por imponer el orden y el respeto a las leyes que rigen el financiamiento y las actividades de los partidos.

Esto no solo plantea preguntas sobre la eficacia, el empoderamiento y la independencia de la JCE como ente regulador, sino que también alimenta la percepción de impunidad y corrupción dentro del sistema político dominicano.

Los ciudadanos observan cómo sus impuestos se convierten en herramientas para manipulaciones políticas en lugar de servir como catalizadores de una democracia más robusta y participativa.

Este escenario es una traición a los principios democráticos y un claro indicativo de que el sistema de financiamiento público, en su forma actual, necesita una revisión profunda y, posiblemente, una eliminación. La experiencia nos sirve como un llamado de atención sobre los riesgos inherentes al financiamiento público de partidos políticos sin los mecanismos de control adecuados.

En el Frente Cívico y Social, estamos convencidos de que este financiamiento, en lugar de fortalecer el sistema democrático, lo debilita. De persistir y continuar con el mismo, será imperativo implementar medidas estrictas para garantizar que los recursos destinados a los partidos políticos, agrupaciones, movimientos y las candidaturas independientes se utilicen de manera transparente y con un enfoque real en el fortalecimiento democrático y la participación ciudadana.

Es fundamental que la JCE ejerza un control más firme y efectivo, no solo para sancionar a quienes incumplen, sino para restaurar la fe en un sistema político que verdaderamente represente y sirva al interés público.

Solo entonces podremos esperar que los aspirantes a cargos electivos se conviertan en verdaderos servidores de la ciudadanía y no en meros administradores de recursos para perpetuar sus propios intereses.

La lucha por una democracia transparente y justa es ahora. Es imperativo que nos unamos en esta causa crítica para el futuro de nuestra nación. ¡Juntos, podemos y debemos hacer realidad nuestra constitución de un Estado Social y Democrático de Derecho!

¡Despierta RD!

 

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Opinión

La Fiscalía de la Corte Penal Internacional

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Por Rommel Santos Diaz

La Fiscalía actuará en forma independiente como órgano separado de la Corte Penal Internacional. Estará encargada de recibir remisiones e información corroborada sobre crímenes de la competencia de la CPI para examinarlas y realizar investigaciones o ejercitar la acción penal ante la Corte. Los miembros de la Fiscalía no solicitarán ni cumplirán instrucciones de fuentes ajenas a la CPI

La Fiscalía estará dirigida por el Fiscal. El Fiscal tendrá plena autoridad para dirigir y administrar la Fiscalía, con la inclusión del personal, las instalaciones y otros recursos. El Fiscal contará con la ayuda de uno o más fiscales adjuntos, que podrán desempeñar cualquiera de las funciones de las funciones que le correspondan de conformidad con el Estatuto de Roma. El Fiscal y los fiscales adjuntos tendrán que ser de diferentes nacionalidades y desempeñarán su cargo en régimen de dedicación exclusiva.

El Fiscal y los fiscales adjuntos serán personas que gocen de alta consideración moral, que posean un alto nivel de competencia y tengan extensa  experiencia  práctica  en el ejército de la acción penal o la sustanciación de causas penales. Deberán tener un excelente conocimiento y dominio de al menos uno de los idiomas de trabajo de la CPI.

El Fiscal será elegido en votación secreta y por mayoría absoluta de los miembros de la Asamblea de Estados Partes. Los fiscales adjuntos serán elegidos en la misma forma de una lista de candidatos presentada por el Fiscal

El Fiscal propondrá  tres candidatos para cada puesto de fiscal adjunto que deba cubrirse. Salvo que en el momento de la elección se fine un periodo mas breve, el Fiscal y los fiscales adjuntos desempeñarán su cargo por un periodo de nueve años y no podrán ser reelegido

El Fiscal y los fiscales adjuntos no realizarán actividad alguna que pueda interferir en el ejercicio de sus funciones o menoscabar la confianza en su independencia . no podrán desempeñar ninguna otra ocupación de carácter profesional.

La Presidencia podrá, a petición del Fiscal o de un fiscal adjunto, dispensarnos de intervenir en una causa determinada.

El Fiscal y los fiscales adjuntos no participarán en ningún asunto en que, por cualquier motivo, pueda razonablemente ponerse en duda su imparcialidad. Serán recusados de conformidad con lo dispuesto en el Estatuto de Roma, entre otras razones, si hubiesen intervenido anteriormente, en cualquier calidad, en una causa de que  la Corte estuviere conociendo o en una causa penal conexa sustanciada a nivel nacional y que guardare relación con la persona objeto de investigación o enjuiciamiento.

Las cuestiones relativas a la recusación del Fiscal o de un fiscal adjunto serán dirimidas por la Sala de Apelaciones:

La persona objeto de investigación o  enjuiciamiento podrá en cualquier momento pedir la recusación del Fiscal o de un fiscal adjunto por los motivos establecidos en el artículo 42 del Estatuto de Roma;

El Fiscal o el fiscal adjunto, según proceda, tendrán derecho a hacer observaciones sobre la cuestión.

Finalmente, el Fiscal nombrara asesores jurídicos especialistas en determinaos temas como, por ejemplo, violencia sexual, violencia por razones de genero y violencia contra los niños.

Rommelsantosdiaz@gmail.com

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Edificio La República: Restauración No. 138, cuarta planta, Santiago, República Dominicana. Teléfono: 809-247-3606. Fax: 809-581-0030.
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