La mayoría de las empresas chilenas carecen de sindicatos, sobre todo las compañías ubicadas fuera de la capital, y en sectores como comercio, hoteles y restaurantes, según una encuesta realizada recientemente.

Empresas chilenas no tienen sindicatos, según encuesta. (Foto: Archivo)
De acuerdo a una encuesta aplicada en Chile, la mayoría de las empresas de ese país carecen de sindicatos, sobre todo las compañías ubicadas fuera de la capital y en sectores como comercio, hoteles y restaurantes.
Según el estudio, realizado por la Dirección del Trabajo, 73 mil 591 unidades productivas no tienen a sus empleados sindicalizados, pues sólo seis mil 196 cuentan con una organización gremial.
De estas últimas, 59 por ciento están ubicadas en la Región Metropolitana y 20 por ciento compartido entre Valparaíso (sur) y Biobío (este). El resto se distribuye en las otras regiones del país, según la publicación de Prensa Latina.
«Esta debilidad estructural que presenta la organización sindical en nuestro país (…) se debe tanto a una actitud poco proclive hacia estas en algunas empresas, como a un cierto grado de desinterés en los sindicatos como forma de representación, por parte de un segmento de los trabajadores», consideraron los autores del estudio.
La encuesta evidenció, además, que los sindicatos tienen vida en 48,3 por ciento de las grandes empresas, que también sufrieron un descenso en la organización gremial, ya que en 2008 la sindicalización abarcaba al 54,1 por ciento de este tipo de compañía.
De los negocios medianos, sólo 23 por ciento cuenta con sindicatos, de los pequeños, sólo 4,5 por ciento, y en el caso de los denominados micro, apenas 1,6 por ciento.
En una reciente entrevista con Prensa Latina, la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de Chile, Bárbara Figueroa, consideró que al movimiento obrero en el país le urge ganar en organización para ser mucho más activo, y convertirse en actor protagónico de sus demandas y de las de otros sectores sociales.
Figueroa insistió en la necesidad de que los trabajadores se organicen mejor, porque «eso le devuelve la fuerza al movimiento proletario, al movimiento organizado fuerte, que no sólo incide en términos de las políticas laborales y salariales, sino que también tiene una incidencia mayor en los procesos nacionales de transformación».