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Comunidad en el exterior

Construyendo puertas y ventanas a un mejor futuro

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FILADELFIA, PA–El Sindicato de Carpinteros de Filadelfia ofrece una alternativa para jóvenes de la comunidad latina luego de completar sus estudios secundarios.

 Se trata de un programa de aprendizaje y trabajo duro con buen salario y beneficios. Pero el alcance a esta comunidad es solo el primer paso de un reto más grande.

La Escuela de Aprendices de Carpinteros de Filadelfia y sus Inmediaciones se dispone a hacer un llamado a jóvenes de la comunidad hispana para reclutarlos entre sus filas, así como las del sindicato del cual esta organización forma parte.

Así lo anunciaron el pasado 11 de enero en una reunión en la que participaron funcionarios del sindicato “Metropolitan Regional Council of Philadelphia & Vicinity” y diversas organizaciones de la comunidad latina, en las cuales pretenden apoyarse para lograr su objetivo.

Se trata de un programa de entrenamiento para abrir paso a la fuerza laboral en un trabajo pesado pero con buen salario y beneficios.

En otras palabras, una alternativa para que jóvenes de la comunidad hispana en la ciudad —que cuenta con el mayor índice de deserción escolar en comparación con otros grupos— obtengan trabajo en la industria de la carpintería y la construcción.

“Sabemos que no todos los estudiantes van a tomar la ruta hacia la universidad, algunos van a ir a escuelas técnicas o pueden aprender un oficio en otras escuelas como la de carpinteros”, dijo David Sullivan, de Nueva Esperanza Academy en el norte de Filadelfia —quien trajo consigo a la reunión a 10 estudiantes de su institución de unos 35 que mostraron interés por el programa.

Pero el acceso al entrenamiento podría ser apenas el primero de una serie de retos para llegar a la comunidad latina.

“Es muy importante acercar a nuestros jóvenes a los sindicatos, pero lo que es más importante es que al final del día, tengan trabajo”, dijo Rose Gray, vicepresidenta de desarrollo económico y comunitario de la Asociación de Puertorriqueños en Marcha (APM).

Patricia de Carlo, directora de Norris Square Civic Association (NSCA), hizo eco del mismo reto. Y es que pese a que su organización —enfocada en proveer soluciones de vivienda asequibles para la comunidad latina en el área de Norris Square en Filadelfia— cuenta con unos cinco millones de construcciones en curso, de Carlo considera que los contratistas encargados de llevar a cabo dichos proyectos fallan a la hora de contratar trabajadores de la comunidad hispana.

“Hay que ver como podemos hacer llegar esos empleos de construcción a nuestra comunidad para promover su desarrollo económico”, dijo de Carlo.

Por su parte, Ángel Rodríguez, director de Empowerment Group, agregó que el objetivo es “lograr tener a más contratistas de minorías calificados para asistir en el entrenamiento y llevar a cabo el trabajo con mano de obra latina”.

Requisitos, beneficios y oportunidades

Según, Edward C. Coryell, secretario, tesorero y líder del sindicato, ser miembro de su organización viene con muchos beneficios y oportunidades que la gente no conoce.
“Tenemos un contrato con más de 600 empleadores de trabajadores sindicalizados, que ofrecen oportunidades exclusivas para nuestros miembros”, dijo Coryell, quien representa a 11.500 miembros de 17 sindicatos locales en cuatro estados —Pensilvania, Delaware y parte de Maryland y de Nueva Jersey.
“Si no formas parte del sindicato, no puedes trabajar para todos los empleadores con los que tenemos contratos”, agregó.
El primer paso para unirse al sindicato de carpinteros y al programa de aprendizaje, abierto para jóvenes de por lo menos 17 años de edad graduados de ‘high school’, es tomar una prueba de matemáticas —la próxima se llevará a cabo en mayo.
“Para todo lo que hacemos en carpintería, hay que ser bueno en matemáticas. Ya sea para medir techos, azulejos, piezas de concreto, instalar pisos…” dijo Coryell.
La calificación mínima para aprobar el examen es de 70 en una escala de 100, lo que implica contar con un nivel de matemáticas, álgebra y geometría de noveno a décimo grado.
“Desafortunadamente el 75 por ciento de los estudiantes del las escuelas públicas que toman el examen lo reprueban”, dijo Coryell. “Mientras que el índice de aprobación en general es del 50 por ciento”.
Quienes no pasan el examen, deben esperar un año para poder volver a tomarlo, pero una vez que lo hacen es valido por tres años.
Para ser admitidos al programa, los aprendices deben además obtener un patrocinador entre los 600 empleadores de trabajadores sindicalizados, que se comprometa a tomarlos bajo su tutela por un periodo mínimo de un año.
Los aprendices de nuevo ingreso asisten a clases un día a la semana y trabajan los otro cuatro días de la semana durante seis meses —los otros seis meses trabajan cinco días a la semana.
Luego de pasar un periodo de prueba se abren paso a uno de los 17 sindicatos locales en donde pueden especializarse en diferentes ramas, ya sea instalación de pisos, paredes, techos, etc.
“No es fácil ser carpintero, hay que cargar e instalar puertas de metal, piezas de concreto, paneles de tabla roca, madera contraparchada, y tienes que hacerlo solo y hacerlo bien”, dijo Coryell.
Agregó que el sueldo inicial para un aprendiz es de unos $15 dólares por hora, más beneficios.
Luego de cuatro años a través de los cuales obtienen incrementos graduales de sueldo, los aprendices se gradúan del programa.
Al completar el curso y convertirse en carpinteros ‘oficiales’ pueden continuar con sus estudios si así lo desean.
“Muchos graduados piensan que una vez que se gradúan, ya no tienen más que aprender y cuando las cosas se ponen difíciles ellos son los que se quedan sin trabajo”, dijo Coryell. “Realmente, deberían tomar ventaja de esto”.
Agregó que quienes lo hacen tienen mayores oportunidades de avanzar en su profesión, escalar posiciones dentro del sindicato o incluso iniciar su propio negocio.
“Por lo menos 50 de nuestros 600 contratistas son trabajadores sindicalizados que salieron de este programa”, dijo Coryell.

Tiempos mejores

Los empleos de construcción y carpintería en la región de Filadelfia, así como en el resto de la nación, siguen recuperándose de la recesión del 2008 y de la crisis inmobiliaria, pero el futuro es prometedor.
Antes de la recesión, los empleados del sindicato trabajaban en conjunto un total de 14,5 millones de horas al año. Pero luego del 2008, la cifra bajó a 10 millones de horas —nivel en que se encuentra en este momento.
Ese golpe también se sintió en el número de aprendices inscritos en el programa; hace cuatro años había unos 1.100 y hoy solo hay 400.
“Así de severo fue el golpe a la industria de la construcción y la carpintería durante la recesión”, dijo Coryell. “Pero nos estamos recuperando”.
El líder del sindicato dijo sentirse optimista de la construcción de unos 20 complejos de apartamentos en Filadelfia que se están llevando a cabo en este momento o que comenzarán dentro de los próximos meses, así como de diversos proyectos de gran presupuesto en instituciones educativas como la Universidad de Pensilvania y la Universidad de Drexel.
“Las construcción de instituciones educativas y hospitales es lo que nos ha mantenido ocupados durante los últimos cuatro años, así como los trabajos ocasionales en autopistas y centros comerciales”, dijo Coryell.
Agregó que incluso durante la recesión el condado de Filadelfia siempre ha sido el que genera más horas de trabajo para su organización.
“Filadelfia sigue siendo una ciudad de sindicatos, en la que los mejores trabajos de carpintería y construcción están ahí precisamente para quienes forman parte de ellos”, dijo Coryell.
Agregó que “el último cuatrimestre fue el mejor para el sindicato y nuestros miembros en los últimos cuatro años, y esperamos que así siga siendo”.

A ejercer presión

Para Patricia de Carlo, directora de NSCA, el entrenamiento de jóvenes hispanos en la escuela del sindicato es solo una parte de un reto más grande: asegurarse de que los aprendices sean patrocinados y empleados por contratistas.
“En NSCA hemos intentado por 20 años tener a nuestra gente trabajando en la construcción, porque al final del día, al menos que nuestra gente tenga trabajo, vamos a seguir teniendo un problema y no vamos a poder costear ni siquiera una vivienda propia”, dijo de Carlo.
Y es que mientras que —según ella— la comunidad latina desarrolla más bienes raíces que cualquier otro grupo en la ciudad de Filadelfia, los trabajos de construcción no van necesariamente a manos de los hispanos.
“Uno pensaría que si todas estas organizaciones latinas están desarrollando bienes raíces, podríamos decirle a los contratistas que si quieren trabajo más vale que contraten a nuestra gente”, dijo de Carlo.
Para dicho propósito, durante los próximos meses el sindicato y las organizaciones hispanas participantes pretenden sostener conversaciones y ejercer presión a desarrolladores de bienes raíces y contratistas más allá de la comunidad latina.
“Nuestra comunidad no puede esperar a que haya más contratistas hispanos para obtener empleo”, dijo de Carlo.
Para los funcionarios del sindicato, las oportunidades están ahí para quienes estén dispuestos a tomarlas y a demostrar que pueden cumplir con el trabajo.
“Si aprendes el oficio y puedes hacer lo mejor que te permitan tus habilidades, vas a tener trabajo”, dijo Richard Rivera, representante de Install local 1823.
De Carlo no tiene la menor duda de las capacidades de los jóvenes de su comunidad que han sido arropados bajo algunas de las organizaciones hispanas líderes en la ciudad y a las cuales se ha encomendado el sindicato para lograr un mayor alcance.
“Los latinos tienen el mayor índice de deserción escolar en las escuelas tradicionales de Filadelfia, pero nuestras escuelas charter, Esperanza, Aspira, Congreso, están pateando trasero, y están graduando a los chicos a un índice que nadie en Filadelfia puede competir”, dijo de Carlo —el índice de graduación del Distrito Escolar es del 60 por ciento, el de Esperanza es del 90 por ciento.
“¿Qué si estos niños van a pasar el examen para entrar a la escuela de carpintería? Por supuesto que sí. ¿Qué si van a trabajar duro? Sin duda, porqué ahí es de donde vienen”.

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Dominicana se apodera de la icónica estación Grand Central de Nueva York

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Frente a las bajas temperaturas de la ciudad de Nueva York, el metro arroja una grata calidez que va más allá de su sistema de calefacción… República Dominicana tiene presencia en el populoso sistema de transporte de esta metrópolis.

A partir de este miércoles, el Ministerio de Turismo desarrollará una campaña de promoción con la intención de fortalecer la visibilidad del destino en uno de los mercados predominantes del turismo nacional.

Con la activación Subway to Paradise, que permanecerá por más de 15 días, se inauguró en la icónica estación Grand Central, ubicada en la Avenida 42, uno de los puntos de mayor tránsito y visibilidad de la Gran Manzana.

  • La agenda incluye la instalación de espacios culturales, gastronómicos y artísticos en diferentes niveles de la estación, así como la exhibición de elementos distintivos de la identidad dominicana.

Detalles sobre la activación en la estación Grand Central

La activación también incorpora cinco vagones del metro completamente forrados con imágenes de paisajes dominicanos, tanto en su interior como en su exterior, con el fin de mantener una presencia constante en las principales rutas de transporte de la ciudad.

Importancia del mercado neoyorquino para el turismo dominicano

El ministro de Turismo, David Collado, destacó la importancia del mercado neoyorquino para la industria nacional, con una cantidad de visitantes de alrededor de 1.6 millones de personas.

«El mercado de la diáspora es extremadamente importante. Está comprobado que gasta más promedio que un turista», dijo.

Resaltó que el éxito de este volumen de visitantes radica en la importante presencia de la diáspora dominicana en el estado.

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Trabajadores de Nueva York exigen elevar a 30 dólares el salario mínimo de los camareros

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Agencia Efe

Nueva York.- La asociación de trabajadores estadounidenses One Fair Wage inauguró este lunes la campaña ‘Make America Affordable Now‘ en Nueva York con la principal demanda de subir el salario mínimo de los camareros de 17 a 30 dólares la hora, una medida que también quiere ejecutar el alcalde electo de la ciudad, Zohran Mamdani.

¿Qué declararon los líderes y políticos sobre el salario mínimo?

El vicegobernador demócrata del estado de Nueva York y candidato a gobernador en 2026, Antonio Delgado, aseguró a EFE durante el evento que «el salario mínimo actual en Nueva York es un salario de pobreza«.

Los salarios mínimos de la camareros neoyorquinos crecieron de 16,5 dólares a 17 dólares recientemente. Sin embargo, el grupo One Fair Wage reclama que se apruebe la subida hasta los 30.

«Para una persona sola, sin hijos, el coste básico de vida es de unos 27,5 dólares, por lo que ganar 16 o 17 dólares no es suficiente», dijo.

Delgado, de ascendencia latina, expresó que «estos salarios de pobreza afectan de manera desproporcionada a la comunidad inmigrante latina, ya que muchos trabajan en la industria de los restaurantes».

«Necesitamos llegar a 30 dólares para el año 2030. La mitad de las personas en el estado de Nueva York no ganan más de 30 dólares. Eso es mucha gente de todas las razas y orígenes», añadió.

Impacto y comparaciones con otras ciudades

Los líderes del comité ‘Make America Affordable Now‘ resaltaron que el salario de 30 dólares la hora «no es suficiente».

Los camareros deberían cobrar entre 40 y 45 dólares la hora para poder hacer frente a gastos principales como el alojamiento, la comida y, en muchas ocasiones, mandar un poco de dinero sobrante a sus familias en su país de origen.

Por otro lado, desde One Fair Wage aseguran que en el aeropuerto de Los Ángeles (LAX) los trabajadores de hospitalidad cobrarán 30 dólares el próximo verano durante los Juegos Olímpicos, lo que «indica que en Nueva York no nos podemos quedar atrás», comentan. EFE

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Gilberto Ventura Ceballos, el dominicano que mató a 5 jóvenes en Panamá

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BUENOS AIRES.- Gilberto Ventura Ceballos, conocido como «el escapista», debido a que escapó tres veces de la cárcel -dos de ellas de máxima seguridad- fue un asesino serial dominicano que mató en Panamá a cinco jóvenes entre 2010 y 2011.

Nacido el 6 de julio de 1975 en Santo Domingo, Ventura Ceballos fue detenido por primera vez en su país de origen por secuestrar a un comerciante dominicano de origen asiático, además de otros casos por estafas y fraudes, remarcaron fuentes del caso a la Agencia Noticias Argentinas.

Este asesino estuvo en la cárcel de Najayo en 2004, en la provincia de San Cristóbal, pero tras algunas semanas logró escapar hacia Panamá con una visa de turista y otra falsa.

Sobre su escape, las autoridades dominicanas nunca emitieron un comunicado para explicar las circunstancias de aquella huida.

Entre 2010 y 2011, con la ayuda de Alcibiades Méndez, Ventura Ceballos secuestró y asesinó a cinco adolescentes en La Chorrera.

Ellos fueron: Yessenia Argelis Loo Kam, Yong Jian Wu, Samy Zeng Chen, Joel Maurio Liu Wong y Georgina del Carmen Lee Chen.

Los homicidios provocaron gran impacto en la ciudad y la Policía se dirigió hacia el lugar de los hechos hasta que encontró los cuerpos de los fallecidos bajo una residencia en el sector El Trapichito de la ciudad.

El criminal volvió a escaparse y regresó a República Dominicana, pero finalmente los uniformados lo detuvieron y lo extraditaron a Panamá en 2011, donde le dictaron la prisión preventiva.

Sin embargo, el 28 de diciembre de 2016, ayudado por varios cómplices, logró escapar del Centro Penitenciario La Joyita, ubicados en las afueras de la capital panameña.

Ventura Ceballos estuvo escondido alrededor de un año, donde finalmente fue apresado por la Policía en Jacó, Costa Rica, el 22 de septiembre de 2017.

El sujeto había llegado a Costa Rica con documentos falsos, con el nombre de Carlos Alberto Aguirre Valencia.

A la hora de describir el itinerario que hizo el homicida, se estableció que Ventura Ceballos llegó a la capital a través del Aeropuerto Marcos A Gelabert con esposas en las manos y los pies, y fue rápidamente puesto en una prisión de máxima seguridad en la sede de la Policía Nacional.

El 27 de septiembre de 2017 fue imputado por evasión de prisión y conspiración para cometer un delito y se suponía que su juicio debía comenzar el 26 de octubre, pero el Órgano Judicial lo pospuso para el 23 de noviembre.

El abogado del acusado, Rogelio Cruz, presentó una moción de habeas corpus ante el Órgano Judicial de Panamá, argumentando que la detención previa al juicio que su cliente había recibido era ilegal, y agregó que fue vilipendiado por los medios de comunicación.

Este movimiento fue criticado por Cristóbal Fu, el representante legal de los familiares de las víctimas, quien señaló que la moción probablemente fue presentada para detener el proceso.​

El equipo de defensa presentó una solicitud de aplazamiento de tres meses a la Fiscalía, que fue denegada debido a su complejidad.

El abogado Cruz reclamó que necesitaba tiempo para analizar el expediente de 500 páginas, ya que no había podido acceder a él correctamente.

Antes de la llegada de Ventura Ceballos al tribunal, los familiares de las víctimas presentaron sus quejas sobre los constantes retrasos del procedimiento por parte de la defensa.

Cuando llegó el acusado, trató de asumir su propia defensa, un movimiento negado por el tribunal, y luego él mismo se declaró inocente de los cargos de asesinato.

El 29 de noviembre, se suspendió una segunda audiencia, ya que faltaba uno de los abogados defensores que representaban a una de las otras partes acusadas.

El 4 de diciembre el fiscal de Delito Organizado Miguel Tuñón solicitó una extensión de cuatro meses para investigar más a todos los sospechosos involucrados en el caso debido a su gran tamaño.

La petición fue aceptada por el juez, Francisco Carpintero.

El 22 de junio de 2018, el homicida fue encontrado culpable de todos los cargos y tanto él como su cómplice y les dieron 50 años de prisión por asesinar a los jóvenes.

La misma sentencia fue también dada a Keyla Gisselle Bendibú Salazar y Mario Luis Vega, quienes habían actuado como cómplices secundarios en tres de los asesinatos.

Una pena de 15 años le dieron a Bendibú Salazar y Roberto Antonio Mariscal por ser cómplices de homicidio, pero fueron absueltos de los cargos de secuestro.

Junto con todo esto, todos serían pasados a disponibilidad de sus funciones por un período de 10 años una vez que cumplan sus condenas.

El múltiple homicida volvió a escapar de prisión el 2 de febrero de 2020, esta vez del Centro Penitenciario La Mega Joya, pero los efectivos recapturaron al prófugo el 13 de febrero del mismo año, en el área de El Salao en Remedios, Provincia de Chiriquí.

Ventura Ceballos buscaba la manera de poder salir de la ciudad, pero hubo una extensa búsqueda a nivel nacional y finalmente lo apresaron miembros de operaciones de Inteligencia de la Policía Nacional.vqd6+w

La fuga de este criminal generó la renuncia de Rolando Mirones al frente del Ministerio de Seguridad Pública y la destitución de Carlos Romero del Ministerio de Gobierno.

El 28 de noviembre de 2020 se le redujo la condena de 50 a 30 años a Ventura Ceballos.

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