La naturaleza es sabia y actúa con un tiempo perfecto. Sin embargo, en ocasiones, cuando tu embarazo pasa de las 40 semanas o existe alguna otra condición que requiera atención especializada, es probable que el médico sugiera inducir el parto para protegerte la salud y la del bebé.
De lo contrario, es mejor esperar a que el trabajo de parto empiece de manera natural, porque forzarlo cuando no es necesario, también puede implicar riesgos para ti y el bebé que viene en camino. Aquí te cuento más acerca de cuándo es común que se induzca el parto.
Como su nombre lo indica, inducir el parto significa provocarlo de manera artificial. Por lo general, la naturaleza hace bien su trabajo y tu cuerpo empieza el trabajo de parto en el momento indicado, es decir, cuando tu bebé ya está listo para nacer.
No obstante, ocasionalmente algunos embarazos presentan algunas condiciones que no siguen los patrones normales y es entonces cuando el médico decide que es mejor inducir el parto para no comprometer tu salud y/o la de tu bebé. Estas son algunas de las razones por las que un obstetra podría decidir que lo mejor es inducir el parto:Cuando tu embarazo lleva 42 semanas de gestación puesto que hay más riesgo de complicaciones: la placenta podría estar disminuyendo su habilidad de mantener el embarazo y quizá no pueda seguir alimentando y nutriendo bien a tu bebé. También sería posible que tu bebé defecara por primera vez estando adentro (el meconio) y sus vías respiratorias se bloquearan causando complicaciones importantes.
Cuando algún estudio demuestra que tu bebé ha dejado de crecer al ritmo normal y se ha descubierto que su ritmo cardíaco es anormal. Cuando se rompe el agua (“se rompe la fuente”) y no tienes ninguna contracción de forma natural. Entonces, tú y tu bebé tienen un mayor riesgo de sufrir una infección.
Cuando no hay suficiente líquido amniótico rodeando a tu bebé. Cuando tienes alguna condición médica como hipertensión o presión alta (pre-eclampsia), diabetes gestacional, infección en el útero o sangrado vaginal que comprometa tu salud y la de tu bebé.
Cuando la placenta se desprende de la pared uterina parcial o totalmente antes del parto (abrupción de la placenta).
Se han dado casos en los cuales son las mismas mujeres quienes quieren que les induzcan el parto, ya sea porque están cansadas o tienen miedo de que ocurra algo. No se recomienda inducir el parto por razones que no son estrictamente médicas. Por eso, por capricho, no te lo van a inducir pues esto también acarrea riesgos innecesarios para tu salud y la de tu bebé.
En el caso de que tu embarazo haya llegado a las 40 semanas y aún no presentes señales de iniciar el trabajo de parto, tu médico sugerirá esperar un poco para darle oportunidad a tu cuerpo de actuar. Cuando ya estás acercándote a tu fecha estimada de parto, el cérvix o el cuello del útero empieza a ablandarse para poder abrirse y darle paso a tu bebé.
Existen algunas formas de ayudar a inducir el parto de forma natural como estimular los pezones y tener sexo, aunque esto último no ha sido comprobado científicamente. Masajear los pezones se dice que es efectivo solamente una vez que el cuello del útero está más blando y ya ha empezado a dilatarse.
De todas maneras, si pasas las 40 semanas y tu médico está preocupado por tu salud y la de tu bebé al no ver ninguna señal de parto, inducirlo puede ser la mejor opción. Pasadas las 40 semanas tu bebé está ya grande y es posible que su tamaño complique un parto vaginal normal. Así mismo, puede que durante el parto inhale meconio (la primera defecación) y desarrolle una infección en los pulmones y las vías respiratorias que puede ser grave.
¿Cómo se induce el parto?
Antes de tomar la decisión de inducir, el médico evaluará la condición de tu cérvix o cuello uterino para ver si ya está dilatándose o si ya ha alcanzado lo que se conoce como madurez cervical.
Mediante una prueba llamada Test de Bishop se evalúa si las posibilidades de parto espontáneo son elevadas. Si la puntuación en esta prueba es baja, el médico te administrará medicamentos para ayudar a la maduración del cérvix antes de inducir el parto.
Otras técnicas que se usan para inducir el parto son la ruptura de las membranas, la maduración artificial del cuello uterino con prostaglandinas (unos medicamentos para ayudar a madurar el cuello), la ruptura del agua o de la fuente cuando el cérvix está parcialmente dilatado (en ese caso se debe dar a luz en un período no superior a 24 horas para evitar complicaciones), el provocar las contracciones mediante un medicamento llamado Pitocín (oxitocina). Si no empiezas el trabajo de parto con estas técnicas, entonces será necesario hacerte una cesárea.
Las complicaciones de inducir el parto podrían incluir: Necesidad de practicar una cesárea, especialmente si no has dado a luz antes y si tu cuello uterino no se ha empezado a suavizar y a dilatar.
Parto prematuro: inducir el parto puede resultar en un parto prematuro para el bebé lo cual, por razones obvias acarrea complicaciones de salud para el bebé como dificultades respiratorias
Disminución de los latidos del corazón del bebé debido al uso de medicamentos como Pitocín o prostaglandina, los cuales pueden provocar demasiadas contracciones que afectan el flujo de oxígeno que llega al bebé.
La inducción del parto aumenta el riesgo de infección para la mamá y el bebé.
Problemas con el cordón umbilical (como que salga por la vagina antes del alumbramiento).
Ruptura del útero, la cual ocurre rara vez pero puede ser complicada. Sucede cuando el útero se rompe por la línea de cicatriz de una cesárea anterior.
Sangrado luego del parto puesto que al inducirlo, los músculos uterinos pueden tener dificultad para contraerse de manera apropiada luego del nacimiento del bebé.
Por todas estas razones, es muy importante que la decisión de inducir el parto sea porque el beneficio de inducirlo supera los riesgos de no hacerlo. Si tienes cualquier duda, consulta con tu médico. Recuerda que tu salud y la de tu bebé son lo más importante.