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Opinión

Derrotado es quien deja de luchar

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Por Hamlet Hermann

Pepe Mujica en el 60 aniversario del asalto al cuartel Moncada

HAMLET-HERMANN1Muchas cosas quise decir. Pero José Mujica Cordano, presidente de Uruguay, se me adelantó. Aquí sus palabras durante la conmemoración del 60° aniversario del asalto al cuartel Moncada de Santiago de Cuba.

El Pepe dijo:

“Permítanme porque el alma de un veterano está llena de recuerdos. Han pasado muchas décadas, han sido porfiadas décadas de lucha por la dignidad del pueblo cubano y, con su suerte, la de muchos luchadores, algunos de los cuales ni los nombres recordamos, que quedaron en los socavones, en los dolores de América, en las selvas y sus montañas. Porque los cambios sociales no tienen un laboratorio donde se pueda experimentar en frío.

“Los cambios sociales son la experimentación directa en la lucha de los pueblos, y los hombres y las mujeres caminamos intentando encontrar caminos y recreando y aprendiendo de nosotros mismos, el camino, del dolor, de los fracasos, de volverse a levantar, de mil veces empezar de nuevo porque, sencillamente, los cambios sociales no están a la vuelta de la esquina, no están al alcance de la mano, en lo inmediato son una larga construcción colectiva de esfuerzo, de trabajo, de errores, de aciertos, de compromisos, de sacrificios. Siempre ha sido así, lo imposible parece que cuesta un poco más, por eso, en el fondo, no hay derrota, solo sufren la derrota aquellos que dejan de luchar.

“Entonces, esta Revolución que fundamentalmente ha sido la Revolución de la dignidad, de la autoestima para los latinoamericanos, nos sembró de sueños, nos llenamos de Quijotes.

“Seguramente que soñamos que en 15 o 20 años era posible crear una sociedad totalmente distinta y chocamos con la historia; los cambios materiales son más fáciles que los cambios culturales. Los cambios culturales son, en definitiva, el verdadero cemento de la historia y son una siembra muy lenta de generación en generación.

“Los antepasados nos han enseñado el valor que tiene la vergüenza y la dignidad, el ser nosotros, estamos asomando a una civilización mundial digital, colectivizada, de dimensiones inconmensurables y hemos aprendido una cosa, y la estamos viviendo en nuestra América Latina: solo es posible el mundo si respeta lo diverso; solo es posible el mundo y el porvenir si nos acostumbramos a entender que el mundo es diversidad y es respeto, dignidad y tolerancia, y que nadie tiene el derecho, por ser grande y fuerte, a aplastar a los pequeños y a los débiles; lección de oro de estos 60 años de Revolución. El mundo rico tendrá que entender que, por su propia tranquilidad, porque la vida humana es corta, demasiado corta y no hay derecho a sacrificar la vida humana de los que están vivos, porque estar vivo es casi un milagro y hay que respetar la vida.

“Entonces, nos juntamos como en este templo, donde seguramente los muchachos que atacaban soñaban que era más sencillo y más fácil, seguramente, y si en el mundo no hubiera habido soñadores todavía andaríamos con un taparrabos caminando por las selvas.

 “Solamente el mundo cambia y se mueve porque hay gente comprometida y capaz de soñar, como los sueños de aquellos cubanos. “Oleadas de juventud movimos por toda nuestra América.  Hoy somos viejos, arrugados, canosos, llenos de reumatismos y llenos de nostalgias y de recuerdos, y nos reímos de nosotros mismos, las chambonadas que hemos cometido; pero chambonadas sin precio, por una causa, por el sueño de una humanidad, de una igualdad básica, con garantías básicas, con sueños básicos, porque estamos convencidos de que el hombre tiene capacidad para construir un mundo mejor, tiene los recursos de poder construir un mundo mejor, y custodiar y defender la vida.

“La Revolución hoy, la palabra Revolución adquiere una dimensión de carácter universal cuando el mundo se globaliza y es, precisamente, la idea de que es posible y es una necesidad histórica, para mantener y sostener la vida, luchar por crear un mundo mejor, de respeto, de igualdad básica, de no temer que lo aplasten, sin portaaviones, sin aviones que tienen un brazo largo, casi sin gente, y un mundo donde es posible que el hombre salga de la prehistoria, y saldrá de la prehistoria el día que los cuarteles sean escuelas y universidades”.

Artículo publicado originalmente en el periódico HOY.

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Opinión

Momento de reconciliarnos con nuestro lema nacional.

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Por Isaías Ramos

En estos tiempos tan inciertos y complicados que vive la nación dominicana, una nación cuyo espíritu danza al ritmo del merengue y cuya fortaleza se ha forjado en la fe y el valor, nos encontramos ante una encrucijada que pone a prueba nuestra esencia. Una élite política ha oscurecido las esperanzas de muchos, sembrando un sentimiento de amargura en gran parte de nuestra población. Mientras tanto, las continuas crisis de nuestros vecinos nos recuerdan el valor de la estabilidad y la importancia de la unidad.

Recordemos las palabras de Juan Pablo Duarte, el padre de nuestra independencia: «Vivir sin patria es lo mismo que vivir sin honor». Estas palabras resuenan con una verdad inquebrantable, especialmente en estos tiempos de incertidumbre. La nación se ve sacudida no solo por los vaivenes internos, sino también por las crisis que azotan a nuestros vecinos, recordándonos la fragilidad de nuestra estabilidad y la importancia de la unidad.

La Semana Santa se nos presenta como una pausa reflexiva, un momento sagrado para mirar hacia dentro y preguntarnos: ¿Hemos sido fieles al legado de quienes nos precedieron? En el silencio de estas jornadas, hallamos un espacio para la introspección, para volver a conectar con esos valores eternos de fe en Dios, amor patrio y libertad que nos legaron nuestros fundadores.

¿Cómo podemos, entonces, trascender la amargura y el descontento que parecen nublar nuestro horizonte? La respuesta yace en el poder transformador de la fe en Dios y en el amor incondicional por nuestra tierra. Al igual que en las luchas pasadas por nuestra independencia y soberanía, la fe en algo más grande que nosotros mismos fue el faro que guió a nuestros héroes. En esta Semana Santa, miramos hacia la cruz no solo como símbolo de sacrificio, sino como un recordatorio de la esperanza y la renovación.

La historia nos sirve de espejo, mostrándonos las huellas de aquellos que nos precedieron y las encrucijadas donde otros han tropezado. Las lecciones de naciones hermanas como Haití, Cuba, Venezuela y Nicaragua resuenan como ecos de advertencia y guía. Nos recuerdan la importancia de permanecer fieles a nuestros principios y los peligros de desviarnos del camino.

Imaginemos, por un momento, una República Dominicana renacida, donde el temor, la inseguridad y la corrupción sean meras sombras del pasado. Una nación donde cada ciudadano, movido por el temor reverente a Dios y el amor a su patria, contribuya a forjar un futuro lleno de esperanza y oportunidades. Este es el futuro que podemos construir juntos.

Que esta Semana Santa marque el inicio de un compromiso renovado, no solo con nuestras creencias personales, sino también con el legado que deseamos dejar. La cruz de Cristo, más allá de su significado religioso, simboliza la intersección entre nuestro pasado y nuestro futuro, entre nuestros errores y nuestra redención.

Así, en este momento sagrado, desde el Frente Cívico y Social hacemos un llamado a cada corazón dominicano: despertemos a la grandeza de nuestra herencia, a la fortaleza que reside en nuestra unidad y fe en Dios. Juntos, podemos transitar este camino hacia la redención, abrazando los desafíos como oportunidades para reafirmar nuestra identidad y propósito.

Que la Semana Santa sea el umbral que crucemos hacia un nuevo capítulo de nuestra historia, uno lleno de luz, paz y prosperidad.

¡Despierta, RD!

 

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Opinión

Implementación de leyes y procedimientos con la Corte Penal Internacional

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Por Rommel Santos Díaz

En términos generales los Estados Partes del Estatuto de Roma deberán contar con leyes y procedimientos que les permitan cumplir con todas las solicitudes de asistencia de la IPC. Estas leyes y procedimientos necesitan ser suficientemente flexibles para permitir el cumplimiento de los Estados Partes de cualquier especificación contenida en la solicitud, tal como el modo de ejecución de una solicitud en particular, o el procedimiento a seguir. Este podría incluir requisitos tales como la confidencialidad, u otras formas de protección de la información, así como la urgencia de la solicitud.

Todos los Estados deberán establecer un método efectivo de comunicación con la Corte para que resuelva cualquier problema que pueda surgir en relación con las solicitudes de asistencia de la Corte. Por ejemplo, alguien que trabajara en la Embajada del Estado en La Haya debería ser designado como contacto con la Secretaría de la Corte, para que así se puedan identificar posibles dificultades de manera incipiente. Como mínimo, se debería designar una persona contacto que mantenga archivos actualizados de todas las comunicaciones con la Corte y sus distintos órganos.

Cuando los Estados Partes del Estatuto de Roma debían cumplir con requisitos particulares para ejecutar las solicitudes de la Corte Penal Internacional, deberán hacérselo saber a la Corte cuanto antes, luego de la ratificación. Si no lo hacen deberán estar preparados para hacerlo cuando la Corte solicite tal información.Los Estados Partes podrían también necesitar leyes que permitan a las personas especificadas por la Corte para presenciar y asistir en el proceso de ejecución, luego de el Estado Parte   Consultado

. Estas personas incluirán a personal de la CPI, tales como el Fiscal y Fiscales Adjuntos. Podrían también incluir al Abogado Defensor, en el caso de una persona investigada por la CPI, cuando sea una orden o solicitud de cooperación de la Sala de Cuestiones Preliminares de conformidad con el artículo 57 del Estatuto.

En líneas generales, los artículos 94 y 95 del Estatuto de Roma facultan a los Estados para aplazar la ejecución de las solicitudes en ciertas situaciones. El artículo 94 describe la situación en que la solicitud interfiera con una investigación o enjuiciamiento en curso de un asunto distinto.

En el caso anterior el Estado requerido  podrá consultarlo ante la Corte Penal Internacional  y acordar un periodo de tiempo de prórroga  para la ejecución. Este periodo no excederá  de lo necesario para concluir la investigación o el enjuiciamiento de que se trate la ejecución de la solicitud. El Estado requerido podrá también prestar asistencia con sujeción a ciertas condiciones, en el caso en que decida prestar la asistencia de inmediato.

El artículo 95 describe el caso en que la solicitud de asistencia se aplace por estar pendiente la impugnación de admisibilidad de la causa. La Corte Penal Internacional es competente para decidir todos los asuntos jurisdiccionales que le conciernen.

Sin embargo, el Estado requerido podrá suspender la ejecución de una solicitud por estar pendiente una decisión de la Corte, a no ser que la Corte haya resuelto expresamente que el Fiscal puede recolectar prueba antes de que la Corte decida sobre la admisibilidad del asunto. En otras palabras, podría ser confuso ante tal situación si quien investigara el asunto sería la CPI o una autoridad nacional estatal.

Finalmente, por las razones anteriores los Estados podrán esperar hasta que se determine definitivamente la competencia de la Corte Penal Internacional, antes de que la ejecución de la solicitud sea obligatoria, según la parte 9 del Estatuto, salvo que la Corte disponga lo contrario.

Rommelsantosdiaz@gmail.com

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Opinión

La montaña parió un ratón

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Por Nelson Encarnación

Dos cosas resaltaron durante el muy pregonado encuentro de la alianza opositora, publicitado días antes con una rimbombancia de tal calibre, que lo menos que se podía esperar como resultado era la compactación de una candidatura unitaria para enfrentar la búsqueda de la reelección del presidente Luis Abinader.

En lo que concierne a esas expectativas, se puede afirmar—con el lugar común— que “la montaña parió un ridículo”, puesto que el anuncio de grandes acontecimientos alrededor de la alianza, a la postre, terminó convertido en agua de borraja.

Es decir que la población que dio seguimiento al anuncio del encuentro, y los opositores que se formaron alguna idea, terminaron intrigados respecto de si la convocatoria fue para leer un documento que bien servía como sustento para un buen comunicado de prensa.

Suponemos que la plantilla de seguidores de los tres principales partidos signatarios de la alianza Rescate-RD ha terminado más confundida que antes del encuentro, puesto que se formó la idea de un gran frente electoral que compactara a la oposición, empero notó que siguieron tan separados como llegaron a la reunión.

Que la oposición presente tres candidaturas separadas con la perspectiva de unificarse en una en la eventual segunda vuelta, deja un escenario más favorable a los intereses electorales del Partido Revolucionario Moderno, habida cuenta de que la oposición unida en decenas de municipios y distritos no pudo vencer al oficialismo en febrero pasado.

De modo que no hubo tal compactación con fines electorales prácticos; esa compactación es solo en términos de imagen y de enviar mensajes, pero los comicios se ganan con sumando votos, no ideas comunes, que fue lo sucedido en el encuentro opositor.

El otro meta-mensaje de ese encuentro lo tenemos en el saludo de los expresidentes Leonel Fernández y Danilo Medina, al cual le faltó la efusividad que caracteriza los reencuentros.

Lo que se pudo observar es que Danilo quiso abrazar a Leonel, mas este extendió un saludo cordial, muy distante de la señal clara que esperaban sus seguidores acerca de un real reencuentro.

El problema es que todavía están frescas las diferencias que causaron la división del Partido de la Liberación Dominicana, consecuencia de la cual fue la fundación de la nueva organización Fuerza del Pueblo.

¿Es tan sencillo echar tierra a agravios tan feroces? Casi imposible.

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