Pedido de aborto en Colombia. En varios países de latinoamérica exigen aborto libre. / AFP
Washington, Estados Unidos.-El derecho al aborto comienza una prueba de fuego este miércoles en Estados Unidos, cuya Corte Suprema reestructurada por Donald Trump podría comenzar a revertir casi 50 años después la legalización de la interrupción del embarazo en todo el país.
El máximo tribunal examinará una ley de Louisiana que puede conducir al cierre de dos de las tres clínicas de aborto en este estado conservador del sur.
Más allá del problema local, «el caso es importante porque esta ley es más o menos idéntica» a una ley de Texas que la Corte invalidó en 2016, explica a la AFP Mary Ziegler, profesora de derecho en Universidad de Florida.
Desde ese momento hasta ahora, el presidente republicano, que sumó a la derecha religiosa a su causa al mostrar una oposición frontal al aborto, hizo inclinar la balanza del tribunal hacia el lado conservador al nombrar a dos magistrados con posturas tradicionales.
«¿Esta reorganización conducirá a un cambio en la jurisprudencia?», se pregunta Ziegler. Su decisión mostrará «hasta qué punto la Corte toma en serio sus decisiones pasadas» y, en particular, su decisión histórica de 1973 en el caso Roe v. Wade, que reconoció el derecho de las mujeres a abortar, agrega la académica.
Esperado en junio, a pocos meses de las elecciones presidenciales, el fallo no hará cesar los debates entre los candidatos sobre este tema que divide profundamente a los estadounidenses.
– «Ataques sin precedentes» –
El gobierno de Trump, que cuenta con los votantes evangélicos para ser reelecto, apoya a Luisiana.
Además, más de 200 congresistas republicanos y dos demócratas pidieron a la corte que considerara volver a la situación de antes de 1973, cuando cada uno de los 50 estados era libre de prohibir la interrupción voluntaria del embarazo.
Este caso «ilustra el carácter imposible del ‘derecho al aborto’ definido en Roe» y «la necesidad de que el Tribunal» piense en anularlo, escribieron a la corte en un documento.
Por el contrario, los defensores del derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos esperan que el alto tribunal ponga fin a la ofensiva antiaborto en curso en muchos estados religiosos en el sur y centro del país.
«Estamos presenciando ataques sin precedentes contra los derechos de las mujeres», dijo Travis Tu, abogado del Center for Reproductive Rights, que defiende a los demandantes. «Es esencial que la Corte Suprema intervenga y recuerde que las mujeres tienen el derecho constitucional de optar por abortar».
– «Lo desconocido» –
La audiencia se centrará en una ley adoptada en 2014 por Luisiana para obligar a los médicos que realizan abortos a obtener una autorización para ejercer en un hospital ubicado a menos de 50 kilómetros del lugar de la intervención.
Para Tu, se trata de un pretexto para cerrar las clínicas y solo un centro de salud y un médico podrían continuar practicando abortos en todo ese estado, donde se realizan alrededor de 10.000 abortos cada año.
Luisiana invoca la necesidad, en caso de complicaciones, de poder transferir a las pacientes a hospitales vecinos. El estado sostiene que la ley permitirá también «evaluar la competencia» de los médicos.
Tratada como urgente, la Corte Suprema había impedido su entrada en vigor en febrero de 2019 por una pequeña mayoría (5 votos de 9) sin pronunciarse sobre el fondo.
Los jueces nombrados por Trump, Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh, votaron a favor de Luisiana, pero, inesperadamente, el presidente de la corte, John Roberts, se unió a sus cuatro colegas progresistas para bloquear la ley.
Este magistrado conservador, que votó a favor de la ley de Texas en 2016 pero está muy apegado a la imagen de la Corte, es por tanto el foco de toda atención.
«Es un poco el desconocido» de los debates, dice Ziegler.
– «No es realista» –
Además de pronunciarse sobre esta ley, la corte acordó responder una pregunta sobre la legitimidad de los médicos para acudir a los tribunales para defender el derecho al aborto.
Luisiana cree que «los médicos no actúan en interés de las mujeres», dijo Ziegler. Si la Corte se adhiere a esta idea, «podría sugerir que está abierta al argumento de que el aborto es malo para las mujeres».
En un ámbito práctico, esto complicará cualquier demanda futura, agrega Tu. «Cuando una mujer busca abortar, no es realista pensar que encontrará un abogado y que podrá acudir a los tribunales para defender sus derechos».