Opinión
El Estado dominicano ¿Es realmente un Estado fallido?
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Por Ismael Batista
Donde no hay desarrollo sustentable de las fuerzas productivas no será posible la configuración de un Estado capaz de implementar políticas de independencia, desarrollo y de servicios demandado por la sociedad
En su libro de carácter histórico y económico: “Capitalismo Tardío en la Republica Dominicana”, Juan Bosch, resalta datos para que se tenga una idea del atraso material en que se desenvolvía el Estado dominicano en los anos que hace referencia. El autor relata que: “El capitalismo comenzó a conocerse en el país a partir de 1874.” Y continua diciendo: “Para el año 1893 en la ciudad de Santo Domingo había 134 carretas, entre ellas se encontraban, las destinadas a la recogida de la basura de la ciudad primada de América y se alumbraba con faroles que podrían ser de querosene o de carburo.”
Como puede apreciarse, era extremo el escaso desarrollo material del país a 49 años de la creación del Estado dominicano y 30 de la Restauración de la republica.
Ahora bien, ¿Por qué Republica Dominicana es un Estado débil?
La burguesía dominicana a todo lo largo de nuestra historia republicana ha sido ineficaz en aunar esfuerzos en dirección a la configuración de un estado fuerte y funcionable, pues, la inestabilidad sociopolítica ha marcado el rumbo tortuoso del acontecer nacional en menoscabo de forjar la nación. Es lo que ha derivado en las intervenciones económica y militar, como son los casos de famoso préstamo de la Hartmon pactado por Buenaventura Báez y renegociado, por fanes continuista de los presidentes Ulises Heureaux y Horacio Vásquez quienes le asestaron un duro golpe al proceso de conformación del Estado dominicano hipotecando la soberanía económica de la nación, provocando con ello la intervención militar norteamericana y el surgimiento de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.
En las actuales circunstancia del planeta de hoy, que vive el furor de la tecnología, el intercambio comercial y la cooperación de las naciones, es un buen escenario para la Republica Dominicana implementar la tecnificación del aparato reproductor, para de esta manera incrementar la producción y el desarrollo de las fueras productivas, para continuar impulsando las base para constituir un Estado fuerte con instituciones solidas. Pero la clase política dirigente se diluye en una práctica política clientelar y corrupta que socava la esencia de las frágiles instituciones existentes, lo que se convierte en obstáculo para dar los pasos firmes para lograr la construcción de un Estado fuerte.
La clase gobernante dominicana es un ilustrado ejemplo de no asimilar o asumir su rol gerencial en la configuración, administración del Estado y sus bienes, como lo demuestra la entrega de recursos mineros, en onerosas contrataciones ilícitas, a empresarios foráneos, en desmedro del patrimonio nacional como es el caso de la Barrick Gold.
En consecuencia, tenemos un Estado que bien, se le puede adjudicar el adjetivo de fallido, en primer orden, porque no posee soberanía económica y segundo, está integrado por instituciones frágiles, con desempeño insuficiente en el orden de oferta y mantenimiento de los servicios sociales para los cuales fueron creadas. De tal manera que de acuerdo a informes de organismos internacionales, la Republica Dominicana, en materia de los indicadores de servicios básicos, vale decir, salud, educación y seguridad alimentaria, entre otros, está ubicada en niveles precisos, para formar parte del listado de los Estados fallidos.
El autor es Médico