Opinión
El penco candidato y el yo de Danilo
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6 años agoon
Por Andrés L. Mateo
La palabra candidato viene del latín “candidatus”, y es la persona que pretende alguna dignidad, honor o cargo; y que, en el caso del Imperio Romano, era propuesta sin que lo solicitara. Su raíz lingüística es “Candidus” que, aunque usted no lo crea, quiere decir blanco, de color de nieve o leche, sencillo, sin ninguna malicia o doblez. En la Roma antigua el candidato se vestía de blanco, y su vestidura celeste ponía distancia de la ambición y el engaño. Ser candidato era la proclama más inocente que existía del narcisismo virginal. Como si la candidatura llegara de fuera, y deslumbrada por el esplendor de sus valores se posara en el brillo personal del elegido.
Todos sabemos que no es así, y hoy como ayer en Roma, la conveniencia sin ningún miramiento ético deja fuera toda posibilidad de juzgar de acuerdo con una escala de valores, porque los candidatos de ahora son fieras vitrificadas, tígueres bimbines que se desayunan con tachuelas y ni siquiera eructan. Es lo que sentí oyendo y mirando el discurso de Danilo Medina. Desplegó su YO en más de cuarenta y ocho ocasiones, y sustituyendo al candidato en medio de su ira sagrada, le aplastó la mística arboladura que cualquier candidato carga desde el Imperio Romano hasta nuestros días, aunque él mismo no lo sepa. Primero dijo que quien debía haber hablado en ese acto era el “candidato”, y que “para protegerlo hablaría él”. ¿De quién lo protegía? ¿Si empleáramos la “Simbólica del mal”, de Paul Ricour, sería de él mismo, de la ineptitud del candidato de quien Danilo Medina lo protegía? ¿Entre el sentido explícito y el implícito, no era una manera de Danilo Medina decir que el verdadero candidato era él? Luego, se atragantó en su YO. Cuarenta y ocho veces nos estrujó su YO filoso. No era la acción del estado quien realizaba las obras de las cuales se vanagloriaba. Ese YO es solo un Dios, demiurgo, inflado como un paño sagrado.
El calvario del YO en el dificultoso pensamiento de Danilo Medina lo que pone en evidencia son sus pobrezas mentales, sus atrasos. Y su comportamiento autoritario. La neurolingüística moderna ha establecido los límites y las angustias de un hablante que se enchiva en el YO; y la vertiginosa perplejidad de quien no alcanza a ver más allá de sus propias narices. Un hombre cuya mentalidad no pasa del siglo XIX no puede advertir que el YO sobreimpuesto lleva implícita la omisión de alguien, que puede ser el Estado, o el Candidato; porque un gobernante cuya mentalidad es decimonónica tiene una idea patrimonialista del estado, una práctica instrumental y corrupta. Su megalomanía lo ha llevado a creer todo lo que sus panegiristas y publicistas han zurcido sobre su grandeza, a un costo casi demencial que el país ha pagado con sacrificios, para erigir el super YO inaguantable y lejano. Mientras decía su discurso el Yo desplegado era un Dios tutelar, un ser sobrenatural que prefigura los hechos en el silencio, porque él se cree el Estado, prostituyendo la frágil estructura institucional que desde el 1844 se ha estado fraguando en una nación casi anómica. Por eso, porque el Estado es suyo, Danilo Medina proclamó: “Yo gano las elecciones”, no el mequetrefe de candidato que tenía ahí sentado.
En el final del discurso miró al candidato con ojos de ternero degollado, y le llamó “Penco”, hundiéndose en la trampa de las expresiones sociolectales, porque si en el sur “penco” podría ser algo grande y destemplado; en el norte del país “Penco” es lo que en las acepciones de la Academia de la Lengua se señala: “Caballo flaco, desgarbado, inútil”.
Por Isaías Ramos
Hay épocas en la vida de un pueblo en las que tolerar el abuso y la indiferencia se convierte en una forma silenciosa de autodestrucción. Tolerar el abuso es normalizarlo.
En esos momentos, la historia se vuelve espejo y advertencia: cada generación decide si honra su pasado o lo traiciona. La República Dominicana, nación nacida del sacrificio y la visión de quienes pusieron la patria por encima de sus vidas, enfrenta hoy una crisis moral que amenaza los cimientos de su identidad.
Durante las últimas décadas, una élite política y económica ha cultivado una insensibilidad inquietante ante el hambre, la miseria y el sufrimiento del pueblo, mientras sus lujos y excesos contrastan con la lucha diaria de millones de dominicanos que sobreviven entre salarios precarios, servicios públicos debilitados y promesas que no se cumplen.
Esa élite, escoltada por oportunistas de turno, parece dispuesta a conducir al país al deterioro antes que renunciar a su avaricia o asumir la responsabilidad de sus actos. Su respuesta ante el llamado a rectificar es la burla; su reacción ante la crítica, el desprecio. Duarte lo dijo con precisión: “Sed justos lo primero, si queréis ser felices; y sed unidos.”
Cada aniversario de la Constitución se ha convertido en un doloroso espectáculo. Funcionarios que deberían ser guardianes de la legalidad celebran la Carta Magna mientras la ignoran, como si la ley fuera un adorno y no la columna vertebral de la República.
Sánchez murió fusilado defendiendo la legalidad; Duarte murió pobre defendiendo la dignidad; Mella murió joven defendiendo la libertad. Y, sin embargo, hay quienes se pasean como dueños de un país que no les pertenece, creyéndose inmunes al juicio ciudadano y a las consecuencias de la historia.
Lo que vivimos no es sólo una crisis económica o política. Es una crisis de sentido, una degradación profunda del alma colectiva. La corrupción normalizada, la impunidad y el desprecio por la verdad han erosionado la fibra ética de la nación.
Luperón lo expresó con contundencia: “No hay patria donde no hay civismo.” El ejemplo de los que mandan educa; y cuando educa en la arrogancia impune, siembra desorden.
Pero este país nació de una visión moral. Nació para ser una república libre, una sociedad justa, una patria donde la dignidad humana sea sagrada. Los padres de la patria no buscaron privilegios: buscaron redención nacional.
Este no es un llamado a la confrontación ni al odio ni a la división. Es un llamado a despertar. Convoca a todos —también a quienes sirven con honestidad— porque la patria necesita suma, no excusas.
Hoy, más que nunca, debemos recuperar la conciencia moral que movió a los fundadores, recordar que ningún poder es eterno y que ninguna injusticia prevalece cuando un pueblo abre los ojos. Defender la Constitución no con discursos vacíos, sino con acciones.
Acción cívica, aquí y ahora: Infórmate. Exige. Participa. Cada gesto cuenta; cada voz recta fortalece la República.
Duarte habló sin rodeos: “Vivir sin patria es lo mismo que vivir sin honor.” Y hoy añadimos: vivir sin conciencia es dejar la patria en manos de quienes desangran la dignidad de la República. La República Dominicana no está perdida. La patria está herida, pero no vencida; espera que sus hijos tengan el valor de salvarla con la fuerza de la ley y la altura del ejemplo.
Un país vale lo que vale la dignidad de su pueblo. Este pueblo —trabajador, creyente, noble y resistente— merece un futuro que honre su historia. La patria no está perdida si cada uno da un paso hoy. En el Frente Cívico y Social trabajamos día a día para elevar la conciencia moral y patriótica de nuestra nación, convencidos de que la restauración de la dignidad nacional es una tarea colectiva y urgente.Si la dignidad despierta, despierta la República.
Despierta, RD
Por Oscar López Reyes
El Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) ha estado galopando bajo un ruido ensordecedor, como aquel que se escucha cuando los vagones cruzan sobre los rieles de acero de un sistema ferroviario. Un nuevo presidente (2025-2027), el profesor Luis Pérez Novas, ha aceptado la apuesta de tirarse encima un pesado equipaje en un viaje que, para arribar a buen puerto, urge la eficiencia, la fiabilidad y la rentabilidad.
El CDP yace en la camilla del moribundo. Echarse a un lado en esta circunstancia, para que la locomotora de combustibles fósiles lo aplaste y triture, agravará todos los sistemas de señalización, un obstáculo rodante para vadear puentes y túneles. Al asumir el cargo, a los presidentes se les conceden 100 días para ver qué pasará por las estaciones. El buen juicio recomienda que coadyuvemos en el diseño de un enfoque holístico, para que haya una prueba de mutación o, por lo menos, una mejora tangible.
Tenemos que ayudar a superar los lastres pretéritos, que nos han estado socavando. Para finiquitarlos, se precisa conocerlos, y transitar sobre ellos en la autocrítica sin sectarismo grupal. Estos son ellos:
Primero: Apuro ético-moral
1.- Ausencia de educación ético-profesional y de sanción acogiéndose al Código de Ética.
2.- Pérdida de autoridad del CDP.
3.- Disminución del activismo gremial y la movilización socio-comunitaria y profesional.
Segundo: Incapacidad gerencial
1.- No ha sido lograda ninguna conquista de trascendencia en el CDP en últimas décadas.
2.- Mostrada incompetencia para cobrar el 0.5 de la publicidad insertada por los medios de comunicación.
3.- Incapacidad para dar seguimiento a viejos proyectos y poner en marcha otros, con base en la planificación estratégica.
Tercero: Ausencia de liderazgo motivador
1.- Postura conservadora e individualista de periodistas con vasta experiencia profesional y gerencial, porque rehúyen al sacrificio y a las injurias y desconsideraciones de colegas en la competición electoral.
2.- Permanencia de la misma cúpula en la dirección del CDP, que se exhibe anquilosada y desgastada.
3.- El tradicional liderazgo idealista y revolucionario ha sido diezmado por el cruce del tiempo y por su desaparición física, junto con la reducción del dinamismo socio-gremial. No ha emergido una robusta generación de jóvenes con un liderazgo carismático y transformacional, en virtud de que la inmensa mayoría de los egresados universitarios en comunicación social piensa primero en la faceta monetaria, orillada en el activismo de las redes sociales y el lenguaje de la viralidad. Este fenómeno refleja una desconexión del CDP con los nuevos valores de la comunicación.
Cuarto: Crisis de imagen y credibilidad
1.- Bajísima asistencia a actividades institucionales y a las votaciones electorales. En las elecciones celebradas el viernes 29 de agosto de 2025, apenas sufragó el 27% de la membresía del CDP.
2.- Imperceptible nivel de pago de las cuotas mensuales de los miembros del CDP.
3.- Un alto porcentaje de egresados de las escuelas de comunicación social no ingresa a la organización, señalando que no le aporta ningún beneficio, e integrantes de la vieja guardia solo recuerdan al CDP cuando sufren persecución, agresión o apresamiento, o para solicitar auxilio por enfermedad y pensión.
Cinco: Casa Nacional del Periodista
1.- Deterioro físico muy pronunciado de la Casa Nacional de Periodistas. Se cae a pedazos.
2.- El local ha sido hipotecado parcial e ilegalmente.
3.- Los miembros del CDP no se animan a celebrar cumpleaños, bodas ni otras actividades en sus instalaciones, porque no tiene una buena imagen de marca.
Respuestas con las valijas sobre los trenes de las vías férreas:
1.- Imperiosidad de renovación en el cambio intergeneracional, comenzando con la modificación de la Ley 10-91, que creó al Colegio Dominicano de Periodistas (CDP).
2.- Forjar y proyectar a una nueva generación gremial, con la renuncia aspiracional de la vieja cúpula.
3.- Lograr el ingreso al CDP del mayor número de egresados de las escuelas universitarias de comunicación social.
4.- Establecer una alianza con el sector empresarial mediático en todas las áreas.
5.- Dar apertura a una Escuela de Formación Gremial.
Juzgue usted…
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Autor: Expresidente Instituto de Previsión y Protección del Periodista (IPPP), del Tribunal Disciplinario (dos veces) y del Comité Ejecutivo del CDP.
Opinión
Reforma de las Naciones Unidas: perspectivas (1 de 2)
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2 días agoon
noviembre 13, 2025Por Rommel Santos Díaz
Uno de los procesos más difíciles, y a la vez necesarios , es impulsar un profundo sistema de reforma de las Naciones Unidas. Hasta ahora es muy poco lo que se ha podido hacer debido a que las disposiciones de la Carta establecen que cualquier proceso de reforma debe contar con la aprobación de las 2-3 parte partes de los miembros de las Naciones Unidas, asi como el voto afirmativo de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad.
La primera crítica que se hace se refiere al estado actual del Consejo de Seguridad, y especialmente al derecho de voto permanente y veto que tienen Estados Unidos, Rusia, Francia, China y Reino Unido. En varias ocasiones la Naciones Unidas ha dejado de actuar con rapidez debido a que algunos de estos países no está dispuesto a apoyar una medida determinada.
A pesar de que las propuestas de cambio son muchas, una que debe ser descartada es la posibilidad de que se suprima el derecho de veto puesto que ello requeriría de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad accedieron a ceder su privilegio.
La única posibilidad de modificar la actual estructura de dicho órgano es ampliar el número de miembros permanentes y no permanentes. Sobre esto, existen dos propuestas principales (i) que Alemania y Japón se conviertan en miembros permanentes del Consejo de Seguridad, o (ii) que se cree un puesto permanente para cada una de las tres regiones que no están representadas , a saber, América Latina y el Caribe, África y Asia. De esta forma las regiones podrían ser miembros permanentes del Consejo de Seguridad con derecho a veto.
Dentro de los otros cambios que se están debatiendo, destaca el de dar un mayor poder al Presidente de la Asamblea General , para que tenga un mayor nivel de incidencia en la agenda de las Naciones Unidas, así como una mayor capacidad para proponer acciones que el Consejo deberá tomar en cuenta.
Gran parte de estas propuestas se encuentran en la Resolución 58-126 sobre Revitalización del trabajo de la Asamblea General, incluyendo la cooperación y coordinación entre la Asamblea General y el Consejo de Seguridad , así como el papel del Presidente de la Asamblea General.
Otro cambio, se refiere a la creación de una fuerza militar permanente de Cascos Azules, con la capacidad de tomar acciones de manera inmediata. Para agilizar su proceso, se viene discutiendo la posibilidad de que, bajo ciertas circunstancias, la Asamblea General pueda autorizar el accionar de estas fuerzas.
Cabe destacar que dentro de este debate, se ha venido trabajando en propuestas para una mayor participación de transnacionales y de organismos de la sociedad civil. Con relación a las transnacionales, y de acuerdo con la Declaración del Milenio, se pretende involucrar a las empresas para que participen activamente en la implementación de ciertos programas sociales de la ONU.
rommelsantosdiaz@gmail.com
