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Medidas del Gobierno colocan a más vulnerables en dilema de si dejarse morir de hambre o ariesgarse a la contaminación. – La Republica Online

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Medidas del Gobierno colocan a más vulnerables en dilema de si dejarse morir de hambre o ariesgarse a la contaminación.

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El presidente de la República Dominicana, Danilo Medina, anunció anoche una serie de medidas económicas y sanitarias, que si bien es cierto que constituyen un paliativo, son insuficientes para contrarrestar la amenaza que representa para el país el Covid-19.

En el orden económico no se entiende la timidez del presidente para disponer la entrega de  una cantidad de  dinero que represente por lo menos una suma idónea en función del valor de la canasta familiar, que está valorada en unos 28 mil pesos mensuales.

Como se habla de 15 días de cuarentena lo ideal fuera que el jefe Estado hubiese dispuesto entregar por lo menos 15 mil pesos durante un periodo de dos meses o cuando menos 10 mil pesos mensuales para poder lograr aislar a la gente para evitar el contagio.

 Los beneficiarios de la tarjeta Solidaridad sólo recibirán un aumento de la pírrica suma de  de  3 mil 500 pesos adicionales a los mil 500 que reciben para alcanzar la suma de cinco mil pesos, lo cual no constituye una garantía para que la población más carenciada se  quede tranquila en su hogar hasta que se pueda superar el pico en el contagio en la República Dominicana.

La otra medida que dispuso el presidente Medina es pagar 8 mil 500 pesos a los trabajadores formales e informales, cuyos primeros deben también ser auxiliados por los propietarios de empresas, quienes están obligados a completar el mínimo salarial que establece la ley.

Esta última medida parece más realista, aunque tampoco alcanza una cantidad que pueda servir de mucho, sobre todo si se toma en cuenta que el Gobierno no ha liberados a los trabajadores del pago del servicio de agua y energía eléctrica, pero de cualquier modo es un paliativo a una crisis que impacta muy peligrosamente la economía y la vida social de los dominicanos, dado que el país está prácticamente cerrado por las amenazas que implica el Covid-19.

La pregunta que muchos economistas se han hecho sobre estas medidas económicas del Gobierno es qué mecanismo de ejecución se aplicará para poner en funcionamiento lo anunciado en su discurso a la nación, porque las cosas no parecen tan sencillas.

Los especialistas en asuntos económicos no se explican la timidez del presidente Medina en cuanto a financiar por un tiempo relativamente corto a los más necesitados y que viven del día a día, sobre todo cuando ha decidido pagarle a Odebrecht la suma de 395 millones de dólares precisamente en medio de la llegada al país del coronavirus.

Es menos entendible que en un país donde hay un gran dispendio de dinero no haya la voluntad de socorrer a los más necesitados para evitar una propagación de la enfermedad que podría ser catastrófica para la nación.

La timidez del Gobierno en el manejo de una enfermedad altamente contagiosa podría colocar a la mayoría de la gente en el dilema de si permanecer en cuarentena para evitar el contagio y morirse de hambre encerrada en sus hogares o en cambio salir a las calles a buscar la comida de su familia

En lo que respecta a esta dualidad habría que preguntarse si hay que ser un mago para entender ese detalle del problema, porque en realidad de lo que se trata es de la recurrencia al sentido común para entender lo que le podría sobrevenir al país.

En lo que respecta a las medidas sanitarias, se debe destacar que el esfuerzo del Gobierno es para evitar un contagio generalizado de la población, por lo que se impone disponer que la prueba sea mediante un procedimiento lo mas sencillo posible, lo cual se inscribe en lo decidido de contar con la prueba rápida que se inicia este miércoles, siempre de acuerdo a lo dicho por el presidente Medina, pero ésto siempre debe estar sujeto a un protocolo a seguir.

En lo que se refiere a que el Estado cubra el costo de la prueba en los laboratorios autorizados es  muy atinado y racional, ya que la gran mayoría de los dominicanos no tiene los recursos para costear ese examen.

Sin embargo, la medida de que sólo se les haga a los que cuenten con una prescripción médica crea otro cuello de botella que provocaría exactamente lo contrario de lo que se busca para evitar el contagio que es la aglomeración de gente.

El presidente debió abrir la prueba  a todos los dominicanos aunque para hacerse la misma se siga un protocolo que no complique la situación, porque la clave en este momento es determinar cuál el alcance de los contagios para contrarrestar la pandemia sobre la base de un panorama lo más claro posible.

Lo que parece correcto es que los que padecen alguna condición como diabetes, hipertensión arterial y problemas renales tengan prioridad para hacerse la prueba, a fin de avanzar con un diagnóstico de los pacientes más vulnerables frente a la pandemia.

En estos momentos  el país ya está en la fase cuatro del brote, cuya circunstancia impone que las medidas sean lo suficientemente prudentes para evitar consecuencias desastrosas, no solo sanitarias y sociales, sino también económicas.

Una cosa que no parece muy prudente es la distribución de alimentos cocidos y crudos a través del Plan Social de la Presidencia, porque esta medida crea también aglomeramiento de gente y en consecuencia se usa incorrectamente lo contrario de lo que se le pide a la población, lo cual resulta contradictorio y poco comprensible.

Este tipo de error, el cual es de sentido común, no tiene ninguna justificación en virtud de que el presidente Medina en su discurso haya dado una excusa por cualquier error que se cometa, pero no se puede incurrir en el mismo deliberadamente para luego pedir pendón.

Ahora habría que esperar los resultados de las medidas dispuestas por el mandatario, porque los días hablarán por sí solos y entonces se medirá si el Gobierno actúa correcta o incorrectamente, pero se ve que se han tomado algunas decisiones que más que atacar la deficiencia que se pueda tener ante la llegada del coronavirus, lo que se hace es profundizar las mismas.

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