Por Narciso Isa Conde
El FMI es uno de los instrumento por excelencia de la recolonización neoliberal con impulsos globales.
Recurrir a ese organismo no es propio de presidentes soberanos, sino de los nuevos gobernadores de colonia, dada la negación de autodeterminación y el poder destructivo de seres humanos y del patrimonio que implican sus nefastos ajustes.
Danilo Medina optó por esa ruta en un contexto de crisis sistémica todavía peor que todos los anteriores, por lo que los “recortes” a imponer serán más drásticos si se empecina en cobijarse bajo ese paraguas para recibir sus financiamientos y sus bendiciones para seguir endeudando más al país.
Anunciada esa negociación ominosa, que nadie se crea el cuento de un “nuevo modelo” a cargo del danilismo y sus afines, ni siquiera de una reforma fiscal integral que no implique empobrecer mas a los/as de abajo y del medio.
El FMI del planeta Tierra, que no es igual otro que se llame así en Saturno, exige el pago religioso de la onerosa deuda externa, el relleno de las troneras fiscales y la superación de los déficits que erosionan la “estabilidad macro-económica”, a base de reducir los subsidios, limitar programas sociales, aumentarles las facilidades al capital expoliador, tarifas mas altas en los servicios públicos y mayores impuestos al consumo.
El FMI ofrece su “auxilio” financiero a cambio de todo eso y más, lo que le impone una camisa de fuerza externa a cualquier plan de reforma fiscal de factura nacional.
El pacto con el FMI, la Constitución vigente y la Estrategia Nacional de Desarrollo, asumidas a gusto por el nuevo presidente, no da otra cosa que no sea más que capitalismo neoliberal en crisis y recolonización en mayor es dimensiones.
Lo demás es pura retórica sin base real, fuegos artificiales, burbujas diversionistas. Disfraces, envolturas, adornos.
En esta ocasión, recurrir al FMI le sirve también a este gobierno para encubrir las grandes estafas de sus compañeros/as de partido, los desfalcos y los robos acumulados en la cuentas estatales a causa del dolo peledeísta. Porque el FMI se compromete a guardar el secreto que los perjudica y sabe ser cómplice de los gobernadores de colonia. Así lo establecen sus normas en el caso de las negociaciones bilaterales con gobiernos.
El FMI es antitesis de transparencia y factor de complicidades cuando se trata de encubrir a los responsables y beneficiarios específicos de los desastres en las cuentas nacionales deficitarias.
Su misión es ser agente de cobro de la deudas acumuladas y onerosa empresa de “bacheo” para rellenar los hoyos financieros a través de imposiciones de mas sacrificios a las fuerzas del trabajo en beneficio del gran capital.
Su misión es recetar para que la crisis provocada por los de arriba, le caiga a los/as de abajo.
No habrá, en consecuencia, “reforma fiscal integral”, mucho menos reforma favorable al pueblo, sino nuevos remiendos: paquetazos, tarifazos y recortes al vapor; acompañados de nuevas formas de encubrimientos de los delitos de Estado y de algunas envolturas edulcoradas junto a débiles compensaciones asistencialistas, que hagan de paliativos de las recetas más irritantes y amargas.