Por Nelson Encarnación
El pasado mes de junio tuvimos la gratísima experiencia de visitar la Universidad Europea del Atlántico, en Santander, España, y pernoctar en sus instalaciones durante cuatro días que resultaron de incuestionable utilidad para conocer algunos de sus muy diversos programas.
Esa estancia nos permitió edificarnos sobre los procesos de enseñanza que desarrolla esa academia, lo mismo que saber de los proyectos de investigación científica, que son de los más importantes no sólo de la región cantábrica, sino de toda España.
Junto a los colegas Menoscal Reynoso y Domingo Gómez, además de circular el más reciente número de País Dominicano Temático, mantuvimos fructíferos intercambios con autoridades, académicos y estudiantes que nos dejaron una grata recordación.
La Europea del Atlántico es una de varias academias que Fundación Universitaria Iberoamericana (Funiber) tiene diseminadas en varias partes del mundo, enfocadas en una oferta curricular proyectada hacia el desarrollo y las necesidades actuales.
En ese sentido, Funiber tiene planeada la instalación de una universidad de clase mundial en la ciudad de La Romana, un proyecto que no ha arrancado debido a cuestiones logísticas que deben ser resueltas oportunamente.
La oferta académica de la nueva entidad educativa estará dirigida a las necesidades de la región este de la República Dominicana, lo que significa que el profesional que egrese estaría acorde a sus expectativas de formación.
Por ejemplo, una de las ofertas académicas que más llamaron mi atención durante la visita a la Europea del Atlántico es la referente al desarrollo de tecnología de alimentos.
Tengo entendido que en la academia a instalarse en La Romana se enfocarán en la formación de recursos en un área como esta que resulta muy importante en una zona con un turismo tan intensivo, tanto nacional como extranjero.
Es decir, que atender la formación de recursos en tecnologías de alimentos será un aporte importante para el fortalecimiento de una industria que demanda calidad y eficiencia.
Otro programa cuya dinámica despertó nuestro interés es la formación en la ciencia de la actividad física y el deporte.
Alguien podría reaccionar preguntando si es necesario estudiar una carrera universitaria para ser entrenador de algún deporte, pues se asume que esta es una actividad física no científica.
Sin embargo, no es así. Conocer el cuerpo humano no es una tarea solo de los médicos, sino que es relevante para un entrenador tener el mejor resultado de cara a cuidar a un atleta.
He querido resaltar, groso modo, algunas de las carreras que llamaron la atención durante aquella enriquecedora experiencia, y también para enfatizar sobre la relevancia que las mismas tendrán como parte del campus cuya instalación se tiene ideada para La Romana.

Desde 1950, tres años a posteriori de su creación -1947- la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos comenzó a instrumentalizar a periodistas para manipular y moldear a la opinión pública mundial, en una abominable labor de zapa, en el cenit geopolítico de la Guerra Fría entre dos superpotencias imperiales. Su proyecto primigenio, y el más escalofriante, ha sido la encubierta Operación Mockingbird, mediante la cual se ocultaron y tergiversaron informaciones para influir a favor de los designios norteamericanos, y desde 2019 ejecuta a gran escala una campaña de reclutamiento para difundir noticias y entretenimiento en redes sociales y plataformas streaming.
En el artículo anterior, “Cuando trabajar no alcanza”, mostramos lo esencial: en nuestro país hay trabajadores a tiempo completo que, aun cumpliendo con todo, no alcanzan el costo de la canasta básica. Hoy toca cerrar el círculo con una pregunta inevitable: si el Estado asegura que no tiene margen para indexar el ISR ni para acercar los salarios a la canasta, ¿cómo sí lo tiene para blindar exenciones y subsidios que ya rondan el medio billón de pesos al año?
A diferencia de la Corte Penal Internacional, cuyo estatuto es el resultado de varios años de debates y de la Conferencia de Plenipotenciarios, los tribunales Ad –Hoc para la Ex Yugoslavia y Ruanda son la expresión de una respuesta a dos situaciones específicas caracterizadas por la comisión de atrocidades en el territorio de estos países.