Surgido de las protestas estudiantiles de 2011, el ganador de las elecciones en Chile encabeza la irrupción de una generación de menores de 40 años que no vivió los horrores de la dictadura pinochetista
Cuando a Gabriel Boric le pidieron ser candidato presidencial, se negó. “No está dentro de mis intereses. Falta muchísima experiencia, muchísimo por aprender, de conocimiento del Estado”, le dijo a sus compañeros del Frente Amplio que le habían propuesto ser la carta del sector para enfrentarse a Daniel Jadue, del Partido Comunista, en la elección interna de la coalición Apruebo Dignidad. Forzado por la falta de figuras relevantes en su partido, aceptó. Y en julio de 2021, arrasó en las primarias: sacó el 60%, más de un millón de votos, ante el mejor candidato que había tenido el comunismo en sus 110 años de historia. Y no le fue mal en la carrera. Representante de una izquierda que no vivió los horrores de la dictadura de Augusto Pinochet, se ha convertido este domingo, con 35 años, en el presidente más joven de la historia de Chile, con casi el 56% de los votos.
El día de su triunfo en las primarias de julio, Boric citó en su discurso una famosa frase de Salvador Allende, el presidente socialista que el 11 de septiembre de 1973 fue sacado muerto de La Moneda por los militares golpistas. “Se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre y la mujer libre para construir una sociedad mejor”, dijo. No fue casual. Boric rescató durante la campaña la memoria de aquel Gobierno socialista de los setenta, pero rompió lazos con los partidos tradicionales que dirigieron la transición democrática a partir de 1990. Se consumaba así la irrupción en la alta política de la llamada “generación sin miedo”, aquella que supo de la dictadura por boca de sus padres o en lecturas escolares. Esa nueva generación de izquierda, muy joven y surgida en los claustros secundarios y universitarios, disparó contra el corazón de la transición chilena. La acusaba de no haber roto amarras con la impronta neoliberal que impuso a Chile el Gobierno militar, con un Estado mínimo, sin servicios públicos de calidad y familias endeudadas de por vida para pagar los estudios de sus hijos.
Boric nació en 1986 en Punta Arenas, región de Magallanes, en el extremo más al sur del país, en una familia de clase media acomodada. Hijo de un empleado petrolero de militancia demócrata cristiana, se inició en la política en el colegio. “Es una persona que surge como líder estudiantil desde muy joven, cuando vivía en Punta Arenas”, explica Claudia Heiss, jefa de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad de Chile. “Luego estudió Derecho en la Universidad de Chile [en Santiago] y en 2009 logró expulsar al decano, que tenía acusaciones de plagio y discrecionalidad. Eso no tenía antecedentes”, explica. En 2011, Boric se puso al frente, junto a otros dirigentes estudiantiles, de las protestas callejeras por mejoras en la educación pública. Su figura se agrandó.
Eugenio Tironi, catedrático de la Universidad Católica, dice: “Boric sería una versión corregida de [el activista francés] Daniel Cohn-Bendit, que hace el Mayo del 68 en 2011 y en lugar de irse a una comunidad hippie crea un partido”. Y continúa: “Se vende al sistema, pero no hace carrera dentro de los partidos tradicionales y funda [en 2017] una fuerza propia que es el Frente Amplio. Primero derrota al Partido Comunista en la interna, luego pasa a la segunda vuelta [tras la primera, del 21 de noviembre], rearticula después a todo el centroizquierda” y, finalmente, gana la presidencia.
En 2014, Boric juró como diputado, junto a otros líderes surgidos de las revueltas de 2011, como la comunista Camila Vallejo. Todos recuerdan aquel acto solemne, al que el hoy presidente electo decidió acudir sin corbata y con una chaqueta informal. Los políticos de toda la vida dispararon críticas contra él. Boric decía entonces que “el Parlamento chileno no representa la diversidad social, sino a una élite de Santiago, machista y, evidentemente, de clase alta”. En esos tiempos seguía de cerca el derrotero de Podemos en España y leía Construir pueblo de Íñigo Errejón y Chantal Mouffe. “Su referente es Errejón, no es Pablo Iglesias. No viene de familia comunista, de izquierda libertaria; viene de una clase media alta y nunca le hizo asco a un entendimiento con la socialdemocracia”, explica Tironi.PUBLICIDADÚnete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
En 2017, junto a su amigo y también dirigente Giorgio Jackson, logró 20 diputados en el Congreso. En octubre de 2019 salió otra vez a la calle, para participar de las revueltas sociales que hicieron tambalear al Gobierno de Sebastián Piñera. Y entonces se produjo el quiebre, el gran salto a la política. Boric mantuvo en el Congreso una conversación con el senador de derecha Juan Antonio Coloma y acordó como salida a la crisis cambiar la Constitución de Augusto Pinochet, vigente desde 1980. Su decisión, personal, arrastró al Frente Amplio a firmar el 15 de noviembre un acuerdo con todas las fuerzas políticas para convocar a la elección de una Asamblea Constituyente.
“Eso lo catapultó como candidato presidencial”, explica Heiss. “Dijo que había que buscar una salida negociada y firmó con la UDI [el partido tradicional más a la derecha del espectro político chileno]. Boric es razonable, dialogante, y ha aprendido de la complejidad de la política. Boric hablaba muy mal de los partidos y eso lo ha cambiado. Ha mostrado capacidad de hacer cosas que no gustan a sus bases, como el acuerdo del 15 de noviembre”, resume Heiss. De hecho, la firma lo distanció del Partido Comunista, que no apoyó el pacto. Y muchos de los estudiantes que lo seguían en ese momento lo consideraron un “traidor”. A fines de 2019, con las calles aún ardiendo, unos jóvenes lo increparon y agredieron en el centro de Santiago: “Vendiste al pueblo”, le gritaron, mientras le arrojaban cerveza a la cara. Boric se alejó entonces de la primera línea del Frente Amplio, a la que regresaría más tarde para ser candidato presidencial.
Apareció entonces el Boric más pragmático. Para la campaña por la segunda vuelta se acercó a los líderes de aquella Concertación que tanto había denostado, en un esfuerzo para ganar los votos del centro, que resultaron clave en su triunfo ante el derechista José Antonio Kast. Boric se puso un saco (americana) y una camisa y se reunió con el expresidente Ricardo Lagos, sumó el apoyo de la Democracia Cristiana y el Partido Socialista y recibió un espaldarazo público de la expresidenta Michelle Bachelet. Sus votantes pasaron a ser “chilenos y chilenas”, ya no “compañeros y compañeras”. Este domingo, se convirtió en presidente de Chile.
Buenos Aires, (EFE).- El juicio sobre la muerte de Diego Armando Maradona, en el que están acusados siete profesionales de la salud, prosigue este martes con las declaraciones de Andrea Flavia Jordan, agente inmobiliaria que gestionó el alquiler de la casa donde falleció el ídolo, y Santiago Giorello, propietario de la vivienda.
Flavia Jordan, quien testificará ante el Tribunal Oral de lo Criminal N°3 de San Isidro, en las afueras de Buenos Aires, habló con la fiscalía en 2021, en declaraciones a las que tuvo acceso EFE, que “la casa la eligieron Diego y Gianinna” y que el contrato fue firmado por Jana Maradona.
Gianinna y Jana son hijas de Maradona.
Otro de los testigos confirmados es Santiago Giorello, propietario de la vivienda, quien en diciembre de 2020 declaró que cuando fue trasladado allí el astro del fútbol había manifestado sus dudas sobre si la vivienda era adecuada “porque abajo había baño pero sin ducha”.
“Uno venía siguiendo por la tele que Maradona era una persona que salía de una internación, por eso tuvimos las dudas”, declaró entonces, y agregó: “Al día de hoy no sé cómo hizo para bañarse”.
“Se nos manifestó que él iba a tener asistencia médica permanente y que iba a haber una ambulancia. Yo, cuando fui ese jueves (19 de noviembre), no la vi por ningún lado”, afirmó.
Lo que dijeron los médicos
Este martes podrían sumarse otros testimonios si los querellantes repiten la estrategia de la audiencia anterior, cuando se llamó a declarar a Cristian Méndez (director de la Policía Científica cuando murió Maradona), el personal policial Valeria Stingo y Guadalupe Guillen y Juan Alberto Soto, encargado de la guardia del barrio cercado el día del fallecimiento, testigos que no habían sido anunciados de antemano.
Ante la queja de la defensa por la falta de previsibilidad, los jueces determinaron que no hay “obligación de avisar a los testigos citados”.
El guardia Juan Alberto Soto aportó las anotaciones realizadas el 25 de noviembre en su libro de actas, donde dejó constancia que a las “12:15 (del mediodía) llamó Maxi, secretario de Maradona, pidiendo que un médico entrara en el barrio. Se llamó al propietario Colin (Campbell Yrigoyen) del lote 36 para que se presente”.
Yrigoyen, médico y vecino del barrio de San Andrés, dijo que cuando acudió a reanimar al astro argentino no tenía signos vitales desde hacía “una o dos horas” e indicó que solo hubo ambulancias estacionadas en la puerta del domicilio durante los primeros dos días de la estancia de Maradona en el lugar, a diferencia de lo que se había anunciado previamente.
También declaró Carlos Pinto, doctor de la empresa especializada en emergencias médicas +Vida, quien constató la muerte tras llegar en una ambulancia con equipación médica.
Pinto dijo que, cuando llegó, hacía “más de dos horas” que Maradona estaba muerto, “por los signos de rigidez cadavérica”, que se manifiestan.
Maradona falleció a los 60 años el 25 de noviembre de 2020 y al momento de su muerte presentaba graves patologías hepáticas, cardíacas y pulmonares, según un informe forense presentado por la fiscalía.
Son juzgados en este proceso el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicoanalista Carlos Díaz, la doctora y coordinadora de la empresa Swiss Medical, Nancy Forlini, el médico Pedro Di Spagna, el coordinador de enfermeros Mariano Perroni y el enfermero Ricardo Almirón.
También está procesada la enfermera Gisela Madrid, quien solicitó un juicio por jurados y será juzgada en un proceso que empezará durante el segundo semestre de este año, una vez finalizado el debate principal.
Los jueces Maximiliano Savarino, Verónica Di Tommaso y Julieta Makintach deberán determinar si siete de los ocho acusados son culpables del delito de homicidio simple con dolo eventual, que tiene una pena máxima de 25 años de prisión. EFE
Cuba.-Los trabajos para restablecer el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) en Cuba tras el apagón total de la víspera avanzaron el pasado sábado de forma lenta y laboriosa, mientras la mayoría de la población de la isla permanece sin corriente cuando se cumplen 24 horas del colapso.
La grave crisis energética cubana -que se retroalimenta con la crisis económica que lastra al país desde hace cinco años- se evidenció con el cuarto apagón nacional en menos de seis meses, fruto de la desestabilización del sistema por una avería en una subestación de La Habana.
Hasta el momento, según el Ministerio de Energía y Minas (Minem) y la estatal Unión Eléctrica (UNE), se ha conseguido restablecer la corriente en zonas muy puntuales de casi todas las provincias del país, principalmente en torno a lo que las autoridades han denominado «centros vitales», como hospitales y centros de producción de alimentos.
En La Habana, donde el flujo había llegado durante la tarde a algunos barrios, un nuevo fallo durante las tareas de recuperación volvió a dejar sin corriente a toda la capital.
El director general de Electricidad del Minem,Lázaro Guerra, aseguró en la televisión estatal que algunas unidades de generación térmica están operativas y otras en proceso de arranque (aunque la mayoría aún no están operativas).
Sobre el horizonte temporal del apagón, Guerra evitó dar fechas concretas y reconoció que, aunque se han producido avances durante la jornada, y que siempre puede suceder algún imprevisto que retrase el restablecimiento del SEN.
A este respecto, el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, agregó que «durante esta noche y el día de mañana se estima la entrada progresiva del resto de las unidades».
En los últimos tres apagones nacionales, registrados en octubre, noviembre y diciembre de 2024, la UNE comenzó reactivando microsistemas (alimentados por grandes generadores que emplean fueloil o diésel) y luego procedió a interconectarlos y a llevar la corriente a las grandes centrales para poder encenderlas y sincronizarlas con el SEN.
Este complejo proceso de avance incierto -y en ocasiones con retrocesos- se prolongó durante varios días en los tres casos. El Gobierno llegó a suspender la actividad laboral y escolar en todo el país, algo sobre lo que las autoridades no se han pronunciado por el momento.
De acuerdo con el Minem y la UNE, la «desconexión» del SEN ocurrió sobre las 20.15 hora local (0:15 GMT) de este viernes, a raíz de una avería en la subestación de Diezmero, en las afueras de La Habana.
Esto provocó la salida en cadena de varias unidades de producción eléctrica con una «pérdida importante de generación en el occidente de Cuba» y, posteriormente, la «caída total» del sistema.
Crisis energética
El SEN se encuentra desde hace meses en una situación muy precaria por las frecuentes averías en sus siete centrales termoeléctricas, con décadas de explotación y un déficit crónico de inversiones, y por la falta de diésel y fueloil para sus motores de generación distribuidos por todo el país, porque el Estado no cuenta con las divisas necesarias para importar suficiente.
Expertos independientes explican que la crisis energética se debe a una infrafinanciación crónica de este sector, completamente en manos del Estado cubano desde el triunfo de la revolución en 1959. El Gobierno apunta a los efectos de las sanciones estadounidenses en este ámbito.
Según diversos cálculos independientes, el Gobierno cubano precisaría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares para reflotar el SEN, una inversión fuera de su alcance. Y cualquier solución sería posible tan sólo a largo plazo.
Los frecuentes apagones lastran la economía cubana, que se contrajo un 1,9 % en 2023 y no creció el año pasado, según estimaciones del propio Gobierno. De acuerdo a esas cifras, el PIB de la isla sigue por debajo de los niveles de 2019 y no lo superará este 2025, para el que el Ejecutivo prevé un avance del 1 %.
Los cortes también generan un fuerte descontento social y han sido detonante en los últimos años de inusuales protestas en la isla, como las masivas del 11 de julio de 2021, las del verano de 2022 en La Habana y Nuevitas (este) o las del 17 de marzo de 2024 en Santiago de Cuba (este) y otras localidades.
REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Siete personas murieron y al menos cuatro resultaron heridas en un ataque armado la noche del domingo en la comunidad de San José de Mendoza, en el municipio de Salamanca (Guanajuato, México), cuando una camioneta se detuvo cerca de la cancha de usos múltiples de la localidad y hombres armados comenzaron a disparar indiscriminadamente contra los presentes, informaron medios locales.
Entre las víctimas hay jóvenes, adolescentes e incluso al menos un menor de edad. Los servicios de emergencia, entre ellos la Guardia Nacional y la Cruz Roja, acudieron inmediatamente al lugar, donde se encontraron alrededor de 50 casquillos de rifles. Las autoridades locales restringieron el acceso a la comunidad e iniciaron operaciones de búsqueda de los atacantes, que huyeron en el mismo vehículo.
El alcalde de Salamanca, César Prieto, condenó el ataque y reiteró el compromiso de restablecer la paz en la región, haciendo hincapié en la necesidad de trabajar conjuntamente con las fuerzas federales para garantizar la seguridad. «No daremos un paso atrás en nuestra lucha por recuperar la paz en Salamanca. El atroz hecho que le arrebató la vida a personas inocentes en la comunidad de San José de Mendoza no quedará impune», escribió en sus redes sociales.
Salamanca se ha visto envuelta en una ola de violencia y este 2025 puede ser uno de los años más violentos en los tiempos recientes.