Opinión
Gran desafío para el PRM
Published
7 años agoon
Por Juan Bolívar Díaz
El Partido Revolucionario Moderno (PRM) tiene a partir del próximo domingo un gran desafío, interno y nacional, de cuyo éxito puede depender su afianzamiento como alternativa de oposición o su adscripción al descrédito de donde viene la mayoría de su dirección y militancia, y que afecta a todos los partidos que han dominado el escenario nacional en el último medio siglo.
La primera prueba será para el padrón de miembros que ha elaborado desde mediados del año pasado, registrado esta semana ante la Junta Central Electoral con una matrícula de 524 mil 675 ciudadanos, que será puesto a prueba con el voto de todos sus integrantes para elegir sus dirigentes nacionales, municipales, distritales y zonales, lo que hace muchos años no realiza ninguno de los partidos tradicionales.
Los dirigentes y organizadores de la convención electiva del PRM se han empeñado en corregir los errores naturales en una labor tan compleja, como el empadronamiento dc más de medio millón de ciudadanos, una suma superior a los militantes de partidos de naciones de mucho mayor población. Por ejemplo, el Partido Socialista Obrero Español, que data de 1879, tiene un registro de 190 mil militantes en una población española de 46.5 millones.
El desafío organizativo es mayor por cuanto implica la elección de 7 mil 680 dirigentes, en tres boletas separadas, algunas de las cuales con excesivo número de cargos, por ejemplo los 21 vicepresidentes e igual número de subsecretarios generales nacionales, con una cantidad todavía más desproporcionada de candidatos, que según se ha informado supera los 85 mil.
Los organizadores esperan informar la misma noche del domingo 18 sobre la elección de los dirigentes nacionales, lo que ya es otro reto, y seguro que pasarán varios días para lograr computar los votos de todos los demás candidatos. Podrían tener éxito si concluyen en cuestión de una semana, la mitad del tiempo que tomó el partido gobernante en el 2015 cuando escogió a cerca de 4 mil candidatos a cargos municipales y diputados.
El primer impacto positivo para el PRM sería demostrar que los partidos pueden hacer un padrón de miembros sin mayores errores ni exclusiones y lograr que una alta proporción acuda a votar. Por lo menos el promedio del 50 por ciento que sufragó en los cuatro comicios nacionales congresuales y municipales que se realizaron entre 1998 y 2010, separados de los presidenciales, yn cosecharían un gran éxito si participa el promedio del 70 por ciento que registran las elecciones presidenciales.
Como es tradición en el país, la ciudadanía responde con civismo a las convocatorias democráticas. El mayor desafío radica en que entre los dirigentes, delegados y candidatos primen los valores democráticos, sin ningún género de marrullería, en el escrutinio y proclama de los ganadores, y que quienes no resulten electos acaten sin mayores ruidos el dictamen democrático.
La convocatoria democrática del domingo puede significar el entierro definitivo de los intentos por imponer el padrón electoral universal a todos los partidos bajo el pretexto de que no tienen capacidad para organizar su propio padrón de miembros, algo que retrata de cuerpo entero las dramáticas adolescencias y miserias del sistema partidista nacional, y deja desnudos a los que pretenden organizar y desarrollar la sociedad dominicana.
Los perremeistas podrían estarse jugando en este desafío su futuro como partido, especialmente sus posibilidades para las elecciones del 2020 cuando tendrán que enfrentar a una maquinaria política curtida en el ejercicio y abuso del poder en los procesos electorales, lo que le ha permitido imponer una estructura de dominación que conspira contra la institucionalidad democrática de la nación.
Hasta por saneamiento emocional y por mantener la esperanza de los dominicanos en que se puede renovar el partidarismo político, el PRM tiene el gran desafío de salir adelante en su proceso convencional. –
Por Elba García Hernández
En los últimos días del presente año 2024 he tenido la obligación y el deber de defender derechos fundamentales ante el Tribunal Superior Administrativo y he podido comprobar lo mal que está el país en materia de justicia.
Los abusos de poder se observan en esta jurisdicción de Derecho Administrativo en cualquiera de las salas que conocen las litis que se presentan entre la administración y los administrados.
Es penoso ver como los abogados repiten como papagayos los mismos argumentos en los diferentes casos que en esta instancia se conocen. Pero peor aún el nivel de los jueces que manejan los casos.
En esta jurisdicción hay un nivel de razonabilidad que sonroja a cualquier profesional del derecho, pero las cosas se complican cuando se examinan las sentencias que emiten los juzgadores de una jurisdicción que está estrechamente vinculada con el Derecho Constitucional.
Es tanto así, que muchos de los jueces están más interesados en penalizar a las partes sobre la base de disposiciones arbitrarias e ilegales de comisionar un alguacil de estrado para que haga nuevas notificaciones y cobrarles a los litigantes por ese concepto hasta 20 mil pesos cuando se trata de conflictos legales que provienen del interior del país.
Cualquiera se forja la impresión de que existe una sociedad para hacer dinero mediante las notificaciones entre los alguaciles de estrados y los magistrados que presiden salas en el Tribunal Superior Administrativo.
Lo preocupante de este asunto es que cuando no se satisface el deseo del juez o del alguacil de estrado, ese disgusto se refleja en la sentencia que emite el tribunal.
Otro detalle importante de lo mal que se manejan algunas salas del Tribunal Superior Administrativo es que se agarran de cualquier detalle insignificante para justificar una sentencia en contra del que no se acoge a la comisión de un alguacil para fines de nueva notificación.
Impresiona, además, el poco nivel de razonabilidad de los que participan de las audiencias que se celebraran en el Tribunal Superior Administrativo.
En realidad, parece un juego de niños, lo cual desmiente los supuestos avances en Derecho Administrativo, porque la verdad es que lo ocurre en esta jurisdicción de la justicia deja mucho que desear.
Por José Cabral
El panorama que se observa en el país lleva a cualquier persona, por optimista que sea, a sentir que todo se derrumba y que nada tiene solución. No hay un solo estamento estatal que indique que el país transita por un buen camino.
Esto así, porque si al azar se escoge cualquier instancia, pública o privada, fácilmente se llega a la conclusión de que prácticamente todo está perdido. Son prácticamente nulos los referentes que indican que en el futuro se alcanzaría una mejor nación.
El principal fracaso de la sociedad dominicana tiene que ver con el fiasco que representa el Ministerio Público y la judicatura nacional, donde uno apoya la ilegalidad del otro. Es un asunto para mantenerse seriamente preocupado.
En realidad, no se sabe cuál si el fiscal o juez anda peor, pero de lo que sí se puede estar seguro es de que ambos transitan por un camino que solo garantiza el abismo de la nación.
En el país no hay proceso penal que termine de buena manera, pero tanto el Ministerio Público como los jueces recurren permanentemente a decisiones al margen de las leyes que les sirven de sustento.
El Ministerio Público sólo parece ser bueno para manejar casos de importancia mediática, mientras que los jueces se han especialistas en emitir sentencias al margen de las normas y de los derechos, deberes y principios fundamentales.
Es una verdadera vergüenza lo que ocurre en el país, ya que tribunales como el Superior Administrativo, donde el administrado busca liberarse de los abusos de la administración, tiene un nivel similar al de un juzgado de paz. Sus jueces carecen de razonabilidad y muchas veces hasta de sentido común.
En el sistema de justicia nacional se produce una verdadera negación de derechos, pero el hecho de que los jueces no puedan ser procesados por muchos de los casos que fallan, ya que hasta las acciones de amparo no pueden ser interpuestas en contra de los tribunales nacionales, habla claro de la trampa en que está envuelto el ciudadano.
Es decir, que, aunque existe la querella disciplinaria, la recusación e incluso la prevaricación, es una batalla como aquella siempre citada entre el huevo y la piedra, porque la complicidad se extiende de un lado a otro sin excluir a prácticamente la totalidad de los actores del sistema de justicia.
Adentrarse en el comportamiento de la justicia y del Ministerio Público es una razón determinante para frustrarse o resentirse, aunque, naturalmente, este mal debe combatirse con herramientas que tal vez algún día surtan efecto.
Por Nelson Encarnación
Algunas personas han llegado a afirmar que el juego de béisbol no es un deporte, sino un pasatiempo que sirve de entretenimiento a toda la familia, la que puede tener un importante consumo mientras transcurre un partido de nueve entradas, por lo general lento.
Sin embargo, somos más los que sostenemos lo contrario, no porque seamos fanáticos o seguidores, sino porque una contienda en la que medie la aplicación de estrategias no puede ser un simple pasatiempo.
Las estrategias son fundamentales en el juego de pelota, sin las cuales el resultado no puede ser el esperado, aunque no siempre estas funcionen. Como en toda actividad humana, inclusive en la guerra.
Hechas estas disquisiciones, pasamos a no entender qué ha provocado el impresionante descalabro, el resbalón sin final que ha abatido a los Leones del Escogido.
No se explica que un equipo que en los primeros 20 juegos del presente campeonato obtuvo quince victorias, haya caído a un abismo, tan profundo que, al día de hoy, está en la peligrosa ruta de quedar fuera de la siguiente ronda.
Es como estar con respiración asistida, mantenerse vivo gracias a la buena fortaleza física que se acumuló—15 victorias contra 5 derrotas—, pero no suficiente como para rebasar de manera exitosa un estado comatoso.
¿Qué hará la gerencia del equipo capitalino para tratar de revertir la ruta hacia el fondo? No preveo una opción, sobre todo, al recordar lo declarado hace un par de años por uno de los dueños del “Duro de matar”.
¿Qué dijo ese ejecutivo? Que al equipo le es económicamente más rentable quedar fuera en la serie regular que pasar a las siguientes. Algo así o algo peor, según recuerdo.
Cuando leí aquello tuve que remontarme a los pleitos con mi difunto padre—liceísta furibundo—que no asimilaba derrota frente al “eterno rival”, y yo, como escogidista, le daba la cuerda, corriendo riesgo de unos correazos por irreverente. De este tamaño ha sido mi escogidismo.
¿Hay escasez de cartera en la gerencia del equipo rojo? No lo creo. ¿Falta estrategia para la ofensiva? Lo creo un poco. ¿Cayó por un barranco irrecuperable el pitcheo de los Leones? Me quedo con esta.
Frente al despeñadero actual, los rojos no tenemos muchas esperanzas. Y por favor, no echemos la culpa al mánager Pujols.