Opinión
Hurón a cargo de los huevos
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13 años agoon
Ng Cortiñas propuso invertir fondos de pensiones en edificios
El Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial ha establecido que, en años recientes, República Dominicana se ha convertido en el país más corrupto del mundo. Entre 144 naciones evaluadas, la nuestra ocupa el lugar 144.
Ese fue un logro de los ocho años recientes en que gobernó el doctor Leonel Fernández Reyna. Sobre esta base, durante el período de transición entre los gobiernos de Fernández y el actual de Danilo Medina fueron muchas las conjeturas hechas en cuanto al rol que adoptaría el nuevo gobernante en relación con la corrupción administrativa y la impunidad. Ninguna señal afloró antes de la toma de posesión presidencial.
En opinión de muchos, tenía suma importancia la calidad moral y ética de aquel que fuera designado como Contralor General de la República. No en balde ese cargo tiene la responsabilidad de fiscalizar los ingresos de los fondos de la administración pública y autorizar, previa verificación, dónde y cómo se invertirían. La Contraloría es dependencia de la Presidencia de la República y, en esencia, su opinión determina quién recibe fondos del Estado. El Contralor es, esencialmente, el filtro por donde deben pasar las cuentas públicas para que sean pagadas.
Cuando los primeros nombramientos del presidente Medina fueron conocidos el 16 de agosto de 2012, el asombro predominó al confiar la Contraloría al licenciado Haivanjoe Ng Cortiñas, uno de los peledeístas que seguía a Jaime David Fernández Mirabal. Sorprendía más porque se colocaba en esa fuente de poder a quien, desde la Superintendencia de Valores, había propuesto que los fondos de pensiones fueran invertidos en la construcción de edificios, con el enorme riesgo de que los cotizantes se quedaran con nada. Trataba entonces de colocar la canasta de huevos en la cueva del hurón.
El nombramiento de este señor hubiera provocado espanto de haberse sabido entonces que había diseñado y establecido una base, ilegalmente legal, para adjudicarse una pensión de poco menos de $20,000 dólares cada mes del año hasta que muriera. Algo así como 120 salarios mínimos cada 30 días. Aparentemente, Ng Cortiñas confiaba en que esa acción permanecería oculta. En caso de conocerse, todavía podía contar con la impunidad que han disfrutado todos los nuevos ricos de los gobiernos peledeístas.
Pero el secretismo sólo le duró 40 días. Salió entonces a la luz pública la vulgar trama de un reglamento “pret-a-porter”, para que la corrupción tuviera un asentamiento ilegalmente legal. Al ser evidenciado, sólo le queda la línea de defensa de la impunidad acostumbrada, dado el repudio que ha provocado en toda la nación tanta voracidad y descaro, típico de los salteadores de caminos. La indignación puso entonces a pensar en quienes habían sido los Contralores que contribuyeron a que el país fuera el más corrupto del mundo.
Entre muchos funcionarios anteriores, descubrimos el ejemplo de Federico Lalane José, quien se desempeñó como Contralor de un gobierno plagado de corrupción, entre 2000 y 2004. Un Lalane que fue capaz de rechazar formalmente mediante documento la farsa aquella del “impuesto único” concedido por el presidente Hipólito Mejía a 42 prominentes funcionarios para que adquirieran vehículos de lujo. Fue capaz en varias oportunidades de negarse ante su jefe máximo a firmar libramientos que contradecían el régimen legal imperante. Supo decir a boca llena que no aprobaba privilegios y cuando el Presidente insistía tercamente, el Presidente tenía que firmarlos, de su puño y con su letra.
Lalane se enorgullecía al decir que no era político y que había sido nombrado como Contralor General de la República por amiguismo con Hipólito Mejía, además de que éste consideraba que tenía capacidad profesional para desempeñar el cargo. Y, como amigo, estuvo obligado a defender a su enllave softbolista de la Liga Centro, negándose a firmar ese y otros privilegios que, a todas luces, eran contradictorios con las normas que regían la Contraloría y perjudicaban el prestigio presidencial.
Contrastando ahora, en el país más corrupto del mundo, la Contraloría de Ng Cortiñas con la de Lalane, en caso de que Danilo Medina tuviera que elegir entre el compañerismo politiquero y el amiguismo, podría concluir que el actual Contralor es, en la situación actual, el peor de sus enemigos.
Por Isaías Ramos
En teoría, la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. En la práctica dominicana, sin embargo, se ha convertido en un simulacro donde el pueblo elige, pero no decide; vota, pero no gobierna. Donde las élites deciden, pero no rinden cuentas.
Según la Encuesta de Cultura Democrática 2022-2023, el 67.3% de los dominicanos considera que el país está gobernado por unos pocos grupos poderosos para su propio beneficio.
¿Y aún nos preguntamos por qué reina la desconfianza?
La respuesta está en un rechazo profundo y creciente que socava la esencia misma del régimen democrático. No se trata solo de que la gente desconfíe de los partidos: es que no se siente representada por ellos. Las élites políticas, atrincheradas en sus privilegios, han convertido la política en un mecanismo para blindar sus intereses, bloquear la movilidad social, perpetuar la pobreza y sofocar cualquier intento de transformación institucional real.
Como explican Acemoglu y Robinson, cuando las instituciones son capturadas por élites extractivas, las democracias dejan de servir al bien común y se transforman en estructuras de control, diseñadas para proteger y beneficiar a unos pocos, mientras mantienen a todo un pueblo excluido y oprimido.
El reciente proyecto de ley sometido por el Poder Ejecutivo sobre “la libertad de expresión y los medios audiovisuales” es una señal alarmante de hasta dónde esta partidocracia está dispuesta a llegar para silenciar, someter y desmovilizar a la ciudadanía.
Y es ahí donde entra el papel histórico de las candidaturas independientes.
En un contexto como el nuestro, las candidaturas independientes no son una opción decorativa: son una necesidad democrática y constitucional. Son el único instrumento legítimo para rescatar el espíritu de la Carta Magna, que consagra un Estado Social y Democrático de Derecho, y cuya promesa de justicia social, igualdad de oportunidades y soberanía popular ha sido traicionada por los partidos tradicionales.
Los partidos políticos dominicanos han dejado claro que no están interesados en desmontar el sistema de privilegios que los sostiene. Han ignorado el mandato constitucional de gobernar para todos; han convertido el Congreso en un mercado de favores y el Poder Ejecutivo en un comité privado al servicio de intereses particulares.
Han secuestrado la democracia, sustituyendo la voluntad del pueblo por acuerdos de cúpula, clientelismo, manipulación mediática y marketing emocional.
Por eso, desde el Frente Cívico y Social (FCS), hacemos un llamado urgente a cada ciudadano y ciudadana a despertar, organizarse y recuperar lo que por derecho le pertenece: su voz, su voto y su país.
Este no es el momento de resignarse, sino de resistir.
No es tiempo de silencio, sino de conciencia.
No es momento de confiar en los mismos, sino de confiar en nosotros.
En el FCS estamos convencidos de que construir un nuevo contrato social no es un sueño imposible: es un deber histórico. Una candidatura verdaderamente independiente, libre de ataduras partidistas, comprometida con el bien común y con la Constitución en la mano, es hoy la única vía para romper el círculo de exclusión, desigualdad y mentira que oprime a la nación.
La representación verdadera no puede seguir siendo una ilusión. Si el sistema no responde al pueblo, el pueblo tiene el deber de reformarlo desde sus cimientos. La democracia no se defiende obedeciendo a quienes la traicionan, sino rebelándose —pacífica, legal y moralmente— contra todo lo que la convierte en una farsa.
Es tiempo de levantar la voz, de defender la dignidad y de organizar la esperanza.
Porque la historia no la cambian las élites: la cambia un pueblo cuando deja de esperar… y se levanta a conquistar su destino.
¡Despierta, RD!
jpm-am
Opinión
Solicitud de detención y entrega de una persona a la Corte Penal Internacional
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11 horas agoon
mayo 22, 2025Por Rommel Santos Díaz
La solicitud de detención y entrega de una persona a la Corte Penal Internacional deberá formularse por escrito. En caso de urgencia, se podrá hacer por cualquier otro medio que permita dejar constancia escrita, a condición de que la solicitud sea confirmada en la forma indicada en el artículo 87 del Estatuto de Roma.
La solicitud de detención y entrega de una persona respecto de la cual la Sala de Cuestiones Preliminares haya dictado una orden de detención de conformidad con el artículo 58 del Estatuto de Roma deberá contener los elementos siguientes o ir acompañada de :
- a)Información suficiente para la identificación de la persona buscada y datos sobre su probable paradero;
- b)Una copia de la orden de detención; y
- c)Los documentos, las declaraciones o la información que sean necesarios para cumplir los requisitos de procedimiento del Estado requerido relativos a la entrega; sin embargo, esos requisitos no podrán ser más onerosos que los aplicables a las solicitudes de extradición conforme a tratados o acuerdos celebrados por el Estado requerido y otros Estados y, de ser posible, serán menos onerosos, habida cuenta del carácter específico de la CPI.
Cabe destacar que la solicitud de detención y entrega del condenado deberá contener los siguientes elementos o ir acompañada de:
- a)Copia de la orden de detención dictada en su contra;
- b)Copia de la sentencia condenatoria;
- c)Datos que demuestran que la persona buscada es aquella a la que se refiere la sentencia condenatoria; y
- d)Si la persona que se busca ha sido condenada a una pena, copia de la sentencia y, en el caso de una pena de reclusión, una indicación de la parte de la pena que se ha cumplido y de la que queda por cumplir.
Finalmente, a solicitud de la Corte Penal Internacional, un Estado Parte consultará con ésta, en general o con respecto a un asunto concreto, sobre las disposiciones de su derecho interno que puedan ser aplicables de acuerdo con el artículo 91 del Estatuto de Roma. En esas consultas, el Estado Parte comunicará a la Corte los requisitos específicos de su derecho interno.
Por Narciso Isa Conde
Me refiero a la “cumbre” integrada por el presidente actual y tres expresidentes, los cuatro magníficos gobernadores de colonia, garantes de impunidades mayores y responsables de la bestialidad policial-militar contra migrantes.
Un problema económico-social de dimensión mundial, como lo es la migración, lo tratan a base de la fuerza militar.
Los cuatro protagonistas de esa enlodada cumbre hace tiempo permitieron un despliegue ascendente de odio contra los negros pobres, ya inmigrantes o descendientes, ya nativos; dado que, en su manera de pensar colonialmente, los negros ricos no son negros, ni lo son los dominicanos negros enriquecidos.
¡ A los negros pobres le hacen la guerra!
Los cuatro exculparon a Trujillo, a Balaguer y a sus cortesanos de todos sus delitos, incluidos delitos migratorios: asesinatos, corrupción, tráfico de personas, semi-esclavitud, sobre-explotación y quemas de viviendas.
Los cuatro le dieron continuidad al robo de la memoria histórica y de la verdad sobre las relaciones dominico-haitianas, para engañar a las nuevas generaciones, crear un falso nacionalismo anti-haitiano y exculpar a EEUU de sus crímenes contra la autodeterminación de ambas naciones y la dignidad de sus pueblos.
La agenda de su fangosa cumbre, destinada a consagrar en el Ministerio de Defensa la impunidad de los cuatro y el espíritu de guerra contra Haití, es la llamada “crisis haitiana”; pero resulta que esa crisis no es propiamente haitiana: es una crisis creada en territorio haitiano por EEUU, Francia y Canadá y por mafias oligárquicas y políticas a su servicio.
Ninguno de los cuatro tiene valor y dignidad para reconocerlo así y enfrentarla como tal.
Saben que EEUU y su “comunidad internacional” han intervenido a Haití 11 veces en lo últimos 30 años; y lejos de mejorar la situación, la han empeorado.
Saben que las bandas terroristas la formaron y la armaron la CIA, el MOSSAD y los paramilitares colombianos.
Saben todo eso y callan.
Saben que los/as trabajadores/as aportan a RD mucho más de lo que reciben de ella.
Conocen bien que no es lo mismo migrar que “invadir”, pero repiten permanentemente esa mentira.
Que ni son una “carga”, ni se trata de “un pueblo inferior”, como pregonan sus partidos, funcionarios y la cáfila neofascista que ellos alientan y protegen junto a sus grupos paramilitares, ex generales asesinos y mega-ricos inescrupulosos.
Durante 30 años los cuatros han favorecido que la frontera sea un gran negocio de jefes militares, empresarios inescrupulosos y políticos canallas.
La anunciada “coincidencia en la política oficial hacia Haití” es porque los cuatro comparten todo eso y cosas peores; y porque compiten a quien es más neofascista, más hostil contra el pueblo haitiano y más dócil ante los Biden y los Trump.
Están descalificados para tratar humanamente y con medidas socialmente justas la cuestión migratoria a la que le han puesto el traje de “crisis haitiana”, pese a ser creada criminalmente por EEUU. ¡Cobardes!
Los cuatro, con las gafas y sin las gafas de calieses, tienen un enorme parecido.