Agencia Efe
EL CAIRO.- Internet ofrecía a los activistas egipcios prodemocracia y derechos humanos una plataforma para expresarse y organizarse lejos de las restricciones impuestas por las autoridades, pero ese espacio es cada vez más estrecho y no está exento de persecución.
Después de las limitadas e inusuales protestas contra el presidente Abdelfatah al Sisi, que tuvieron lugar a finales de septiembre, cientos de cuentas de Twitter egipcias fueron suspendidas momentáneamente -algo por lo que luego se disculpó la compañía- y se produjeron ataques contra usuarios en otras redes sociales.
Check Point, una compañía de seguridad cibernética, documentó una campaña organizada de ataque a activistas egipcios en internet y en las calles de El Cairo se produjeron arrestos por el supuesto “mal uso” de las redes en un país en que ese comportamiento constituye un delito tipificado en la ley.
LOS ACTIVISTAS, EN EL PUNTO DE MIRA
El activista, bloguero y escritor egipcio Wael Eskandar ha documentado la “suspensión masiva” de cuentas de Twitter que ocurrió a finales de septiembre, incluida la de la novelista Ahdaf Soueif.
La oficina en Oriente Medio de Twtiter emitió una disculpa, asegurando que fue “por error” en el marco de “medidas contra actividades molestas” y “la aplicación de otras normas” de la compañía.
“No podemos saberlo con certeza, pero hay una gran posibilidad de que las suspensiones fueron políticamente motivadas”, dice a Efe Eskandar.
Un reciente informe de la empresa de software Check Point, compañía con sedes en San Francisco (EE. UU.) y Tel Aviv (Israel), revela que activistas egipcios han sido vigilados en la red al menos desde 2016, cuando las autoridades egipcias endurecieron su postura respecto a cualquier voz crítica en las calles o en la prensa del país.
Según el informe publicado este mes, decenas de usuarios, entre ellos “destacados” activistas y periodistas han sido víctimas de ataques cibernéticos que continúan a día de hoy, y son cada vez más sofisticados.
La analista de programas maliciosos de esta empresa Aseel Kayal asegura a Efe que han podido identificar a unos 30 blancos, pero creen que pueden ser más ya que estos son sólo los que han sido víctimas de una campaña.
La investigación ha documentado una amplia campaña en la cual “los atacantes han desplegado múltiples instrumentos simultáneamente, expandiendo su infraestructura con nuevas páginas web”.
Según destaca Kayal, esta campaña requiere de “recursos financieros y humanos”.
En 2016, los ataques empleaban “webs de phishing tradicional”, para acceder a las cuentas personales de las víctimas, pero con el paso de los años se desarrollaron otros métodos, como “aplicaciones maliciosas”, explica la experta.
Esas aplicaciones, algunas de las cuales estabas disponibles en Play Store de Google hasta que Check Point pidió a la compañía que las eliminara el pasado julio, pueden acceder al correo personal y a los documentos de las víctimas, que son engañadas para descargarlas en sus aparatos.
¿ESTÁ EL GOBIERNO EGIPCIO DETRÁS?
Kayal afirma que “algunas de las web relacionadas con esta actividad estaban registradas por individuos egipcios”, y una de ellas llevaba las siglas de lo que podría ser el Ministerio de Comunicaciones y Tecnología de la Información de Egipto (MCIT).
“Además, algunas coordenadas que encontramos en el servidor de los atacantes apuntaban a la sede de los Servicios de Inteligencia Generales en El Cairo”, agrega.
La analista aclara que esas “evidencias” pueden ser fácilmente falsificadas por cualquier actor, pero los ataques “están alineados con los objetivos políticos de las autoridades egipcias”.
Efe solicitó al Gobierno egipcio una respuesta oficial respecto al informe de Check Point, pero hasta el momento no ha obtenido respuesta.
EL ACOSO
Un activista egipcio que participó en la revuelta de 2011 contra el entonces dictador Hosni Mubarak relató a Efe que en los últimos años han intentado acceder a su cuenta en Facebook en varias ocasiones, por lo que tuvo que reforzar sus contraseñas.
En pasado julio, coincidiendo con su colaboración con un movimiento político izquierdista egipcio, la red social le envió siete correos electrónicos de advertencia en un plazo de 40 minutos de que estaban intentando acceder a su cuenta.
Asimismo, su web personal ha sido bloqueada recientemente y el activista cree que está siendo observado porque algunas informaciones personales que publicó “online” han sido empleadas para atacarle a través de esta red social y para “meterle miedo”.
“Si pasa esto conmigo que no soy uno de los activistas más conocidos ni tengo tantos seguidores en las redes sociales, no quiero imaginarme a qué están expuestos los más influyentes”, dice el joven.
La ONG Amnistía Internacional (AI) denunció el pasado marzo una serie de ataques cibernéticos, asegurando que ponían en peligro a los activistas “en medio de la creciente represión contra la disidencia por parte del Gobierno de Al Sisi”.
AI analizó correos electrónicos sospechosos enviados a principios de 2019 a defensores de derechos humanos, periodistas y ONG egipcias con el método conocido como “OAuth Phishing” que a través de aplicaciones maliciosas permite acceso a cuentas privadas.
La organización destacó que esos ataques se intensificaron en “momentos políticos clave” en Egipto, cuando la tensión estaba más elevada, y consideró que existían “fuertes indicadores de que las autoridades egipcias están detrás” de ellos.
“La represión del Gobierno de Al Sisi a la libertad de expresión está aumentando cada día y es más importante que los defensores de derechos humanos puedan comunicar ‘online’ sin miedo a represalias”, destacó entonces AI.
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