Las conversaciones en las salas de chat de los comerciantes Forex demuestran que la cultura bancaria ha cambiado muy poco
Las conversaciones en las salas de chat de los comerciantes Forex demuestran que la cultura bancaria ha cambiado muy poco .
A principios de la década de 1980 pasé el año más odioso de mi vida laboral en el centro de operaciones de divisas de lo que entonces era el Morgan Guaranty en Londres.
Fue brutal por tres razones. En primer lugar, fue aburrido. Las divisas subieron – y luego bajaron de nuevo, pero casi nunca de una manera que se pudiera predecir. En segundo lugar, fue estresante, si alguien se equivocaba, perdía una cantidad desmesurada de dinero. Afortunadamente, nunca tuve que negociar yo misma; en cambio mi papel era el de llamar a las grandes compañías y tratar de persuadirlas de comprar y vender divisas con nosotros. Pero en realidad, no tuve que hacer mucho. Me senté allí mientras observaba a los operadores pasar del ocio al frenesí alternativamente.
Ellos fueron la tercera razón por la que todo aquello fue tan horrible. Muchos de ellos eran individuos groseros, malvados, sexistas, y racistas que operaban un sistema feudal con su propia jerarquía viciosa. El tipo que operaba el “cable” (dólar-libra esterlina) era el rey y el que operaba las “exóticas” (divisas insignificantes como las coronas danesas), era el objeto del abuso del resto. Como yo ni era hombre, ni tenía recursos de valor alguno, era demasiado insignificante como para recibir algo más que los comentarios de rutina ridiculizando mi voz y mi apariencia.
Al final de cada día de groserías y pesadeces, se lanzaban al bar para continuar con más de lo mismo. Sus sesiones de borracheras se clasificaban en tres tipos diferentes: “pequeñas” (alrededor de tres pintas de cerveza), “medianas” (alrededor de seis), y “monstruosas”, que se realizaban al menos dos veces por semana y siempre terminaban en vómitos y variados delitos menores, los cuales ellos no tenían posibilidad alguna de recordar al día siguiente.
La semana pasada experimenté de nuevo ese preciso momento cuando leí las conversaciones en las salas de chat hechas públicas por las autoridades de Londres y Washington. No importa que en las tres décadas transcurridas hayan ocurrido la desregulación “Big Bang” de finales de 1980, la globalización, la crisis financiera, un intento de abogar por la diversidad, una preferencia por la corrección política y una revolución tecnológica. La cultura del mercado Forex parece bastante al margen de todo eso.
No estoy diciendo que en ese entonces los comerciantes también fijaban el mercado. Pueden haberlo hecho o no. Me trataron con tal desdén burlón que nunca explicaron lo que estaban haciendo. Mi corazonada es que ellos estaban involucrados en abusos mucho más pequeños – como de hecho yo misma lo estaba. Parte de mi trabajo era tratar de engañar a los clientes, que no tenían una pantalla de Reuters, para que pensaran que el tipo de cambio les era un poco menos favorable de lo que realmente era. Era perfectamente legal, pero simplemente no era nada agradable.
Lo más evocador acerca de los mensajes de chat de la semana pasada es la mezcla incivilizada de “compinchería” y agresión: “no quiero que se enteren otros idiotas del mercado … pero no sólo eso … ¿nos va a proteger como nos protegemos nosotros?”, escribió uno de ellos. En otras palabras, el mercado Forex es un club cerrado y desagradable, como lo era antes, y cualquier persona que no está en él es automáticamente un idiota.
La masculinidad de todo esto es tan extrema como siempre. “Bien hecho, caballeros”, “toma eso, mijo” y “a lo grande, colega”, dicen los mensajes. El lenguaje está lleno de violencia – “arbítralo para obtener más armas”. Un operador se regodea acerca de la trampa con las palabras “combo boom”. No tengo idea de lo que eso significa, pero apuesto a que no fue escrito por una mujer.
En general, la conversación se lee como el producto de una broma alegre alimentada por la testosterona. Un comerciante escribió, justo antes de la “fijación de las 4pm” (cuando se determina precio de la divisa de referencia): “Vamos a darle”, a lo que sus compañeros responden “venga jefe”, y entonces: “ojlaa alguno smas hagan lo mismo y asi le caemos en grupo”.
También está presente el orgullo de ser estúpido. Se hace alarde de los errores, de la falta de puntuación exactamente igual a lo que se solía hacer.
Sólo una cosa ha cambiado en 30 años – el enfoque hacia las obscenidades. Estos operadores dicen tantas obscenidades como todos los anteriores. Pero cuando escriben sus obscenidades favoritas – como “fck” – las abrevian.
Esto plantea la fascinante cuestión del cambio de cultura en los bancos. Los departamentos de cumplimiento parecen haber tenido una tasa de éxito del 100 por ciento en entrenar a los comerciantes a abreviar las obscenidades – como saltarse la “U” – cuando se utiliza el software de la empresa, no sea que de alguna manera se dañe la reputación del banco. Sin embargo, han fracasado por completo en entrenarlos para que se abstengan de las actividades ilegales, o de jactarse de ellas en línea como lo están haciendo. A cambio, se ha permitido que los peores impulsos de los comerciantes Forex sigan fuera de control, y por ende han seguido “fcking” a los idiotas en todas partes. Creo que “combo boom” lo resume todo.
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Diario Libre